Un millón de euros y un desbloqueo político para resucitar el pulmón verde de la Cartuja

El diseño inicial de los Jardines del Guadalquivir, "fue una obra de arquitectura y paisajismo ejemplar". Así lo describe el arquitecto sevillano Tomás Solano, quien en enero de 2024 recibió el encargo de la Dirección de Patrimonio de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeo de hacer un informe de valoración sobre la reforma de uno de los jardines que se llevaron a cabo durante la Exposición Universal de 1992.

Situado entre el Puente de la Barqueta y el Jardín Americano, a los pies del río Guadalquivir y justo delante del Parque Tecnológico de la Cartuja, estos jardines fueron el resultado del trabajo de los arquitectos y paisajistas, Jorge Subirana y Sylvia Decorde. Tienen unas dimensiones privilegiadas como pocos parques de Sevilla, alcanzando casi un kilómetro de largo por la dársena del río y conformando alrededor de 8 hectáreas de superficie.

Un convenio sin firmar

Este completo informe elaborado por el arquitecto, en el que se sectoriza el parque en áreas para poder hacer varias reformas "por si el presupuesto no alcanza una única remodelación", está en manos de la Junta de Andalucía y del Ayuntamiento de Sevilla desde inicios de 2024. Sin embargo, pese a que el trabajo por parte del estudio de arquitectura Equs está finiquitado, todavía no se materializa el tan esperado lavado de cara que necesita este espacio.

¿El motivo? En junio de este año el Gobierno andaluz y el consistorio anunciaron un convenio de colaboración patrimonial y urbanístico, en el que se le otorgaba la titularidad de los Jardines del Guadalquivir, entre otras cosas, al Ayuntamiento, tras 13 años cedido al gobierno municipal. Con este cambio de titularidad, este parque pasaría a formar parte del Sistema Local de Espacios Libres.

La Junta y el Ayuntamiento todavía no han firmado el convenio de cesión de titularidad de los Jardines del Guadalquivir al gobierno municipal

Asimismo, en el convenio, la Junta de Andalucía se comprometía a asumir el coste de la remodelación de los jardines, mediante la entrega al Ayuntamiento de dos inmuebles que llevan años sin uso por parte del gobierno andaluz: el solar de la calle María Coronel, 44 sin uso, al menos, desde el año 84 y el inmueble de Simón Pineda, 23.

No obstante, este convenio sigue sin hacerse realidad porque, según fuentes del Gobierno andaluz, "el Ayuntamiento todavía no ha avanzado en la tramitación de los cambios urbanísticos necesarios para poder firmar ese acuerdo", ya que los votos en contra de la oposición han bloqueado el cambio de uso de esos suelos. Una condición indispensable para que el acuerdo se materialice.

Un plan "bajo mínimos" para resucitar el pulmón de la Cartuja

Por lo tanto, los Jardines del Guadalquivir, que se extienden a casi ocho hectáreas entre el antiguo Pabellón del Futuro de la Expo 92 y la dársena del río, siguen sin ver la luz. "Son unos jardines con un patrimonio emblemático hecho por artistas internacionales", explica Solano, a lo que añade "todos los espacios de estos jardines se pensaron meticulosamente".

Ante esta situación, y con una horquilla de presupuesto que la Dirección de Patrimonio le había comunicado, Solano le explica en una conversación con El Correo de Andalucía, que hizo un informe de valoración "bajo mínimos". Esto se traduce a que expuso en su propuesta todo lo que se debía que reparar para que el jardín volviera a ser el que fue en 1992, pero sin añadir nada, simplemente reparando lo que permanece roto, vandalizado o robado. "Al final el presupuesto salió de la valoración que nosotros hicimos, partida por partida", subraya Solano.

El presupuesto del arquitecto se divide en la inversión en patrimonio y lo destinado a la reparación de los sistemas generales

El presupuesto que el arquitecto propone es de 1.188.993,60 euros, que se divide en dos partes: 858.291,51 €€ se destinan a la reparación del patrimonio de cada sector y 330.70,09 €9€ a la reparación de los sistemas generales. En el informe, el arquitecto hace un análisis de la situación actual de los elementos constructivos, divide en sectores la superficie total del parque y examina los problemas y patologías de los elementos constructivos. Tras el previo análisis, propone una intervención para arreglar las patologías, así como de los elementos que han sido vandalizados o que están desaparecidos. Por último, expone el presupuesto estimado para poder llevar a cabo las siguientes remodelaciones.

Cabe destacar que en 2011, el gobierno municipal de Alfredo Sánchez Monteseirin llevó a cabo una reforma de los espacios vandalizados del parque, pero en ningún momento se arreglaron las fuentes, uno de los principales atractivos del jardín, ya que está repleto de ellas.

Las fuentes del parque, uno de sus principales atractivos, no funcionan desde 1992

"En el informe de valoración que hemos propuesto, sí se contempla arreglar las fuentes, así como reponer todo el sistema del agua bruta y potable para que vuelvan a funcionar", argumenta el arquitecto.

Un patrimonio destrozado que puede resurgir

Solano estudió durante semanas el estado actual de los jardines, yendo en numerosas ocasiones a visitar el parque. Los Jardines del Guadalquivir, al igual que se mantienen limpios en la mayoría de zonas del parque, aunque con importantes excepciones, tiene todo el patrimonio y multitud de elementos escultóricos llenos de graffitis, e incluso algunos tienen partes arrancadas.

"Las fuentes están totalmente vandalizadas, incluso las piezas de mármol han sido robadas", dice el arquitecto mientras señala la fuente central del parque, la que contiene una escultura que representa la bola del mundo.

En términos generales, Solano explica los principales sistemas generales que se tendrían que reparar: "Por una parte, el sistema de agua de las fuentes, no hay focos de iluminación, por lo tanto, no hay luz en el parque, las tuberías han perdido sus difusores y las bombas de agua están fatal", relata.

Solo hay un elemento que no se ha tenido en cuenta en el informe de valoración, la Torre Banesto, un mirador de 92 metros de altura que le proporciona al visitante una de las mejores vistas panorámicas de la ciudad siendo un reclamo turístico que en su día reunía a más de 2.000 visitantes al día. "No la hemos contemplado en el informe porque arreglar esta torre es una labor de ingeniería, algo que está fuera de nuestras competencias", declara Solano.

Con relación a las dificultades a las que se ha visto expuesto a la hora de realizar este encargo, Solano destaca la gran magnitud del espacio, de ahí que se haya tomado la decisión de sectorizar en varios espacios la posible reforma del parque. "Hemos repartido las ocho hectáreas de superficie en zonas homogéneas de trabajo por si no se tiene el presupuesto completo para llevar a cabo toda la reforma a la vez, y así se puede ejecutar por partes", aclara el arquitecto encargado del informe.

El diseño, la 'gran virtud' del parque

"Una de las grandes virtudes de este espacio, aparte de su extensión, es que el diseño que tiene le ha conferido unas características diferentes a las de cualquier otro parque", asegura el arquitecto refiriéndose a la multitud de fuentes y al ambiente bioclimático que generarían si funcionaran, a la fuente circular, a la exacta alineación de todos los naranjos, así como a la ubicación estratégica de toda la vegetación del parque.

Solano habla de un parque que muestra la complejidad del trabajo arquitectónico y de ingeniería, donde ambos convergen a la perfección en esta zona del río.

Los Jardines del Guadalquivir esperan con ansia una reforma que haga de ellos un lugar concurrido y visitado por la ciudadanía y los turistas de la ciudad, una situación que ahora, por el mal estado de su patrimonio, no ocurre, siendo un parque que yace solitario a cualquier hora el día, todos los días de la semana.