Cantillana reivindica el mantón como seña de identidad

No ha habido procesión del Corpus Christi este domingo. Pero, con motivo de la festividad, Cantillana ha vuelto a sacar a los balcones sus mejores galas. Promovido por el Ateneo cantillanero y con la colaboración municipal, un concurso ha apostado por reclamar el mantón como seña de identidad de la localidad.

La convocatoria buscaba incentivar el adorno característico de esta fiesta para – a pesar de la ausencia del Santísimo en la calle a causa de la pandemia – mantener la costumbre de engalanar las fachadas. Un exorno efímero compuesto a base de mantones y macetas de flores.

El primer Concurso de Ornamentación de Fachadas, Calles y Plazas ‘Presume de flores y de mantón’ ha estado organizado por el Ateneo en colaboración con las delegaciones municipales de Turismo y Desarrollo Económico del Ayuntamiento de Cantillana. Su principal objetivo, según explica la docta casa en las bases del certamen, es “contribuir al reconocimiento y puesta en valor de esta prenda tan característica y la cuidada labor manual en el flecado de tantas mujeres cantillaneras, que es orgullo y seña de identidad de nuestro pueblo, así como a la recuperación del exorno callejero mediante macetas con plantas naturales”.

A título individual y de forma colaborativa – como en la calle Castelar o en la plaza del Caño – los vecinos han colgado en balcones y fachadas sus mejores mantones, reivindicando con ello una prenda que es sinónimo de elegancia y que el pueblo defendiendo como propia e identitaria. “El enrejado de los flecos de mantones es una de las actividades artesanales más características y antiguas de nuestro municipio”, destaca el Ateneo. No en vano, Cantillana se define como la cuna del enrejado.

Es esta “una tradición centenaria que, a pesar de ir evolucionando con el paso del tiempo, nunca ha perdido su esencia y laboriosidad, siendo referente del sector por toda la geografía española”. Una labor artesanal que lleva además el nombre del pueblo por todo el mundo a través de la calidad de sus sedas teñidas y trabajadas, que conforman el vistoso remate de flecos de los mantones de manila.

Inmortalizadas por Ocaña como uno de los temas recurrentes de su pintura, las mujeres mantoneras son un icono en la localidad, contando incluso con una avenida con su nombre. El del mantón – el bordado y el enrejado – es un trabajo eminentemente femenino, realizado de manera artesanal desde tiempos antiguos para colaborar con el sustento familiar. Desde principios del siglo XX hay constancia del establecimiento de los primeros talleres – regentados e integrados por mujeres – que asientan en la localidad esta producción artesanal.

Con una destacada participación en el concurso, Cantillana ha mostrado la importancia del mantón en sus tradiciones. Y como premio a la participación en este concurso que lo reivindica, flores y mantones para seguir adornando las calles con su seña de identidad, para conservar la imagen tan propia y tan característica de la localidad.