Tradiciones

La original forma de celebrar San José de los vecinos de Navarredonda

Esta aldea de El Saucejo cuenta con unas fiestas de San José con muchas particularidades, como la actuación de chirigotas en la caseta de la hermandad del patrón

19 mar 2019 / 13:39 h - Actualizado: 19 mar 2019 / 13:39 h.
"Tradiciones"
  • La original forma de celebrar San José de los vecinos de Navarredonda

La aldea de Navarredonda, una de las dos que tiene El Saucejo en su término municipal, guarda algunas de las tradiciones más curiosas a la hora de celebrar las fiestas de San José, que tienen su culminación este martes con la misa en honor al patrón de este núcleo de unos 200 habitantes de población estable.

Son muchas las particularidades de sus fiestas, pero entre ellas destacan la “zumbá”, la original forma que tienen los vecinos de entregar sus donaciones en forma de monedas a la hermandad de San José, o el hecho inédito de que chirigotas de carnaval actúen en la caseta de la propia hermandad, además con la Cuaresma bien entrada ya. Se hace siempre que la fiesta carnavales coincide con San José.

Sin embargo, en esta aldea existe la tradición de que la Cuaresma empieza cuando llega San José, y, de hecho, el pasado domingo se celebraba el final oficial a unas fiestas carnavales que, ahora sí, dan paso ya a la Cuaresma de forma oficial en este municipio sevillano. Eso sí, en El Saucejo se celebra el “Entierro del lechín”, un homenaje a un tipo de olivo muy concreto que se puede ver en los campos del municipio.

Programa diverso

De entrada, hay que ubicar todo lo que se cuente en torno a esta peculiar fiesta en la también peculiar distribución geográfica del municipio saucejeño. Del Ayuntamiento depende tanto el núcleo principal como dos aldeas, La Mezquitilla y Navarredonda. La primera está a unos dos kilómetros del casco urbano principal del pueblo, y la segunda a 500 metros. Ambas tienen una población de unas 200 personas aproximadamente, que, lógicamente, se multiplica cuando llegan citas festivas como la de San José.

La festividad se inició el pasado 15 de marzo, cuando, desde las 21.00 horas, se celebró un Santo Rosario por las calles de la aldea, para posteriormente celebrarse la tradicional “zumbá” en la Iglesia de Navarredonda, y a las 23.00 horas una velada en la caseta de San Jose con ‘La Banda Imposible’.

Al día siguiente, la fiesta empezaba a las dos de la tarde con la actuación del grupo de Rumbas y Sevillanas ‘Dando la Cara’, para posteriormente tener lugar la procesión de las imágenes de Nuestra Señora de la Encarnación y de San José, acompañados de la Banda de Música de El Saucejo.

‘La Banda imposible’ cerraba la jornada en la caseta de San José, donde la fiesta seguía al día siguiente, con citas como juegos populares para cerrar el día.

Y ahí llegó otro de los puntos llamativos de la fiesta, cuando en la caseta de la Hermandad se llevaba a cabo la actuación de la chirigota zurcejeña ‘Los Rastreators’ del carnaval saucejeño, que este año contaba con dos grupos, uno femenino y uno masculino.

Así, llegaba el carnaval a una caseta de una hermandad, y además en unas fiestas patronales y encima en mitad de la Cuaresma. La cita cuenta con todos los alicientes para que sea una fiesta completa en honor al patrón de Navarredonda y con toda la cultura del pueblo volcada con la celebración.

A lanzar monedas

Pero la costumbre de la “zumbá” de las monedas en la iglesia de la aldea supone un punto y aparte en la fiesta, en la que participa gente de todas las edades, de todos los estratos sociales, sin distinción de sexo ni ninguna otra, sólo por participar en una tradición cuyo origen exacto no se conoce en el pueblo, ni tampoco parece ser importante a la hora de disfrutar de la fiesta.

Siete días antes de la fiesta, la iglesia acoge setenarios en los que participan los vecinos, y es ahí donde las monedas y la tradición toman el protagonismo, cuando, ya terminando el setenario, comienzan a ser lanzadas sobre una bandeja plateada colocada en una mesa en la iglesia.

No hay una norma escrita que dice que hay que lanzarlas más o menos fuerte o más o menos numerosas, pero sí es cierto que la fuerza con la que algunas personas lanzan las monedas hace que incluso se tire al suelo la propia bandeja.
La tradición marca también que hay que decir “Viva San José” al tiempo que se lanzan. La fiesta es completa, incluso para la hermandad, que recauda con este método un dinero que nunca viene mal para sus muchas actividades a realizar durante el año.

Nadie sabe exactamente cuándo comenzó esta tradición. Aunque tampoco parece preocupar a los vecinos a la hora de fomentarla y divertirse todo lo posible durante la original cita, además de citarse para “ir juntos a la zumba” cuando va llegando la hora.

Una iglesia con arte

Las fiestas de Navarredonda cuenta con otro aliciente más, ya que la iglesia de la aldea es una obra de arte viva de Antonio Gracia Pérez, el pintor nacido en el mismo núcleo en 1951, que sigue siendo una de las referencias nacionales al hablar del arte pictórico.

Antonio Gracia estudió Bellas Artes en Sevilla, y fue profesor de dibujo en varios institutos de Álora, Valladolid, Córdoba y en el Instituto San Isidoro de Sevilla, hasta que decidió dejar la enseñanza y dedicarse sólo a la pintura.

Es autor de varias obras sobre la Semana Santa sevillana, entre ellas un lienzo dedicado a la Virgen de la Macarena, que se representa vestida sin alhajas ni joyas.

Visitar la iglesia de Navarredonda es asistir a una exposición en vivo de su arte, otro de los alicientes para no perderse las peculiares fiestas de San José de esta aldea sevillana.