Un suicidio para el blindaje

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21 jul 2017 / 23:07 h - Actualizado: 21 jul 2017 / 23:07 h.

Solo el suicida piensa que puede salir por puertas, que sólo en la pared están pintadas (Vladimir Holan). Antes, mucho antes cuando la corrupción no tenía la categoría de estructural al sistema, en las obras literarias y filosóficas se hacía frecuentemente apología del suicidio, de hecho en el monólogo más célebre de la historia de la literatura, su protagonista valora esa salida con consideración, y es la que tomó Madame Bovary, Ana Karenina, Werther u Otelo, mientras que George Bailey se quedó al borde en Qué bello es vivir...

Hoy ese acto no tiene ninguna relevancia trascendente, más allá de eximir de la culpa al suicida y familiares, amnistiarle de los pecados veniales y mortales, blindarle de su pasado y presente, amén de dejarlo inmaculado de sospechas sospechosas, pero eso sí, con las botas puestas. Además, la gran creación de certificar una muerte como suicidio es que no solo liberas al personaje, sino que el disparo convierte a la sociedad en culpable, la acusa de haber ejercido una presión insoportable sobre el poderoso, igual que con otras. Esa carga lleva un mensaje absténganse de acusar de corrupción, de seguir señalando a diestro y siniestro, porque están matando con sus acusaciones a demasiados grandes, que solo amasaban lo impropio.

Las autopsias y la exhumaciones en estos casos son exprés, no puede haber lugar para la duda, son temas en ocasiones de Estado. Sería gravísimo, y más que desestabilizador, dar pábulo a un asesinato ¿quién o quienes estarían interesados en que no hablara, en que callara para siempre? semejante investigación en sí misma, levanta demasiadas alfombras, el solo indicio mediático de que esto sea posible engorada tesis sobre comportamientos mafiosos, y este país no está preparado para la verdad, eso creen.

El analista Humberto Vacaflor comentaba, que cuando Pentángeli traiciona al Padrino, el Consigliere lo visita en la cárcel y le dice que haga lo que hacían los romanos: si el traidor al César quería que su familia no perdiera sus bienes, tenía que suicidarse. Pentángeli se suicida. Las mafias tienen sus ritos infalibles. Hay suicidios liberadores que sellan la paz, del difunto y los suyos, familiar y políticamente.

Una vez más los hacedores de la historia, intentan amabilizar sus encarnizadas entrañas, con su depuradísima técnica de supervivencia del poder, pero el pueblo, sabe más, es más culto, lo han hecho rematadamente pesimista, y sobre todo más incrédulo, y ya ni siquiera la verdad, si así fuera... es creíble. ~