Bécquer vuelve a casa por Navidad

El espíritu de Maese Pérez, el organista que el poeta sevillano situó en Santa Inés, vuelve a ese convento cada año para revivir su inmortal leyenda

24 dic 2019 / 08:40 h - Actualizado: 24 dic 2019 / 08:50 h.
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El espíritu de Maese Pérez, el organista imaginado por Gustavo Adolfo Bécquer cuando tenía 25 años, y que ubicó en Sevilla, volvió a la vida en el convento de Santa Inés, donde se ubicó en la mente del poeta hispalense su única leyenda inspirada en su ciudad.

Una cita que cada año se recuerda mediante la recreación de esta leyenda única, con la iniciativa de 'Con Los Bécquer en Sevilla' y 'Noches del Baratillo', asociaciones culturales que se unen cada año para este fin. La música la puso el maestro organista Abraham Martínez.

Martínez, al frente de la fundación Alquimia Musicae, que se ha encargado de restaurar el órgano del convento, con lo que la cita tiene un aire muy especial hace dos años, ya que se dejó de usar un órgano eléctrico y se recuperó el original del convento.

Es el mismo órgano que Bécquer cita en la leyenda, y aunque las recreaciones de esta obra se realizan en distintos lugares, en Santa Inés es donde se inspiró, y por eso cada año, cuando se acerca la Navidad, decenas de personas abarrotan las naves del convento para escuchar y ver la recreación nada más terminar la Eucaristía, disfrutando del sonido de un instrumento obra de transición entre los siglos XVII y XVIII, al que Abraham Martínez hizo un arreglo inicial para tocar en 2017, pero que ya suena en todo su esplendor.

Diciembre es un mes muy concreto para los Bécquer

Pilar Alcalá, secretaria de 'Con los Bécquer en Sevilla', asociación que se encarga de preservar y difundir el legado del poeta, recuerda que diciembre es un mes muy especial para esta entidad, ya que acoge los aniversarios del nacimiento de Valeriano Bécquer (15 de diciembre de 1833) y del fallecimiento de su hermano Gustavo Adolfo (22 de diciembre de 1870). De la muerte de ambos se cumplen en 2020 150 años, lo que dará un especial sabor de 'Año Bécquer' a los próximos 12 meses en Sevilla.

La leyenda de Maese Pérez fue publicada por primera vez en el periódico madrileño "El Contemporáneo" en 1862, y supone una cita de lectura teatralizada sobre la base de la figura del organista, un anciano ciego de nacimiento de 76 años y poseedor de un don especial para tocar el órgano.

No poseía amigos, y solo tenía una hija, y es retratada como un hombre solitario y austero que no tenía mucho dinero, pero hacia todo lo posible por compartirlo con los más desfavorecidos.

El fantasma organista

Tocaba el órgano, como nadie lo había hecho antes, arte que heredó de su padre, pues al fallecer le dejó su órgano, y Maese Pérez decidió seguir sus pasos. Todo el mundo lo conocía además por tocar el órgano, por lo bueno que era. Lo solía tocar en Nochebuena, pues significaba mucho esa noche para él.

Al llegar la Nochebuena, todo el mundo esperaba impaciente a que Maese Pérez apareciera para que la misa comenzara, pero este tardaba mucho, lo cual hizo que el arzobispo y las personas allí presentes se impacientaran.

Al poco tiempo, llegó Maese Pérez, aunque estaba muy enfermo y pálido. La misa comenzó con toda tranquilidad, y llegó el momento de la hostia consagrada; Maese empezó a tocar, todo el mundo guardaba la respiración para que se le escuchara con toda claridad. A la hora en que el arzobispo iba a tomar la hostia, se escuchó el grito de una mujer. Era el grito de su hija, pues su padre había muerto.

A partir de ahí, la leyenda muestra a un convento en el que el fantasma del organista vuelve para la Misa del Gallo al año siguiente, tras negarse su hija a tocar por no estar a la altura. Incluso, deja sitio para la anécdota, ya que el Obispo no quiso estar en el convento de Santa Inés esa noche y prefirió ir a la Catedral. Narra Bécquer que el organista elegido para ese escenario no estuvo afortunado al tocar, y el Obispo, además, se enteró del milagro al día siguiente, para doble arrepentimiento de la decisión tomada la noche antes.