Patrimonio

Paz en mitad del bullicio: esta es la plaza escondida que ni los propios sevillanos conocen

Ubicada en uno de los barrios más visitados de la ciudad es imposible dar con ella durante un simple paseo y tiene acceso directo a una iglesia

Entrada trasera de la Iglesia de Santa Cruz desde la Plaza de la Escuela de Cristo. / El Correo

Rocío Soler Coll

Sevilla tiene varias plazas escondidas que, al dar con ellas, uno reacciona como si hubiera descubierto un tesoro. La Plaza de Santa Marta, la Plaza del Cabildo, la Plaza de Doña Elvira o la Plaza de Santa Cruz son algunas de ellas. Sin embargo, solo se necesita una búsqueda en Google Maps para dar con cualquiera de ellas, todas llenas de encanto y embrujo sevillano.

No obstante hay una que se resiste a cualquier ruta de la aplicación de mapas y tampoco es posible encontrarla a través de un paseo cuotidiano, pues está demasiado escondida. Este enclave recogido es paz en mitad del bullicio, donde el eco retorna de las paredes, los pájaros se escuchan con claridad y la temperatura siempre es fresca.

Rincón de la Plaza de la Escuela de Cristo, en el barrio de Santa Cruz. / El Correo

En pleno barrio de Santa Cruz paseando por la calle Ximénez de Enciso hay un desvío por la calle Carlos Alonso Chaparro que apenas puede verse, sin embargo, es importante llegar hasta el final donde una puerta a la izquierda lleva al visitante hasta un sitio único. Es por su enrebuscada ubicación que muchos vecinos de Sevilla desconocen este lugar que, precisamente, es de los pocos del barrio que todavía mantienen un ambiente de vecinos propio del siglo pasado.

Su calle, un engaño visual

El barrio de Santa Cruz es uno de los más concurridos por los visitantes y con mayor número de plazas emblemáticas en la ciudad. Muchos piensan que este barrio está plagado de calles sin salida, pero la realidad es que todas las vías tienen una salida, algo que sucede con esta plaza, pues es muy difícil dar con ella porque su calle parece cerrada, todo un engaño visual.

Sin embargo, si el visitante llega hasta el final del callejón Carlos Alonso Chaparro y después gira a la izquierda se topará con un tesoro que pocos conoce: la Plaza de la Escuela de Cristo, un enclave con acceso directo a la Iglesia de Santa Cruz y a la Hermandad de Santa Cruz. Esta parroquia da a la calle Mateos Gago y su salida trasera a esta plaza, un remanso de paz ante el mundanal ruido de los turistas y las terrazas.

Entrada trasera a la Parroquia de Santa Cruz desde la Plaza de la Escuela de Cristo. / El Correo

El preludio a entrar a una iglesia

Este pequeño lugar de encuentro, donde uno puede encontrarse con personas rezando o niños jugando con la pelota, podría describirse como el preludio a entrar a una iglesia, pues la temperatura es más baja que en el exterior y el ruido desaparece al adentrarse en estas paredes blancas encaladas y las muchas macetas simples y de colores.

Una vuelta de 360º por esta plaza permite ver los dos retablos, el Retablo de la Adoración de los Pastores en la Plaza de la Escuela de Cristo y el Retablo cerámico del Santísimo Cristo de las Misericordias que conviven entre un ambiente de vecinos, los pocos que todavía viven en el barrio, que le dan a esta plaza una vida especial.

Pulsa para ver más contenido para ti

La Plaza de la Escuela de Cristo es uno de aquellos rincones que, al descubrirlo, uno cree que ha encontrado algo único, un espacio aún por descubrir y que, por lo tanto, es un privilegiado por tener la suerte de poder estar un rato entre esas paredes que yacen entro el bullicio de la vida cuotidiana y el silencio de la vida más espiritual.

Pulsa para ver más contenido para ti