Tengo el tabique nasal desviado, ¿qué solución tiene y cómo se puede corregir?

El tabique nasal es la pared interna que divide las fosas nasales en dos, y cuando está desviado, una de las fosas es más pequeña que la otra. Se estima que hasta un 80% de las personas tienen algún grado de desviación del tabique nasal, aunque en muchos casos es leve y no causa síntomas importantes.

Según explica el especialista en otorrinolaringología de Clínica Corachan, el doctor Juan Ramón Gras, “es totalmente posible tener el tabique nasal desviado sin que se note externamente en el rostro porque el grado de desviación no afecte a la apariencia externa de la nariz.

De hecho, en muchos casos, el desvío ocurre solo dentro de la nariz, afectando la simetría de las fosas nasales, pero sin causar una deformidad visible”.

Algunos casos de desviación del tabique son -precisa el doctor Gras- el resultado de una combinación de factores, como una alteración constitucional durante el crecimiento o debido a traumatismos a lo largo de la vida.

El desvío del tabique nasal puede dificultar la respiración por la nariz porque en un orificio queda el flujo de aire reducido. Puede también ser un factor implicado en la roncopatía y en la apnea del sueño, afectando la calidad de vida del paciente.

En caso de presentar una obstrucción nasal que afecte a la calidad de vida, a la actividad diaria, al descanso nocturno o a la realización de ejercicio físico, es importante acudir al otorrinolaringólogo. Este especialista determinará el tratamiento más adecuado, que puede ir desde la utilización de tratamiento médico como descongestionantes, antihistamínicos o sprays nasales, hasta incluso considerar una cirugía, en este caso denominada septoplastia.

Diagnóstico del tabique nasal desviado

Para determinar el desvío y el grado de este, se suele realizar un examen físico utilizando un rinoscopio y un endoscopio nasal que permiten evaluar cualquier desviación septal en ambas fosas nasales.

De este modo, podemos valorar el tamaño de los cornetes nasales, que son estructuras situadas a ambos lados del tabique nasal y que en muchas ocasiones se encuentran hipertrofiadas empeorando así la obstrucción nasal. Existen pruebas funcionales de permeabilidad nasal, como la rinometría o rinomanometría, que complementan el diagnóstico médico.

El tratamiento varía según el grado de desviación, pero lo más importante es la severidad de los síntomas y cómo afectan al paciente. La decisión sobre el tratamiento, sea medicación o cirugía, se toma con base a estos factores.

La intervención quirúrgica se recomienda en casos de desviación moderada-severa, en los que el tabique está significativamente desplazado y causa síntomas más intensos, como la dificultad constante para respirar por una fosa nasal, los ronquidos, apnea del sueño.

En esos casos, la septoplastia suele ser el tratamiento recomendado. “Con ella se reposiciona el tabique, que es la estructura de cartílago y hueso que separa las dos fosas nasales”, explica el otorrinolaringólogo de Clínica Corachan. Y añade que “la cirugía no busca solo poner el tabique en línea recta, sino mejorar la funcionalidad de las vías respiratorias nasales, corrigiendo las irregularidades estructurales que obstruyen el flujo de aire, y aliviando así síntomas graves”.

Generalmente esta cirugía se acompaña de una reducción del tamaño de los cornetes. Hoy en día, la reducción de los cornetes con radiofrecuencia es la técnica más utilizada.

Tras una septoplastia, en general, el tiempo hasta volver a llevar una vida completamente normal suele ser de entre 2 y 4 semanas.

El doctor Juan Ramón Gras expone, no obstante, que “si un desvío del tabique nasal no presenta síntomas significativos o complicaciones, es posible convivir toda la vida con ello sin necesidad de tratamiento. Muchas personas tienen alguna desviación en el tabique nasal y nunca experimentan problemas que afecten a su calidad de vida”.