Los españoles dormimos mal: cómo organizar el dormitorio para reducir el insomnio

El 37% de la población española padece algún problema de salud mental. Según datos del último informe anual del Sistema Nacional de Salud, entre 2016 y 2021 la ansiedad se ha incrementado un 105%, mientras que el insomnio lo ha hecho en un 59% y la depresión en un 20%.

Al mismo tiempo, los datos sitúan a la Región de Murcia como la tercera (solo detrás de Canarias y Comunidad Valenciana) en mayor prevalencia de trastornos mentales y del comportamiento.

En este sentido, el Día Mundial del Cerebro, que se celebra cada 22 de julio, es una conmemoración focalizada en concienciar sobre las enfermedades neurológicas más comunes como el ictus, el alzhéimer, la epilepsia o la migraña. 

Con motivo de esta efeméride, se ha celebrado en la capital murciana el evento “Hogar, bienestar y salud: claves para sentirte en casa”.

Andrea Miró, neurofisióloga y experta en sueño, ha puesto el foco en cómo afecta al cerebro la falta de sueño. “Las consecuencias de no dormir bien a largo plazo son psicológicas, favoreciendo la aparición de ansiedad, depresión o aumentando las tasas de suicidio, pero también de tipo físico, al no haber una secreción correcta de secreción hormonal, un correcto proceso antiinflamatorio”.

“Y todo ello favorece la aparición de enfermedades como:

• diabetes
• obesidad
• hipertensión
• acúmulo de tóxicos cerebrales
• y por tanto mayor riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como la demencia o el alzhéimer”.

El bienestar emocional empieza en el hogar

De ahí, la importancia del entorno del hogar en el bienestar mental. Y es que, según la Organización Mundial de la Salud, pasamos el 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados, lo que subraya la relevancia de sentirnos bien en nuestro hogar para mantener una buena salud mental y reducir, además, el consumo de psicofármacos para tratar trastornos comunes.

Por su parte, Consuelo Ruiz, psicóloga clínica, ha explicado que "cuando nos sentimos seguros en nuestros hogares, podemos relajarnos, descansar y participar en actividades que promuevan el bienestar mental y emocional. Tener condiciones seguras, estables y saludables en el hogar es fundamental para lograr y mantener una buena salud mental”.

María Brotons, neuroarquitecta en casalinga_espacios con alma ha explicado que “compartir el espacio con nuestro entorno, familia, amigos o compañeros aporta bienestar y satisfacción, dado que las interacciones sociales en un entorno acogedor y confortable fortalecen los vínculos interpersonales, aumentando nuestra sensación de pertenencia y felicidad”.

Además, el “uso de materiales naturales: optar por materiales como madera, algodón, lana, lino, etc. añaden calidez y belleza estética, promoviendo un ambiente más saludable y respetuoso con el medio ambiente. Al mismo tiempo los textiles ayudan a la absorción acústica del ruido y la reverberación”.

Cómo la luz ayuda a reducir el riesgo de depresión

La exposición a la luz natural dentro de los espacios es fuente de energía. La posible regulación de la misma en función de la orientación, así como una correcta ubicación y temperatura de la luz artificial, ayudan a regular nuestro ciclo circadiano, favoreciendo un sueño reparador por la noche y la vitalidad durante el día. 

Según un estudio de Fundación Salud y Persona, o que una adecuada exposición a la luz natural puede reducir el riesgo de depresión en un 20%. Sin embargo, el ruido visual puede impactar negativamente en nuestros procesos cognitivos y la productividad. 

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La neuroarquitecta, convencida de que el diseño y características de los espacios que habitamos influyen de manera determinante en nuestro bienestar emocional, los analiza de forma objetiva y sistemática, con el propósito de optimizar su diseño y conseguir mejorar el bienestar y la productividad de las personas que los habitan.