Obituario

Cuando Juan Miguel Salas Tornero fue un pionero de los que cambió la historia

El abogado, fallecido este martes 24 de julio, forma parte del amplio elenco de sevillanos que contribuyeron a encauzar la transición de la dictadura a la democracia en Sevilla y en España tanto a nivel institucional como a nivel social

El abogado sevillano Juan Miguel Salas Tornero

El abogado sevillano Juan Miguel Salas Tornero

Juan Luis Pavón

Juan Luis Pavón

“Los empresarios se organizan en asociaciones. Juan Miguel Salas Tornero fue pionero en el sector del metal”. Pie de foto de una imagen de 1976, en la página 545 de Historia de Sevilla del Siglo XX, que tuve el placer de idear e impulsar en el año 2000, y materializar su realización con un equipo de historiadores coordinado por Leandro Álvarez Rey. El abogado Juan Miguel Salas Tornero, fallecido el 24 de julio de 2024, forma parte del amplio elenco de sevillanos que contribuyeron a encauzar la transición de la dictadura a la democracia en Sevilla y en España tanto a nivel institucional como a nivel social.

En su larga y versátil trayectoria, con múltiples iniciativas y participaciones, más o menos notorias, más o menos discretas, en ámbitos empresariales y corporativos, sin duda su mayor logro y su mayor legado a la pequeña-gran historia de nuestra sociedad fue atreverse a vertebrar las primeras organizaciones empresariales para una nueva etapa histórica que era completamente incierta. Cuando aún Franco vivía y el franquismo de mentalidad guerracivilista seguía imperando con toda su capacidad opresiva y carente de espíritu reconciliador. Cuando no existían derechos, libertades ni relaciones laborales acordes con lo que era normal al otro lado de los Pirineos.

En el capítulo del libro dedicado a la situación económica de Sevilla entre 1970 y 1982, y a la articulación de las organizaciones sindicales y empresariales antes y después de la muerte de Franco en 1975, antes y después de la Ley de Reforma Política que Adolfo Suárez saca adelante en 1977, se aportan muchos detalles y datos de la realidad sevillana para entender el contexto de crisis del modelo autárquico de la economía, con decisiones nefastas ante la primera subida fortísima del precio de petróleo en los mercados internacionales, y con Sevilla inmersa en una dinámica de cierre de industrias, destrucción de empleo y represión policial de las reivindicaciones laborales.

Su mayor logro y su mayor legado a la pequeña-gran historia de nuestra sociedad fue atreverse a vertebrar las primeras organizaciones empresariales para una nueva etapa histórica que era completamente incierta

Como bien analizaron las historiadoras Ángeles González Fernández y Encarnación López Lemus, “los primeros en reaccionar fueron los grandes empresarios del metal, que ya en 1975 iniciaron los preparativos para la constitución de Fedeme (Federación de Empresarios del Metal), presidida por Juan Miguel Salas Tornero, en la convicción de que -y son palabras de él- el sindicato vertical no servía para resolver los problemas con los que nos enfrentamos y que de seguir manteniendo su rígida estructura y desconocimiento de la realidad no nos llevaría a buen puerto”.

Salas Tornero, desde Fedeme, fue clave para que en 1976 se crearan en Sevilla más organizaciones empresariales en otros sectores (comerciantes, hosteleros, etc.), que contaron con su asesoramiento y apoyo. Y es muy importante reseñar lo que sintetizaron dichas historiadoras en el citado capítulo: “La voluntad de ruptura respecto al verticalismo era clara y en sus estatutos todas ellas se definían como voluntarias, democráticas, apolíticas e independientes -tanto de los partidos políticos como de la propia administración y de los sindicatos obreros-, partidarias de la economía de mercado y de la plena libertad sindical para empresarios y trabajadores. (...). Y algo que resulta muy significativo, también se apuntaba la necesidad de mejorar la imagen pública de los empresarios frente a la descalificaciones y la condena social de que eran objeto”.

Décadas después de aquel periodo intenso y crucial, en el que también fue el impulsor de la creación de la Confederación de Empresarios de Sevilla y la Confederación de Empresarios de Andalucía, además de presidir la modernización de la Cámara de Comercio de Sevilla, Juan Miguel Salas Tornero comentó que, a su juicio, el período más interesante de la historia reciente de España es el de la Pre-transición, de 1968 a 1975. “Tanto las fuerzas que habían participado activamente en la supervivencia del franquismo, como aquellas que desde la oposición lucharon en su contra, sabían que, dadas las condiciones políticas, económicas y sociales del país, España no tenía más salida que la de encaminarse hacia una democracia de corte europeo. Quizá de forma tácita, tal y como acostumbran a devenir los grandes acontecimientos históricos, los españoles tuvieron claro que la violencia no era una solución para el país”.

Salas Tornero, desde Fedeme, fue clave para que en 1976 se crearan en Sevilla más organizaciones empresariales en otros sectores (comerciantes, hosteleros, etc.), que contaron con su asesoramiento y apoyo

Ser partícipe de la articulación de una sociedad donde primen la convivencia y la concordia incluso cuando se defienden intereses divergentes, ha sido la valiosa aportación de muchas personas que entendieron cómo el bien común tenía que anteponerse a los objetivos particulares. Y el gran desarrollo socioeconómico de España desde los años ochenta del siglo pasado hasta el reventón de la burbuja inmobiliaria hace 17 años se pudo realizar porque millones de españoles pudieron desplegar todo su potencial, ya fueran empresarios o profesionales asalariados, en un contexto en el que el modelo de sociedad abierta era una ola que desbordaba los fielatos del capitalismo de amiguetes y de los vicios que iba adquiriendo el formato de la concertación social y de los agentes sociales.

En el deterioro del funcionamiento del país, de la calidad democrática y de la deslealtad institucional que se padece en España durante los últimos tres lustros, donde priman por goleada los bloqueos sobre los consensos, el fallecimiento de una personalidad como la de Juan Miguel Salas Tornero debe servir para una reflexión constructiva sobre la necesidad de una profunda actualización y transformación de la representatividad social, de los agentes sociales y de la concertación social. En la sociedad civil también se está perdiendo el tiempo. Y el tiempo histórico augura sobresaltos que nos pueden dejar colgados de la brocha.