Sus Majestades de Oriente hacen gala de su condición de magos para estar en tantos sitios al mismo tiempo en la tarde del 5 de enero. Un don que además les ha permitido en La Rinconada que su Cabalgata sea una y a la vez dos. Un extenso y colorido cortejo que, además de ilusión y felicidad, ha ido sembrando la solidaridad en las calles de sus dos núcleos.
Esa solidaridad la encarnaron en la tarde de este domingo los beduinos. A la vez que animaban el desfile, acercaban las huchas que portaban al numeroso público, animando a colaborar con la recaudación. Esta iniciativa se llevó a cabo por primera vez el año pasado, cuando los beduinos del Rey Baltasar sacaron las huchas para apoyar a un pequeño de la localidad afectado por atrofia muscular espinal. En este 2020, y situados tras la carroza de la Estrella de la Ilusión, el grupo de beduinos solidarios pedía colaboración para Gael, el niño vecino de La Rinconada afectado por una encefalopatía hipóxico-isquémica.
El cortejo estuvo compuesto por once carrozas
El Centro cultural de la Villa, en el núcleo de San José, fue la simulada puerta de entrada a la localidad por la que los Reyes, sus pajes y toda la comitiva hicieron su entrada. El desfile comenzó con el sol de la tarde refulgiendo en las once carrozas que componían el cortejo. Las calles Madrid, Córdoba, la carretera Bética o la calle San José fueron algunos de los puntos por los que la lluvia de caramelos y regalos fue pintando de magia esta tarde de nervios y algarabía infantil.
El público se arremolinaba a lo largo del itinerario. Las manitas de los más pequeños no daban abasto para acaparar todo lo que se les regalaba desde las carrozas. No solo caramelos – con más de 7.500 kilos –, sino que también se repartieron más de 20.000 unidades de gusanitos y gomitas, casi 30.000 balones de plástico y de cuero y más de 10.000 juguetes de distinto tipo a lo largo del recorrido entre San José y La Rinconada.
Tras recorrer San José, la Cabalgata visitó las calles de La Rinconada
Tras completar el recorrido por la calle San José, el paso por la avenida de La Unión supuso un descanso para Sus Majestades y todos los acompañantes del cortejo. Pero además un símbolo de cómo la ilusión une con su comitiva dos núcleos separados todavía físicamente, pero partes de una única localidad. Los Magos vienen este año con regalos destinados a ese fin, como el viaducto de la autovía de acceso norte y el recinto El Abrazo en el Pago de Enmedio.
Llegado al núcleo de La Rinconada, la Cabalgata retomó su actividad. Una segunda parte a modo de segunda Cabalgata, pero sin dejar de ser la misma que, aún con sol, inició su recorrido en San José. Un extenso itinerario que finalizó, avanzada ya la noche, en la plaza Rodríguez Montes. Se puso así el fin de fiesta en el que, más allá del reparto de ilusión, regalos y felicidad, por encima de todo triunfó la solidaridad, pregonada por los beduinos con sus huchas repletas de donaciones para el pequeño Gael.