Aquellas noches de cine con Bruce Lee

Triana guarda en la memoria los años dorados de proyecciones veraniegas sobre albero recién regado, cartuchos de pipas y jazmines

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
06 sep 2017 / 23:17 h - Actualizado: 06 sep 2017 / 23:21 h.
"Veraneando","Cine","Ocio","Cine de verano"
  • Chuck Norris y Bruce Lee en acción en una de las películas que se proyectaban en Triana. / El Correo
    Chuck Norris y Bruce Lee en acción en una de las películas que se proyectaban en Triana. / El Correo
  • Ambiente familiar y concurrido en una de las últimas sesiones del cine de verano Avenida, en el antiguo número 39 de la calle Pagés del Corro. / Fotos: El Correo
    Ambiente familiar y concurrido en una de las últimas sesiones del cine de verano Avenida, en el antiguo número 39 de la calle Pagés del Corro. / Fotos: El Correo

El 18 de septiembre de 1998 está grabado a fuego en la memoria de los cinéfilos más románticos de la otra orilla. Aquella noche se proyectaba la última sesión de la temporada del cine de verano Avenida, en Pagés de Corro a la altura de lo que hoy se conoce como calle Nuestro Padre Jesús Nazareno. La película era lo de menos. Lo importante era acudir a la proyección «como acto de homenaje y reivindicativo» para salvar una parte destacada de la cultura de Triana, como bien recogía la convocatoria pegada en los muros de un arrabal que luchaba (y aún lucha) por conservar lo que siempre ha sido frente al «avance arrollador de la especulación urbanística» que empezaba a asomar la patita.

«Era muy agradable. Solíamos coger un jersey, sobre todo porque refrescaba en la segunda sesión. Al llegar a la puerta, siempre había gente vendiendo cartuchos de pipas, altramuces... Luego se entraba para la general, que estaba más pegada a la pantalla y era la zona más barata frente a la preferencia, donde había mesas para que la gente pudiera comer mientras veía la película». Diego Parra apenas tenía 20 años cuando Triana presumía de este y de otros tantos cines de verano. Eran finales de los años setenta y el género vivía su época dorada. «Además del cine de verano Avenida, también estaban el de Alfarería, el cine Emperador en Pagés del Corro, otro en la calle Evangelista, el de República Argentina y en San Gonzalo, a la altura de la avenida de Coria».

Los más mayores recuerdan con nostalgia aquellas veladas bajo las estrellas «con el albero recién regado, las pipas, los jazmines, las conversaciones a media voz, la hiedra del ambigú, un niño que llora, la selecta nevería, la luna y hasta la anécdota del gato paseando por encima de la pantalla».

La temática familiar dominaba las proyecciones que, como recuerdan, arrancaban con los trailers, «donde aplaudían o silbaban todo el mundo y se fumaba sin parar». El bueno, el feo y el malo, Le llamaban Trinidad o Cuando ruge la marabunda se visualizaron en los cines de verano trianeros. También casi toda la saga de Bruce Lee. «Creo que vimos todas las entregas de estas películas de kárate que daban botes y subían al séptimo piso», apuntan los vecinos.

Pero aquellos días felices no volvieron pese a los esfuerzos vecinales por salvar «esta excelente y característica forma cultural de entender y vivir las noches de verano» en Triana y, por extensión, en toda Sevilla donde se llegaron a contabilizar hasta 55 cines estivales en los años sesenta.

En este sentido, en aquel año 1998, se creó la plataforma cívica de defensa del Cine Avenida. Sobre su habitual emplazamiento –entre Alfarería y Pagés del Corro desde la localización provisional del mercado hasta el Corral del Cura, con una extensión aproximada de ocho mil metros cuadrados–, estaba prevista la intervención urbanística del Plan Especial de Protección de Triana con la apertura de una nueva calle –la rotulada a Nuestro Padre Jesús Nazareno– y la construcción de viviendas y un aparcamiento subterráneo –lo que hoy es la promoción de viviendas Galia–.

La plataforma promovió la recogida de firmas para mantener «un modelo cultural» que marcó varias generaciones de aquella Triana pura de patios de vecinos y corrales familiares. De igual manera, se iniciaron pasos para blindar el Cine Avenida, «en su actual emplazamiento y configuración», como «Bien de Interés Etnológico» a través de sendas peticiones al Ayuntamiento de Sevilla y a la Consejería de Cultura.

Pero irremediablemente la situación estaba sentenciada por «la pujante especulación urbanística» de aquellos años. Los entendíos dicen que «el ladrillo ganó al séptimo arte». Aún así, la lucha vecinal no ha cesado.

Cinco años de lucha

La asociación vecinal Triana Norte lleva cinco años impidiendo que caiga en el olvido. En mayo de 2012 lograron el apoyo de PP y PSOE en el distrito a la propuesta de reabrir el cine de verano Avenida. Un año después insistieron y la respuesta fue de que tendrían «alguna noticia en las próximas semanas». En 2014 volvieron a preguntar a la junta municipal del distrito, y hace sólo unos meses mantuvieron nuevas conversaciones.

La realidad, dicen, es que el verano está a punto de expirar y «otro año más Triana se ha quedado sin cine de verano». Sus quejas cuentan actualmente con el respaldo de Participa Sevilla. La formación ha logrado reunir en un fin de semana hasta mil firmas para que vuelva la gran pantalla. El talón de Aquiles parece ser la falta de solares para albergar esta actividad «de ambiente familiar y tradicional» que «cumple una función social indiscutible» en el barrio.