Una rata en el Parlamento andaluz y la poesía

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21 jul 2021 / 16:58 h - Actualizado: 21 jul 2021 / 17:11 h.
"Opinión"
  • Una rata en el Parlamento andaluz y la poesía

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Aunque todo el mundo sabe lo que es una metáfora, voy a recordarlo por si alguien se ha despistado entre tanta televisión basura; discursos políticos confusos y construidos sobre la estupidez y el insulto a la inteligencia ajena; o mensajes lanzados por indigentes culturales a los que alguien pone un micrófono delante para que parezcan mentes poderosas, graciosas, ingeniosas o cochambrosas.

Una metáfora es una figura retórica que consiste en utilizar el lenguaje de un modo figurado para referirse a algo nombrando otro algo distinto. Es decir, una metáfora es esa forma de decir una cosa utilizando otra con la que guarda una relación (intelectual). Ya sé que no es una forma demasiado académica de explicar lo que es la metáfora aunque puede servir para que todos lo podamos recordar. Un ejemplo. Si usted intentase explicar cómo es una persona y dijera de ella que ‘tiene un corazón negro y duro como el pedernal’ estaría diciendo de él o ella que es mala persona, que no tiene sentimientos y que ojito con el sujeto que tiene el colmillo retorcido. Eso o algo peor.

Hoy, en el Parlamento andaluz, se ha colado una rata. Sin dar tiempo a que la presidenta de ese parlamento, Marta Bosquet, terminara su intervención, el roedor ha alborotado a los parlamentarios andaluces, les ha hecho sentir cierto temor y alguno se ha subido a la silla para evitar que la rata le tocase aunque fuera de pasada. Ha entrado veloz, sin que nadie se explique la razón, ha pasado bajo el escaño de una diputada de Vox, se ha dado una vueltecita por la bancada del Gobierno andaluz, ha logrado que la actividad parlamentaria se convirtiera en un circo lleno de sonrisas y lágrimas y, sin avisar, tal y como llegó, se ha ido, ha salido corriendo en dirección a nadie sabe qué lugar. Poco a poco, la calma ha vuelto y los representantes del pueblo andaluz han podido volver a votar si Susana Díaz debía convertirse en senadora o si se aprobaba la Ley del Suelo. Y nadie sabe si alguno de los presentes a votado de forma equivocada por los nervios.

Este pequeño relato de lo que ha sucedido hoy en el Parlamento andaluz se podría convertir en una metáfora si usted quisiera. De hecho, creo que es la gran metáfora que ha llegado para culminar el cierre de este curso político. Les dejo pensar en las posibilidades que más les gusten. Yo la tengo muy clara aunque no la debo decir. Porque no es lo mismo utilizar una metáfora en un poema que hacer un chiste mediocre y faltón. Y con estos mimbres me salen más chistes que imágenes poderosas y expresivas. Metáforas, sí, pero dolorosas y vergonzantes.