El mundo, en alerta

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11 mar 2018 / 23:45 h - Actualizado: 11 mar 2018 / 23:45 h.
  • El mundo, en alerta

Donald Trump y Kim Jong-un continúan teniendo en alerta al mundo entero. El movimiento extraño e inesperado del líder norcoreano ha supuesto que se pueda producir el primer encuentro entre el presidente del país más poderoso del mundo y el líder de la última nación estalinista que sigue creyendo en la potencia armamentística nuclear como única solución a sus problemas de política exterior. Hay que reconocer a Kim Jong-un que ha sorprendido a todos, incluido a Trump. Y, sobre todo, hay que reconocer el valor de la intervención de Corea del Sur, en guerra con Corea del Norte desde 1953 y que muestra un deseo claro de normalizar la situación.

En cualquier caso, la comunidad internacional no puede fiar sus esperanzas de obtener una tranquilidad absoluta a un encuentro como el que está, en este momento, planteado. De nada sirve que dos líderes se sienten sonriendo a tomar un café. Las cosas, en política internacional, funcionan de otro modo. Es necesario plantear la reunión tras un trabajo previo tan intenso como sea posible para que el encuentro de los líderes sirva para cerrar el círculo si es posible.

Lo que sí es cierto es que Kim Jong-un tiene enormes problemas económicos como resultado de las sanciones internacionales y ha sabido envolver este proceso con un papel de éxito personal que es irreal aunque a él le sirve de explicación en algunos ámbitos (sobre todo domésticos). Con este movimiento, además, tranquiliza a los rusos y a los chinos que parecen estar agotados con este asunto.

Por otra parte, lo que sí es cierto es que Trump puede aflojar su discurso bravucón e insípido y buscar fórmulas para que las armas nucleares norcoreanas dejen de ser una amenaza cierta para su país. Errores de cálculo políticos o mensajes estúpidos en redes sociales con los que Trump suele destrozar la tranquilidad internacional, no se pueden producir.

Hasta entonces, hasta que los dos estén frente a frente para resolver una crisis que tiene alerta al mundo entero, habrá que seguir pendientes de los diversos movimientos que se irán produciendo.

Donald Trump y Kim Jong-un continúan teniendo en alerta al mundo entero. El movimiento extraño e inesperado del líder norcoreano ha supuesto que se pueda producir el primer encuentro entre el presidente del país más poderoso del mundo y el líder de la última nación estalinista que sigue creyendo en la potencia armamentística nuclear como única solución a sus problemas de política exterior. Hay que reconocer a Kim Jong-un que ha sorprendido a todos, incluido a Trump. Y, sobre todo, hay que reconocer el valor de la intervención de Corea del Sur, en guerra con Corea del Norte desde 1953 y que muestra un deseo claro de normalizar la situación.

En cualquier caso, la comunidad internacional no puede fiar sus esperanzas de obtener una tranquilidad absoluta a un encuentro como el que está, en este momento, planteado. De nada sirve que dos líderes se sienten sonriendo a tomar un café. Las cosas, en política internacional, funcionan de otro modo. Es necesario plantear la reunión tras un trabajo previo tan intenso como sea posible para que el encuentro de los líderes sirva para cerrar el círculo si es posible.

Lo que sí es cierto es que Kim Jong-un tiene enormes problemas económicos como resultado de las sanciones internacionales y ha sabido envolver este proceso con un papel de éxito personal que es irreal aunque a él le sirve de explicación en algunos ámbitos (sobre todo domésticos). Con este movimiento, además, tranquiliza a los rusos y a los chinos que parecen estar agotados con este asunto.

Por otra parte, lo que sí es cierto es que Trump puede aflojar su discurso bravucón e insípido y buscar fórmulas para que las armas nucleares norcoreanas dejen de ser una amenaza cierta para su país. Errores de cálculo políticos o mensajes estúpidos en redes sociales con los que Trump suele destrozar la tranquilidad internacional, no se pueden producir.

Hasta entonces, hasta que los dos estén frente a frente para resolver una crisis que tiene alerta al mundo entero, habrá que seguir pendientes de los diversos movimientos que se irán produciendo.