Los Remedios estalla por la obra de Juan Sebastián Elcano: "Nos han secuestrado"

"Ya está abierta de Plaza de Cuba para acá". Hace una semana que entre los vecinos del barrio de Los Remedios solo hay un tema de conversación: la obra que les tienen cortadas la calle Juan Sebastián Elcano y las vías aledañas. Vecinos y negocios entienden la necesidad de los trabajos, pero no comparten ni las fechas ni la forma de llevarlas a cabo.

El barrio de Los Remedios se encuentra ya en plena transformación física. Las obras que comenzaron con el macroproyecto de KKH han servido como excusa también para reurbanizar parte del distrito. A esto también se ha sumado Emasesa que va a acometer una sustitución de sus redes de abastecimiento, así como la instalación de una nueva red de baldeo en la calle Juan Sebastián Elcano, aprovechando también las obras de pavimentación que se van a desarrollar en esta vía. La obra se extenderá durante un año y, según los carteles, tiene un presupuesto de 1,5 millones de euros.

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Cuando Antonio sale del portal de su casa en busca del coche, el suelo tiembla bajo sus pies. "Esto va de pena", critica este vecino de la calle Virgen de la Victoria, que intenta hablar por encima del martillo hidráulico que trabaja a menos de 10 metros de su vivienda. "KKH y el Ayuntamiento nos mandan una cartita dándonos las gracias, pero les importa un pimiento, lo podrían haber postergado a después de las Fiestas", insiste Antonio, que se pregunta qué tendrán que hacer a tan solo un día de Nochebuena.

El problema de la movilidad

La movilidad es una de las principales preocupaciones de los vecinos estos días. Con bloques de pisos antiguos, son pocos los que tienen garajes en sus viviendas por lo que la mayoría de vecinos paga una tarjeta anual para poder aparcar. Sin embargo, los trabajos suponen una pérdida de unos 400 aparcamientos, que se extiende por la Glorieta de las Cigarreras y las calles Pierre de Coubertin y Monte Carmelo. "Nos ha llegado la notificación para renovar la tarjeta", recuerda Antonio, que confirma que va a ir a decirles que no va a pagar 90 euros "para no poder aparcar". "Las zonas verdes si las cobran", ironiza.

En la calle Monte Carmelo los coches están aparcados en las dos direcciones, muchos no sabe todavía qué sentido deben tomar. De hecho, en las calles que dan a Juan Sebastián Elcano, cuyos accesos abren y cierran sin avisar, son los propios conductores quienes deciden la dirección de la calle y se organizan para no chocarse. "Han quitado todos los carteles y que sean los vecinos los que se las avíen y se peleen entre ellos", denuncia Pilar, residente en la calle afectada por los trabajos, que sostiene que "así es la guerra".

"Nos han secuestrado", sostiene la vecina. En un barrio con la población envejecida, donde uno de cada cuatro vecinos tiene más de 65, son muchos los que temen una desgracia. "Si ahora tiene que entrar a los bomberos antes una ambulancia no puede pasar", insiste Pilar. Esta vecina acusa al alcalde, José Luis Sanz, y el delegado de Movilidad, Álvaro Pimentel, por "dejación de funciones", asegura que les "han metido en una ratonera" y se pregunta si "¿tan difícil es hacerlo con sentido común?". "Querían la calle entera para que sus camiones entraran y salieran", subraya para.

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Los negocios, muchos de ellos de pequeños empresarios, también están padeciendo la situación. El bar Santa María cumplirá 70 años en unos meses y sus camareros bromean con que ellos la fase de ruidos ya la superaron y que lo que más temen es el polvo. Eso sí, como muchos bares de la zona, reconocen que el principal problema, acceder con sus vehículos no lo sufren, ya que la mayoría son parroquianos y clientes del barrio. En el Avenate se preparan para lo que les viene a partir del día 11. "La calle nos la cortan un año y tenemos miedo por el polvo que se nos puede meter", explica su encargado, que sonríe aliviado al comentar que el garaje de enfrente les permitirá vivir la obra en dos fases.