Rajoy no sabe y no contesta

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16 abr 2016 / 01:04 h - Actualizado: 16 abr 2016 / 01:08 h.
"Los papeles de Panamá","Mariano Rajoy","José Manuel Soria"

En una España plagada de corrupción, con unos últimos datos que apuntan, incluso, a Manos Limpias, y que inestabilizan la permanencia de la infanta Cristina por el caso Nóos en el banquillo de los acusados, Mariano Rajoy vive una realidad alternativa. Ante la necesidad de aunar fuerzas para intentar formar gobierno, da la callada por respuesta y el inmovilismo como pauta de comportamiento. Pero su actitud antes los casi 500 imputados en los casos de corrupción que afectan al PP, estando Rajoy en el poder en la mayoría de los casos, ya resulta absolutamente vergonzosa. La enumeración es larga y dolorosa. La trama Gürtel, los papeles de Bárcenas, la operación Púnica, la operación Pokémon, el caso Campeón, el caso Bomsai, el caso Inestur, el Palma Arena, el mediático caso Nóos, el caso Andratx, el Cañellas, el caso Scala, el caso Bitel, el caso Turismo Joven, el Ibatur, el Funeraria Palma, el caso Faycán, el Catis, el de la Ciudad del Golf, el caso Troya, la operación Tosca, la trama Brugal, el caso Emarsa y el caso Acuamed han tocado techo ahora con los papeles de Panamá y los escándalos con el alcalde de Granada y el ya exministro Soria.

Mariano Rajoy no sabe y no contesta, pero cuando lo ha hecho es para negar la evidencia y para defender a los que después han resultado responsables. Aunque hay quien se ha caído por el camino, Rajoy se mantiene petrificado. ¡Que no es capaz de formar gobierno! Según sus ministros, eso no es relevante ni para él ni para su equipo, son los demás partidos los que no se atienen a la realidad. ¡Que se pide un cambio en la cabeza principal del PP! La respuesta una vez más es blindar a Rajoy, esta vez dejando caer a José Manuel Soria. Ahora al presidente en funciones se le solicita que comparezca en el Congreso para explicar el vínculo de extitular de Industria con los papeles de Panamá, cuántas personas se beneficiaron de ella y cuántas tienen relación con las filtraciones de las últimas semanas. Además se le reclama que informe sobre la reestructuración del gabinete de Industria, del que ya se sabe que se va a hacer cargo el ministro de Economía Luis de Guindos, máxime cuando el Gobierno sigue en funciones... pero Rajoy no irá, así lo ha confirmado su cúpula.

Las reacciones de los líderes políticos son claras y responden al clamor de la calle. Albert Rivera habla de ética y de razonable la comparecencia de Rajoy; Pedro Sánchez alega que «cuanto menos está la asunción de responsabilidades políticas que se le exigía a Soria»; mientras que Pablo Iglesias afea al presidente en funciones que «ni siquiera» haya sido «capaz de adelantarse. Debe explicarse, investigar y que se pague lo debido».

Rajoy ha vuelto a esconderse, eso de dar la cara no va con él. Ni tan siquiera entiende que la credibilidad le va en sus declaraciones. Hace apenas dos semanas Jordi Évole le entrevistó y ante la cámara afirmó que en España ha habido «demasiados casos de corrupción», pero que él solo asumiría responsabilidades políticas en aquellos casos en los que él fuera el implicado o en los que el que lo hubiera cometido fuera «una persona del gobierno nombrada» por él. «Las consecuencias de las responsabilidades no son las mismas que las responsabilidades del que comete los actos de corrupción», argumentó.

No hay más cera que la que arde.