Los medios y los días

Sufre y serás santo (o santa)

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05 abr 2021 / 07:47 h - Actualizado: 04 abr 2021 / 21:49 h.
"Los medios y los días"
  • Sufre y serás santo (o santa)

Como ya les dije en otra de mis paridas que a diario tengo el atrevimiento y me dejan publicar en este medio, me he puesto hasta las trancas de películas de Semana Santa en 13 TV y Paramount, las dos cadenas de televisión más tradicionales y respetuosas con los valores cristianos. Para ver chorradas posmodernas sobre la igualdad, paz, solidaridad, feminismo, propaganda judía y yanqui, así como adoctrinamiento laico-progre-cristiano en general, me mudo al mundo original, rechace imitaciones, porque lo clásico es más entretenido. Ahora bien, he vuelto a encontrarme con una carga de sufrimiento que me ha dejado pensativo, no por el mensaje en sí sino por lo poco que ha evolucionado. Claro, es que la religión se basa en eso, en evolucionar poco y muy lentamente, de ahí que cuando entro en la parroquia de San Vicente, donde me bautizaron, comprenda que después de su restauración está mejor que antes pero me tire más su aspecto en mi niñez y adolescencia.

Una vez dijo El Gran Wyoming aquello de “se sufre, pero se aprende”, a lo que hay que añadir, en el caso que nos ocupa, “se sufre, pero se llega a la santidad”. Esos primeros cristianos lo pasaban fatal, andaban todo el día sufriendo, hasta cuando se les iluminaban los ojos hablando del Nazareno poco les duraba la alegría en la casa del pobre y tal iluminación la experimentaban mirando al cielo y a base de fogonazos solares, no solían mirar a la tierra, es que ya no vivían en ella, vivían sin vivir en ellos porque tan alta vida esperaban que estaban deseando abandonar este valle de lágrimas en el que debían proyectar amor y por tanto perdón. Pablo de Tarso lapidó a un mártir cristiano y cuando le llegó el fogonazo y se convirtió, estaba lleno de gozo porque el lapidado lo había perdonado antes de morir. Supongo que de ahí viene esa línea de la Iglesia de pedir perdón por la Inquisición y por colocar en el ostracismo a Darwin -dos simples ejemplos- y aquí paz y después gloria. Menos mal que la justicia terrenal no actúa igual aunque la Ley Trans podría ser un remedo de pedir perdón pero al estilo progre y que no te pasara nada por maltratar a una mujer, pides perdón y dices que te sientes mujer desde hace años y como ya no eres hombre maltratador te puedes ir de rositas.

“Bienaventurados los mansos porque heredarán la tierra”. He oído esta bienaventuranza muchas veces en las películas de santidad. La frase no especifica ni cuándo ni qué tierra van a heredar los mansos. Para mí que al fin y al cabo el concepto tierra es literal: tierra es la herencia, pero contaminada con todo tipo de venenos, tierra solo, sin semillas, con lluvias ácidas, sin mares ni océanos, sin ríos limpios; mucho trabajo van a tener los mansos, espero que no terminen por perder la paciencia que la mansedumbre otorga y lo sufran con resignación, al final les espera la recompensa.

Otra cosa que he pensado viendo las películas de santidad y sufrimiento es cuándo trabajaba ese personal. Porque a los demás -a los ciudadanos de a pie no convertidos y a los malos- se les veía trabajar, pero los sufridores no hacían más que sufrir y orar, supongo que ése era su trabajo. Hace muchos años, un psiquiatra amigo me dijo: “Ramón, la seña de identidad de mucha gente es sufrir”. Por ahí debe ir la cosa, supongo.

No me extraña que en nuestros días las muchas confesiones evangelistas les hayan quitado fieles al catolicismo porque no son ni tristes ni sufridoras, sólo lo preciso. No me extraña que Calvino y Lutero se alzaran con el triunfo sobre el catolicismo y ahora dominen el mundo porque para ellos trabajar era motivo de alegría y de servir a Dios, han puesto esa idea tan en práctica que están cargándose el planeta. En este sentido, y en muchos otros, puedo decir que se echa de menos la idea católica del amor, pero esa idea, en efecto, por ahora, no es de este mundo.