Ayuntamiento de Sevilla

Un año con las manos atadas y una vía inédita: el alcalde de Sevilla logra su primer Presupuesto

José Luis Sanz inicia una nueva etapa en su mandato con la aprobación inicial de las cuentas para 2024, tras recibir el rechazo de la oposición y tampoco fructificar la cuestión de confianza a la que se sometió

Cumple su promesa de gobernar en solitario, sin Vox, pese a que los puentes con el PSOE no funcionan y toda la oposición trata de bloquear su mandato

El alcade de Sevilla, José Luis Sanz, durante el pleno de la cuestión de confianza fallida que imposibilitó aprobar el presupuesto que ahora sí sale adelante / María José López / Europa Press

Rafa Aranda

José Luis Sanz lo consiguió. Una vez acabe el día, cuando el reloj marque las 0:00, será oficial. Al comienzo del verano, tras varios intentos fallidos, y con una fórmula inédita en la ciudad un año después de ser elegido como alcalde de Sevilla. Pero logró lo que buscaba: la aprobación inicial de su Presupuesto para 2024. "Comienza la cuenta atrás", afirmaba hace un mes el primer edil popular. Tras fracasar su cuestión de confianza, se abría el plazo para que la oposición acordara presentar una moción de censura improbable, algo con lo que contaban en el grupo popular. Y así, sin mayor avance en este mes, se ha llegado al último día sin Presupuesto.

Con su publicación en el Boletín Oficial de la Provincia este martes, estará automáticamente aprobado inicialmente. Así lo recoge la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (artículo 197 bis), un mecanismo que no había sido utilizado aún en Sevilla y que sí había puesto en marcha hace no demasiado tiempo Jaume Collboni, alcalde de Barcelona. Gracias a esta normativa Sanz podía plantear una cuestión de confianza vinculada la aprobación automática o modificación de los presupuestos anuales.

Ahora se abre un plazo de 15 días hábiles para la presentación de alguna alegación "reglada y con argumento jurídico legislativo importante", en palabras de Juan Bueno, portavoz del grupo popular. Si no hay, ya en julio quedaría aprobado de manera definitiva. Si existe, habría sesión plenaria para resolver las alegaciones, pero el Presupuesto quedaría aprobado igualmente, ya en el mes de agosto.

El Gobierno de Sanz lleva trabajando desde que tomara las riendas de la ciudad con un presupuesto prorrogado, diseñado por el PSOE en el mandato anterior. Por ello cada vez que se ha presentado la ocasión desde el propio alcalde hasta sus delegados han lamentado tener las manos atadas para realizar inversiones o modificaciones presupuestarias, teniendo que pasar todo por el pleno, donde no tienen mayoría absoluta.

Los grandes proyectos pendientes

Hace tres meses, rodeado de todos sus ediles, José Luis Sanz hizo balance de su primer año y repasó todo lo que ya se ha hecho y lo que podrá llevar a cabo ahora que no tendrá un "presupuesto prorrogado que no respondía a las necesidades básicas". De momento, se ha puesto en marcha "el 33% del programa electoral" que se presentó, lo que supone un total de 70 proyectos y 150 actuaciones "necesarias en la ciudad".

Ahora, ganará estabilidad, en primer lugar. Y también podrá dar un impulso a grandes proyectos pendientes que no ha podido sacar del cajón y ejecutar. Todo ello con un Presupuesto que supera los 1.000 millones de euros.

Irán destinados a más de un centenar de actuaciones prioritarias en todos los barrios (sobre todo los más necesitados), instalaciones deportivas, mejorar el alumbrado de la ciudad, políticas de vivienda pública, gestión del patrimonio y edificios municipales, rehabilitaciones de polígonos industriales, mejoras en el pavimento y la accesibilidad, anillo verde o inversión en sombra.

Entre los proyectos más destacados está la rehabilitación del Lope de Vega y de la Casa Cernuda, la limpieza y mantenimiento de colegios públicos, 17 nuevos autobuses, subidas salariales y contrataciones como 150 agentes de Policía Local y 200 trabajadores de Lipasam.

También la construcción del nuevo pabellón deportivo de Sevilla Este, inversión destinada a impulsar la Bienal de Flamenco, la Feria del Libro o el Festival de Cine, la ampliación del carril bici, mejorar el sistema de ciberseguridad, aumento de la partida presupuestaria para Lipasam, o fomento del empleo y la inversión en los parques empresariales o el Parque Científico y Tecnológico Cartuja.

Fachada del teatro Lope de Vega, cuya rehabilitación es uno de los grandes proyectos a ejecutar con el nuevo Presupuesto / Jorge Jiménez

Una fórmula inédita

El suceso que disparó todo fue el posible pacto del PP con Vox para que estos entraran en el Gobierno. Que unos niegan y otros admiten. A partir de ahí, Sanz siempre ha sido claro: "Voy a gobernar en solitario". Sin la mayoría en el pleno, y con las cuentas diseñadas por el PSOE, el alcalde buscó una alternativa, pulsó el botón y comenzó la "cuenta atrás".

Primero llevó unas modificaciones presupuestarias al pleno y fueron rechazadas en bloque por la oposición (PSOE, Vox, Podemos - IU). Los tres grupos también votaron en bloque en contra del Presupuesto para 2024 llevado a votación unos días después. E idéntico resultado para la cuestión de confianza a la que se sometió Sanz. Tres actos que el Gobierno local aprovechó para elaborar y justificar su teoría de la "pinza", con unas elecciones europeas en medio.

A sabiendas de que todo le saldría en contra y de que tampoco se uniría la izquierda con Vox para presentar una moción de censura, era cuestión de tiempo. Así es como José Luis Sanz ha logrado la aprobación inicial de su Presupuesto.

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Eso sí, esta fórmula, jamás usada en la ciudad, no es infinita. Solo puede plantearla dos veces durante un mandato, y solo ha cumplido un año en la alcaldía. Y enfrente tendrá una oposición a la que va a necesitar para desbloquear proyectos importantes como el del Puerto de Sevilla, la ordenanza para limitar las licencias de pisos turísticos, un nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) o un segundo secretario municipal. Ha dado un gran paso, evitando llegar a septiembre con la aprobación o no de las cuentas, pero todavía le quedan duras negociaciones por delante.

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