Un Rocío distinto

El Rocío, desde la mirada de un alcalde de carretas: "Tengo que devolver a mi hermandad la satisfacción que me aporta"

Javier Mostaza lleva seis años en el cargo, en la Hermandad del Rocío de Sevilla, encargándose de toda la preparación logística de la romería, como las paradas, el ritmo de los peregrinos o el número de carriolas

Javier Mostaza, en el centro, es el alcalde de carretas de la Hermandad de El Rocío de Sevilla / Cedida por Javier Mostaza

Rafa Aranda

Dice Javier Mostaza que la Hermandad del Rocío de Sevilla, su hermandad, parafraseando a Los del Río, "tiene un color muy especial". Y lo hace con conocimiento de causa, como persona que lleva desde que era chico, desde hace más de 30 años, yendo al camino, hasta haberse convertido en alcalde de carretas. "Me da muchísima satisfacción interna y me aporta mucha fe. Por mi cargo y por mis conocimientos, tengo que devolverle absolutamente todo lo que me provoca y me ha provocado siempre pertenecer a ella”, describe con orgullo.

La romería del Rocío es una cuestión de devoción, de historia, de tradición: "Es algo que o te gusta o no vuelves más. Cuando tienes el pellizco de que te ha enganchado, eso es que la Virgen ya te ha calado. Conozco a mucha gente que lo ha probado y no ha vuelto, y otros que no han dejado de venir en la vida".

La Hermandad del Rocío de Sevilla lleva desde 1951 peregrinando, más de 70 años desde su primera romería. Este miércoles 15 de mayo sale de la Plaza del Salvador, y pasa por el Ayuntamiento, por la Catedral, por la Torre del Oro o por el puente de San Telmo, antes de continuar una travesía de en torno a 71 kilómetros, algo menos de 20 diarios, hasta llegar al Santuario Nuestra Señora del Rocío (Almonte, Huelva) el próximo sábado. "Cómo anda, de dónde sale, las personas que tiene, el entorno que nos rodea...", enumera Mostaza a El Correo de Andalucía.

La Hermandad del Rocío de Sevilla al llegar al Santuario Nuestra Señora del Rocío / Ramón Pérez Millán / Hermandad de Sevilla

Todo pasa por el alcalde de carretas

Para que una hermandad llegue a las puertas de la ermita del Rocío son muchas las piezas que tienen que encajar y estar perfectamente coordinadas (2.500 peregrinos, 75 carriolas, 54 vehículos de tracción animal y 51 de tracción mecánica o 75 caballos de montura), lo cual exige una preparación durante todo el año. Y hasta el más mínimo detalle está controlado por el llamado alcalde de carretas, cargo que Javier Mostaza lleva ejerciendo durante seis años. En su caso, como alcalde mayor al frente de un equipo formado por un alcalde primero, un alcalde segundo y seis auxiliares con diferentes cometidos.

Javier Mostaza, alcalde de carretas de la Hermandad del Rocío de la Hermandad de Sevilla / FJ Montiel / Hermandad de Sevilla

"Para mí es una fecha de muchísima responsabilidad. La hermandad depende mucho de mis decisiones y de que se cumpla todo el plan de trabajo que tenemos diseñado para la romería. Y eso te provoca nerviosismo”, confiesa a este medio, para lo cual es importante un conocimiento del ganado, de los medios que se llevan y, según destaca, "capacidad para saber influir en las personas para que caminen de manera adecuada".

En los meses previos se suceden reuniones entre los alcaldes de carretas y con organismos como la Guardia Civil, el CECOP o el 112, mientras a nivel interno se van tomando decisiones de organización. "Un alcalde de carreta es la persona que se encarga de toda la preparación logística de la romería", explica este peregrino sevillano. Añade que eso incluye "el camino, los horarios, las paradas, los pasos por los diferentes pueblos, y siempre intentando que no haya incidencias ni retrasos en las horas previstas para llevar el Simpecado al Rocío".

La Hermandad del Rocío de Sevilla, durante la peregrinación / Ramón Pérez Millán / Hermandad de Sevilla

Otras labores son la organización de los hermanos, la distribución de las carriolas, coches de caballos, caballos de montura y carritos o la propia estancia en el Rocío. Aunque una vez en marcha, Javier Mostaza se coloca junto a la Carreta de Plata y va "marcando que lleve el paso que tiene que llevar".

No se espera a los rezagados

Mostaza, como alcalde de carretas de la Hermandad del Rocío de Sevilla, suele situarse casi siempre en el mismo lugar, aunque tiene que estar pendiente de todo lo que pueda ocurrir por si es necesario tener que desplazarse por algún incidente.

La gente sabe que la hermandad sigue andando y es algo personal quedarse en algún lado

Javier Mostaza

— Alcalde de carretas de la Hermandad del Rocío de Sevilla

Lo que sí tiene claro es que hay que "cumplir perfectamente el horario" y "las carretas siempre tienen que ir andando". Por eso, se le pide a los hermanos colaboración, aunque siempre hay alguien que "se desvía y se para con amigos", al cruzarse con otras hermandades. Ahí el mensaje es contundente: "No se espera".

"Eso nosotros no lo controlamos. La gente sabe que la hermandad sigue andando y hay quien se puede quedar en algún lado. El grueso lo vamos llevando, y las personas suelen ir siempre con la hermandad, pero como es una cosa totalmente personal, se pueden retrasar", explica Mostaza.

Las dificultades del camino

"Sobre el papel todo está preparado para que no haya nada difícil", asegura a El Correo de Andalucía, pero aunque se intente tener todo bajo control, hasta el más mínimo detalle, la peregrinación no está exenta de imprevistos.

"Lo que más le pedimos siempre a la Virgen es que no tengamos ningún accidente", confiesa. Por ejemplo, un accidente con una carreta, con un vehículo, una caída de un caballo, etc. Lo cual demoraría el camino y provocaría un parón, teniendo que llamar a la Guardia Civil, Policía o a una ambulancia.

Un buey de la Hermandad del Rocío de Sevilla, durante el camino / Ramón Pérez Millán / Hermandad de Sevilla

También influyen las condiciones meteorológicas, ya que si hace demasiado calor y hay temperaturas sofocantes puede afectar al caminar de los bueyes. Ante eso, se suele optar por salir temprano de las paradas "con la fresca por la mañana". O el recorrido, porque el primer día hay mucha carretera, pero luego se pasa a un terreno de albero y "arenas farragosas" que causa fatiga al ganado y a las personas que van andando. "En esos momentos hay que saber cómo andar, somos auténticos defensores del bienestar animal", añade.

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Solo quedan por pulir los últimos detalles e iniciar la marcha. Todos esos elementos menos agradables quedan en nada en comparación con lo que sienten cada año los peregrinos de la Hermandad del Rocío de Sevilla: "He vivido momentos muy bonitos. La Carreta de Plata de mi hermandad me enamora, y mi Simpecado es una debilidad para mí. Lo más especial es ponerlo delante de la Virgen el sábado". Acaba la cuenta atrás, comienza la romería al Rocío.

La Hermandad del Rocío de Sevilla durante un tramo de su camino, con los hermanos acompañando a la Carreta de Plata / Ramón Pérez Millán / Hermandad de Sevilla

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