Aún resuenan en los oídos los cohetes ‘de silbío’ con que se cerraron las fiestas grandes de la Cruz de Arriba el pasado verano, cuando la hermandad ya se prepara para la celebración de unas nuevas Fiestas Mayores. Es intención de la junta de gobierno llevarlas a cabo en 2022, coincidiendo con el 125 aniversario de la hechura de la Cruz. Unas celebraciones que se han planteado de forma simultánea con el proyecto de construcción de una casa hermandad, y que han supuesto un nuevo revulsivo para los hermanos de Arriba.
Así lo presentó el hermano mayor, Nicasio Sánchez, el pasado 19 de mayo, en el transcurso de la edición número 41 del potaje campero de la hermandad, que tuvo lugar en la ermita de la Dehesa de los Llanos. En un discurso, dirigido a los hermanos asistentes a la convivencia, recogió el sentir generalizado de «vacío» tras la vivencia de las grandes fiestas de 2018. Por ello, aseguró que «es el momento de volver la mirada al futuro, a nuevos proyectos, a mil cosas que nos quedan todavía por hacer».
Como horizonte cercano se plantean dos cuestiones “más inmediatas. Un proyecto y una fecha”. El proyecto, denominado ‘Una casa de todos’ plantea la construcción de una nueva casa hermandad para la corporación. En cabildo extraordinario celebrado en el mes de febrero se aprobó iniciar los trámites para la adquisición de unos terrenos para ello. Se trata de un proyecto de gran envergadura y a largo plazo, que crearía un espacio para el trabajo, el encuentro y la convivencia entre la gente de Arriba, donde además se exponga el patrimonio.
La consecución de una nueva casa hermandad se ha planteado aparejada con la celebración de unas nuevas Fiestas Mayores en 2022, con motivo del aniversario de la talla de la Santa Cruz de Arriba.
Fue en 1897 cuando se estrenó la actual Cruz que recibe culto en la capilla de Arriba. Obra del tallista Hipólito Rossi – que trabajó, entre otras, para las hermandades sevillanas del Gran Poder y la Macarena –, en 2022 se cumplirán 125 años de su hechura. Si el 75 aniversario de la llegada de la Virgen del Rosario promovió en 2018 la celebración de las Fiestas Mayores, en 2022 será el aniversario de la otra titular de la corporación la que las sustente.
El anuncio, realizado en la referida convivencia, puso en pie a la multitud que llenaba la ermita, que lo recibió con una gran ovación. En el cabildo extraordinario donde se aprobó el inicio del proyecto de la casa hermandad se decidió, aprovechando esa efeméride, empezar a fraguar un programa de actos conmemorativos para una nueva edición de las fiestas grandes. La junta de gobierno elaborará, junto con la propuesta, unos presupuestos y un estudio de viabilidad para someterlo a aprobación.
Pendiente pues de ser ratificada del cabildo de hermanos, la celebración de las Fiestas Mayores supone un hito en esta corporación, al no tener carácter anual. Las fiestas grandes se llevan a cabo cuando hay posibilidades – anímicas y sobre todo económicas – para ello, a fin de que sean aún mejores que las anteriores. Si bien, las actuales reglas marcan un periodo máximo de cinco años entre unas fiestas y las siguientes, ha habido periodos más amplios a lo largo de la historia de la hermandad. Las últimas fueron en julio de 2018, tras 4 años sin celebrarse.
Las Fiestas Mayores de la Cruz de Arriba se llevan a cabo, cuando así lo decide el cabildo general de la corporación, a finales del mes de julio. Hasta 1919 eran anuales, pero hace un siglo se decidió dejar de celebrarlas, para invertir en patrimonio disponer de una base económica suficientemente amplia como para hacer unas fiestas aún más espectaculares. Quedaron pues en suspenso hasta 1926, siendo el resultado tan del gusto de los hermanos que se decidió tomar este modelo, mantenido hasta la actualidad.
Estas fiestas seguirán el habitual esquema de las celebraciones extraordinarias. El penúltimo fin de semana julio se pronunciará el pregón y se constituirá la corte de honor, compuesta por los mayordomos de la Cruz y de la Virgen, las reinas mayor e infantil y su acompañamiento de hasta 12 damas cada una.
Será el último domingo del mes de julio y los tres días anteriores cuando se concentren todas las celebraciones. El encendido del alumbrado el jueves – con la instalación de una magnífica portada junto a la parroquia, al inicio de la calle Sevilla y multitud de arcos de luces –, el romerito el viernes y la romería el sábado serán el preludio del gran día. El domingo la Santa Cruz y la Virgen del Rosario saldrán en procesión hasta la parroquia, donde se celebrará solemne función religiosa. La procesión de gloria por la tarde pondrá fin a estas fiestas. Todo ello acompañado de las mejores bandas de música, iluminación y pirotecnia, actuaciones y veladas musicales en los días de celebración. Se da además la circunstancia de que los titulares de la corporación solo recorren el pueblo en procesión en las Fiestas Mayores. Es uno más de los motivos por los que estas fiestas se esperan con tanto interés.
Aunque aún son dos proyectos que necesitan la aprobación y colaboración de los hermanos de Arriba para ser una realidad, una nueva época de ilusión se abre en la hermandad, con la vista puesta en 2022 y en sus fiestas grandes.