La cúrcuma, comúnmente conocida como “azafrán de la India” y “sabor de oro”, es una planta originaria de la India donde fue utilizada por primera vez entre los años 610 a.C. y 320 a.C. Desde entonces hasta ahora, esta raíz ha recorrido el mundo entero para aportar a nuestras dietas grandes beneficios por sus propiedades antiinflamatorias, antienvejecimiento, mejora de las capacidades cognitivas y sus potentes antioxidantes, entre otros.
Para consumir la cúrcuma hay que tener en cuenta que, si se somete a altas temperaturas, sus propiedades pueden reducirse en un 80%, por lo que es recomendable añadirla a nuestro plato una vez ya esté listo o utilizarla para condimentos fríos como mayonesas, yogures o vinagretas.
ANTIINFLAMATORIA
Quizás esta sea una de las propiedades más conocidas del consumo de cúrcuma. Gran cantidad de estudios avalan a la cúrcuma como “ibuprofeno natural”, siendo indicada en el tratamiento de enfermedades inflamatorias intestinales, pancreatitis o colon irritable.
ANTIOXIDANTE
Otra de las propiedades más famosas de la cúrcuma es su potente efecto antioxidante, lo que nos ayudaría a combatir las infecciones y a proteger la piel del envejecimiento prematuro.
DIGESTIVA
La OMS recomienda el consumo de cúrcuma para el tratamiento de dispepsias o dificultades en la digestión y meteorismo. Además, añadida a las comidas puede facilitar el metabolismo de las grasas ya que regula la bilis.
ALIADO MENTAL
Algunos estudios han podido analizar la conexión entre el consumo de cúrcuma y la mejora en ciertos comportamientos o enfermedades cerebrales. Un ejemplo de ello sería la investigación de la Universidad de California, la cual estudiaba los efectos de la cúrcuma en pacientes con pérdida leve de memoria relacionada con la edad. Los resultados hallados relacionaban el consumo de cúrcuma con una mejora en la memoria de los pacientes y un mejor estado de ánimo.
De igual forma, otros estudios experimentales sugieren que el efecto antiinflamatorio de la cúrcuma podría mejorar la calidad del tejido cerebral y reducir la progresión de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson.
CICATRICACIÓN
Gracias a un completo estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada titulado “Efectos farmacológicos y nutricionales de los extractos de Cúrcuma longa L. y de los cucumionides”, hoy sabemos que el consumo de cúrcuma podría actuar como un gran tratamiento para la cicatrización.
No obstante, hay que tener cuidado con el consumo de cúrcuma si se sufre de enfermedades como úlceras, piedras en el sistema digestivo o enfermedades de hígado. También si se está embarazada o si se va a tomar el sol, pues se aumenta la sensibilidad de la piel a la recepción de rayos solares.