La Hermandad del Rocío de la Macarena inicia su camino entre la fe y la emoción del reencuentro: "Hoy me acuerdo de mi abuela"

A las 7.30 una pareja de romeros apretaba el paso por la Ronda de Capuchinos de Sevilla. El sol ya lucía esplendoroso bañando las casas de color albero del barrio de La Macarena y el repique de campanas se tornaba más intenso en la recogida Plaza de San Gil.

Los caballistas empezaban a formar filas, como la filarmónica de Nuestra Señora de la Oliva de Salteras, que en esta Romería del Rocío es la encargada de acompañar a la hermandad en su salida de la capital hispalense. La Hermandad del Rocío de La Macarena es la primera en salir en un supermiércoles rociero en Sevilla, en la que inician su peregrinación gran parte de las comitivas.

La celebración del reencuentro

Unas doscientas personas esperan impacientes a que salga el estandarte de la capilla. Mientras aprovechan para abrazarse, saludarse, preguntarse por los suyos. Hay muchas personas mayores, muchos romeros ataviados con sus sombreros, sus medallas y sus pañuelos. Muchas madres vestidas a juego con sus hijas. Otros, sin embargo, observan de paisano: "Yo solo he venido a rezar y me voy a trabajar a la tienda", comenta Antonio, comerciante del barrio.

"Hoy he pedido el día en el trabajo para hacer la salida", cuenta Marisa. "Hoy me acuerdo mucho de mi abuela. Cuando le canten al simpecado seguro que lloro porque son muchas emociones, muchos recuerdos", explica.

Hoy me acuerdo mucho de mi abuela. Cuando le canten al simpecado seguro que lloro porque son muchas emociones, muchos recuerdos

Marisa

¡Viva la Blanca Paloma!

Puntual a su cita, el simpecado enfila la hilera de naranjos de la plazuela escoltado por los miembros de la hermandad. Tras el protocolario Himno, se oyen los primeros vítores. El júbilo es evidente: "¡Viva la madre de Dios! ¡Viva La Blanca Paloma!" Comienzan los primeros cantos de un coro muy animado a primerísima hora de una mañana esplendorosa de azahar, romero y del característico son de la flauta y el tamboril.

En la Basílica, la representación de la hermandad de penitencia espera al saludo del Simpecado. Es el momento culmen en el que un buen número de vecinos del barrio se agolpan en Resolana para ver la salida. Tras el rezo y las bendiciones, la hilera de carriolas bien engalanadas sigue al grueso del grupo. Les queda mucho día por delante y no hay tiempo que perder.

Las sevillanas tradicionales, como Me casé con un enano o Sueña la Margarita suenan de viva voz a las 8 de la mañana de un miércoles 15 de mayo en el que el barrio de la Macarena, los hermanos del Rocío de la Macarena, rinden su homenaje y muestran su fervor festivo y primaveral a la Virgen. No obstante, mayo es el mes de la Virgen y de las Flores. Y eso en La Macarena, lo saben.