Seguridad Social S.O.S

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28 mar 2017 / 23:55 h - Actualizado: 29 mar 2017 / 07:22 h.
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Los números no le salen a la Seguridad Social española. Cada año son peores y la preocupación entre la ciudadanía va elevándose mientras que el Pacto de Toledo, con una lentitud considerable, sigue manejando opciones y hablando con patronal y sindicatos.

Lo cierto es que los gastos son mayores que los ingresos y que no parece que un cambio de tendencia sea posible hoy en día. No se genera el empleo suficiente, ni las cotizaciones suman una cantidad que impida que el agujero tenga un tamaño más que importante. Por otra parte, los nuevos pensionistas reciben una cantidad mucho mayor a la que se recibía de media hace unos años. Los nuevos pensionistas han cotizado más años y en grupos más altos y esto supone que el gasto medio por persona sea más elevado que antes.

Por primera vez en la historia la diferencia entre ingresos y gastos alcanza los 18.600 millones de euros (datos provisionales ofrecidos por el Ministerio de Empleo). Dado que la afiliación media en nuestro país durante el año 2016 fue de 17,6 millones de personas, dividiendo las cantidades, la cifra resultante es la que corresponde a cada trabajador dado de alta en la Seguridad Social; es decir, algo más de 1.000 euros.

La famosa hucha de la Seguridad Social está prácticamente vacía y no parece que nadie tenga una solución viable con la que se consiga volver a llenarla. El sistema de pensiones español parece estar gravemente herido y, lo peor, no parece que tenga una solución sencilla. De momento se van poniendo parches para que su sostenibilidad a corto plazo se vea garantizada, pero poco más.

Elevar los tipos de cotización, subir las bases máximas, inyecciones a la tesorería de la Seguridad Social por parte del Ejecutivo y un necesario incremento del empleo, bien por cuenta propia o ajena, pasan por ser las soluciones más naturales y menos traumáticas al problema. Otras opciones, que cambiarían de forma sustancial el sistema actual, representan un movimiento muy delicado que debe realizarse con todas las garantías posibles para no provocar mayor inquietud entre los ciudadanos. Estos llevan muchos años, mientras cotizan cada mes o han cotizado durante buena parte de su vida, escuchando que el sistema es insostenible y que es muy posible que llegado el momento sus pensiones se verán mermadas respecto a lo que cobran o deberían cobrar en la actualidad o, incluso, que el sistema de pensiones desaparecerá tal y como lo conocemos hoy en día. Una incertidumbre que debería desaparecer lo antes posible.