Gastronomía

La pescadería de Los Bermejales que triunfa en Instagram: "La gente joven cada vez sabe menos de pescado"

Una de las pescaderías de referencia en Sevilla reúne medio millón de visualizaciones en sus vídeos sobre recetas y el mejor género de la costa de Huelva y Cádiz

Óscar Sánchez y José María Sánchez, copropietarios de Beli Pescadería.

Óscar Sánchez y José María Sánchez, copropietarios de Beli Pescadería. / Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

Rocío Soler Coll

Casi 30 años llenando las mesas de los vecinos de Los Bermejales y más allá de salmonetes de Barbate, langostinos de Sanlúcar y boquerones de Isla Cristina. Mirar el mostrador de esta pescadería es como contemplar un tesoro: las escamas de los pescados relucen, los colores vivos resaltan y todo parece intacto. Para quienes disfrutan comprando producto de calidad, este es el templo del pescado donde se pueden encontrar alrededor de 40 especies diferentes, todos ellos salvajes y de proximidad. Todas las mañanas se colocan en el escaparate de Beli Pescadería, un local ubicado en la calle Europa número 6.

Se trata de un negocio familiar que nace con Paco Sánchez, un vecino de Sevilla, que decidió abrirlo en 1996 impulsado por su mujer, Beli, quien se crió en una familia de pescadores de Sanlúcar. Paco decidió invertir sus ahorros en una ilusión que hoy, ya fallecido su fundador, ha seguido bajo los mandos de sus dos hijos.

El mostrador de Beli Pescadería.

El mostrador de Beli Pescadería. / Rocío Soler Coll

Hoy son Óscar y José María, sus hijos, los copropietarios de la pescadería que han convertido este lugar en un museo del mar, y en todo un referente en su barrio y en la capital andaluza gracias a trabajar "con pasión" y a recorrer, "desde los 14 años" todas las semanas las lonjas de Barbate, Sanlúcar e Isla Cristina para dar con el mejor producto.

A la calidad de su género y la cercanía en el trato con el cliente, se suma el éxito en Instagram de esta pescadería con José María, el hermano menor, como avezado community manager, que desde marzo comparte stories, reels y post sobre el mundo de la pescadería con vídeos divulgativos que ya han atrapado a medio millón de visualizaciones.

Boquerones de Beli Pescadería.

Boquerones de Beli Pescadería. / Rocío Soler Coll

Miles de visitas en vídeos de pesca

Óscar y José María lidian todos los días con clientes que conocen el producto que compran y que saben perfectamente lo que quieren, sin embargo, también atienden a un porcentaje elevado de personas, la mayoría menores de 35 años, que llegan a la pescadería con la intención de hacer una dieta sana pero sin saber cómo cocinar cada tipo de pescado. "La gente cada vez sabe menos de pescado", dice José María, sobre todo refiriéndose a los jóvenes. "A mí me sorprenden más los que conocen los pescados". Es precisamente para tratar de cubrir este vacío que se decidió a abrir esta cuenta en Instagram.

Su contenido habla de cómo diferenciar el pescado salvaje del de piscifactoría, cómo se pesca un atún de 200 quilos, cuáles son los mejores pescados para la gente joven o, con un tono más espontáneo, descubre los errores del libro de recetas de MasterChef, donde confunden un besugo con una dorada.

Mostrador de Beli Pescadería.

Mostrador de Beli Pescadería. / Rocío Soler Coll

"Hice un curso para aprender a editar vídeos, y me lancé a la aventura", recuerda este joven pescadero, ahora es la cara visible del negocio en las redes sociales. Una inversión de tiempo y esfuerzo que se refleja en la calidad de sus vídeos y que, tal como apunta José María, lo hace para aportar conocimiento a la sociedad y no solo para ganar más clientes.

Una pescadería donde todo es posible

La principal singularidad de Beli Pescadería, además de vender producto de primera calidad, es ofrecerle al cliente pescados grandes al corte, algo que no suele suceder en las pescaderías pequeñas. "Si alguien quiere dos filetes de una corvina de anzuelo de 15 kilos, se los cortamos", explica Óscar.

Productos del mostrador de Beli Pescadería.

Productos del mostrador de Beli Pescadería. / Rocío Soler Coll

Ambos hermanos se levantan todos los días a las 3 de la mañana para ir a MercaSevilla, un macromercado de abastecimiento en el que recogen todo el producto que ellos no pueden ir a buscar a las lonjas por falta de tiempo. A las 6 de mañana están en la tienda colocando todo el género que se venderá durante el día y a las 8,30 se abren las puertas del local hasta las 14, cuando uno de los dos hermanos coge el coche dirección a las provincias de Cádiz y Huelva para comprar en las lonjas el producto del día siguiente.

José María, copropietario de Beli Pescadería, atendiendo en su local.

José María, copropietario de Beli Pescadería, atendiendo en su local. / Rocío Soler Coll

"La confianza es fundamental para que el negocio funcione", subraya José María. Hay muchas pescaderías que no siempre son honestos con su producto aprovechándose de la ignorancia del cliente. Nosotros preferimos siempre decir la verdad, si por lo que sea ese día no tenemos langostinos de Sanlúcar y son de otro lugar, lo decimos. "La única manera de que la gente vuelva es siendo sinceros", remarca José María, insistiendo en que "no salen tantas hurtas ni tantas doradas del mar como las que se venden".

Entre todos sus clientes, que son muchos, está el chef Julio Fernández, del restaurante Abantal, con una estrella Michelín desde 2008, quien se presenta en la pescadería durante el encuentro con este medio para recoger una raya.

Mostrador de Beli Pescadería con el producto de quilómetro cero.

Mostrador de Beli Pescadería con el producto de quilómetro cero. / Rocío Soler Coll

A las 11 de la mañana, el mostrador de la pescadería está medio vacío, no hay momento que no haya clientes en el local y los piropos al producto que está expuesto son constantes. "¡Qué buena pinta tiene todo!", "Me llevaría todo el mostrador" o "¿Ya no quedan chirlas?", son frases que se escuchan en varias ocasiones durante un rato en la pescadería.

No salen tantas hurtas ni tantas doradas del mar como las que se venden

José María Sánchez

— Copropietario de Beli Pescadería

El trato con el cliente es muy cercano, en muchos casos se puede intuir una cierta amistad, y los clientes fieles se hacen notar. "Tratamos a la gente como nos gustaría que nos trataran a nosotros", sentencia Óscar.

Septiembre: temporada de salmonetes y lubinas

"A nuestra pescadería suelen venir cocinillas, gente que valora el buen producto y a la que le gusta comer bien", destaca Óscar. Por ello, estos dos hermanos intentan que su producto siempre sea referente. Entre las más de 40 variedades de pescados que exponen a diario, sirven género muy comercial como los salmonetes, los boquerones o los langostinos, pero también se arriesgan con propuestas más inusuales como un pez limón de 28 kilos, un pez tambor, una hurta de 6 kilos o un pez araña de un quilo.

Clientes en la pescadería Beli Pescadería, en Los Bermejales.

Clientes en la pescadería Beli Pescadería, en Los Bermejales. / Rocío Soler Coll

"El mes de septiembre es temporada de salmonetes, corvinas y lubinas y se pierde el pescado azul, como el boquerón, la sardina o la caballa", cuenta el hermano menor y culpable del éxito en las redes sociales.

Finalmente, ambos hermanos destacan el "preocupante" panorama que gira en torno al mundo del mar, ya que cada vez cierran más pescaderías en la ciudad. "El mar lleva dos años con pescas más cortas, el producto escasea antes", subraya Óscar. ¿El próximo reto? "Abrir una segunda pescadería en otro barrio de Sevilla", responden al unísono. Y para entonces con Tik Tok.

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