Barracones inundados, riesgo eléctrico y sin aseos: el Valdés Leal vuelve a la carga para exigir su comedor 17 años después

'El comedor de nunca jamás'. Así es como se conoce popularmente al proyecto de comedor escolar que el Colegio de Educación Infantil y Primaria Valdés Leal, en Sevilla, lleva 17 años esperando. Cada día, casi 300 niños y niñas almuerzan cada día en caracolas de chapa, con capacidad para 70 personas, cuyo deterioro supone un riesgo para los menores, lo que ha llevado a las familias del centro a retomar las movilizaciones para exigir a la Junta de Andalucía que construya, de una vez por todas, el comedor.

En un comunicado emitido este martes, la Asociación de Familias del Alumnado (AFA) expone que "existe un alto riesgo" para los menores debido a que las caracolas "se inundan por completo en episodios de lluvia". Así, desarrolla el texto, "el riesgo eléctrico es evidente, ya que con las lluvias llega a mojarse el cableado de los frigoríficos, microondas y toda la instalación eléctrica de las caracolas". En este contexto, el grupo socialista en el Parlamento de Andalucía llevará al pleno del próximo jueves, 3 de octubre, la situación de este centro.

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Además, abunda el comunicado, "el techo se encuentra totalmente deteriorado, así como el suelo, aires acondicionados y luminarias". Debido al inicio de las obras del comedor el curso pasado, los cuartos de baño de los actuales barracones quedaron inutilizados, "por lo que el alumnado no cuenta con aseos accesibles durante el servicio del comedor".

Actualmente, los barracones se encuentran "totalmente deteriorados, sin posibilidades de arreglo", según constató personal técnico del Ayuntamiento de Sevilla. Aunque la construcción del comedor depende de la administración autonómica, el consistorio dispuso estas caracolas de manera provisional mientras se ejecutaba la obra.

Las familias califican la situación de "insostenible" y exigen a la Junta de Andalucía una solución de emergencia para que finalicen las obras del comedor en 2024. Según el AFA, se han solicitado citas" con todas las administraciones implicadas, han presentado quejas ante el Defensor del Pueblo y han tramitado preguntas parlamentarias para conseguir una solución inminente". Ante la falta de respuesta por parte de la Consejería de Educación las familias van a reanudar las movilizaciones hasta tener una respuesta satisfactoria.

17 años de espera

La historia del comedor del Valdés Leal se remonta al año 2007, cuando las familias comenzaron a reivindicar su construcción. En 2012, el Ayuntamiento de Sevilla "instaló unas casetas prefabricadas que deberían servir de comedor de forma temporal, durante los dos años que tardaría la construcción del nuevo edificio", recuerdan en el comunicado. De estas casetas, con capacidad para 70 personas, hacen uso diario 270 niños y niñas. Tras trece cursos escolares, denuncian, se encuentra en un estado "totalmente insostenible".

En 2017, la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía "comunicó oficialmente al centro la construcción del nuevo edificio", relata el comunicado. "En 2019 la obra fue finalmente adjudicada a una empresa constructora. En enero de 2020 se anunció el inicio de las obras por parte de la Agencia Pública Andaluza de Educación y la empresa comenzó con las mediciones del terreno. Pero tan solo un mes después, en febrero de 2020, la empresa constructora se declaró en quiebra y renunció a la ejecución de la obra", detalla el comunicado.

Entonces comenzó "un proceso de reclamaciones por parte de la dirección del centro y de las familias que culminó con una nueva adjudicación, en julio de 2023". Pero, de nuevo, "seis meses después del inicio de los trabajos la obra se volvió a paralizar con tan solo un 20% construido a causa de la quiebra de la segunda empresa adjudicataria". El AFA recuerda en su comunicado que este proyecto que cuenta "con un presupuesto de 386.200 euros financiado con fondos europeos y que ha sido abandonado".

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"En estos momentos, el CEIP Valdés Leal cuenta con una gran construcción a medio finalizar en el patio de centro, sin conocimiento de cuándo y cómo podrá reanudarse la obra para su finalización. Una obra que comienza a deteriorarse y en la que pueden apreciarse ya grietas y óxido, además de suponer un espacio de riesgo para el alumnado del colegio", concluye el comunicado.