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La facultad de Física de la Universidad de Sevilla. / El Correo
No está de más fijarse en los detalles. Por ejemplo, si tres de los cuatro mejores estudiantes de Sevilla de la pasada Selectividad coinciden en su deseo de estudiar el doble grado en Física y Matemáticas de la Universidad de Sevilla (US), tendrán sus motivos.
También tienen nota suficiente, y no es fácil, porque este doble grado se ha convertido desde su creación, hace solo tres años, en el más cotizado de Andalucía. A falta de conocer su nota de corte del próximo curso, ha tenido cada vez un ingreso más exigente. En 2013 se accedió con un 12,828; en 2014, con un 13,263, y el curso pasado, con un 13,445.
Las solicitudes también crecen cada año. En 2013 lo demandaron 147, 53 de ellos como «primera preferencia». El curso pasado hubo 258 solicitudes, 144 en primer lugar. Las plazas son escasas, 15 el primer año y 20 a partir del segundo, de manera que sólo quienes tengan un expediente verdaderamente sobresaliente pueden optar a cursar este doble grado.
La segunda titulación que, el curso pasado, requirió una calificación más alta para entrar fue Biomedicina básica y experimental, de la Universidad de Sevilla. En la universidad Pablo de Olavide, el corte más elevado fue el 12,504 de su grado de Biotecnología. La realidad es que el doble grado en Física y matemáticas no ha puesto todavía a ningún egresado en la calle, y habrá que esperar hasta 2018, pero aún así cada año hay más jóvenes que se interesan por él.
Y no es una tendencia extraña. En la Complutense de Madrid sucede exactamente lo mismo. El año pasado, solo los alumnos que acabaron el Bachillerato y la Selectividad con, al menos, una 13,45, pudieron cursarlo allí.
Explica la US que «los grados en Física y en Matemáticas poseen la suficiente complementariedad para hacer viable el diseño de un itinerario para la obtención del doble grado. De las titulaciones de la rama de Ciencias, la Física es la que más requerimientos matemáticos exige». Por otro lado, «el rigor en el análisis de los problemas que el Grado en Matemáticas aporta será un valor que los alumnos que cursen el doble título obtendrán, y se verá complementado con la aplicación a problemas físicos y la necesidad de modelización que exige la aproximación al estudio de estos problemas».
Y ya en este enunciado se empieza a ver por dónde surge el interés en esta doble titulación, más allá de la importancia que los gustos de cada uno: las perspectivas laborales son excelentes.
El decano de la Facultad de Matemáticas, Antonio Beato, es prudente porque todavía no hay egresados, aunque augura buenas perspectivas y asegura que harán un seguimiento de esos primeros alumnos que se integren en el mercado laboral.
Beato destaca también el carácter «muy vocacional» de las dos disciplinas que se imparten y la «buena acogida» que el grado ha tenido desde su inicio en 2013. «No teníamos claro hasta qué nivel íbamos a llegar. Sí creíamos que iban a ser alumnos vocacionales y con capacidad para atreverse con dos grados a la vez». Luego resultó que sus mejores expectativas se quedaron cortas, de ahí la altísima nota de corte, que también tiene que ver con las pocas plazas que se oferta: 15 el primer año y 20 los siguientes: «Lo planteamos en una época con los recursos que existía y había que adaptarse». Por ejemplo, un grupo de prácticas de Física lo forman 20 alumnos, y en Matemáticas hay que cubrirlo con los profesores que tenemos.
De manera que con este grado ha cristalizado el interés «que siempre hubo», según Beato, por la unión de la física y las matemáticas. «Se trata de una propuesta natural con dos titulaciones muy cercanas», insiste. Los alumnos que se atrevan deberán obtener 360 créditos en cinco años, 72 créditos por curso. Un reto atractivo y con buenas perspectivas.