El SAT apoya el 1-O en su sede del Pumarejo

El sindicato reunió a más de un centenar de personas en favor del referéndum en Cataluña

26 sep 2017 / 23:14 h - Actualizado: 26 sep 2017 / 23:29 h.
"El desafío catalán"
  • Uno de los asistentes a la charla del SAT muestra una papeleta para el referéndum ilegalizado. / Manuel Gómez
    Uno de los asistentes a la charla del SAT muestra una papeleta para el referéndum ilegalizado. / Manuel Gómez

El SAT (Sindicato Andaluz de Trabajadores) está acostumbrado a moverse siempre en el filo del precipicio. Y en esta ocasión ha vuelto a suceder. Su pretensión de realizar un acto de reflexión y debate en positivo en torno al referéndum catalán se topó con la prohibición de su celebración en el Paraninfo de la Universidad Pablo de Olavide, donde originalmente había sido previsto. Finalmente, más de un centenar de curiosos y simpatizantes se dieron cita ayer tarde en la sede del SAT, en la calle Aniceto Sáenz, que presentó una entrada completa para un acto al que finalmente no pudo acudir el portavoz de la CUP, Quim Arrufat, que había sido invitado. Sí lo hizo, aunque llegara tarde, el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo.

El histórico sindicalista, aunque fue el último en el turno de palabra, acabó siendo como esperaban sus fieles, el artista principal tras los teloneros. «Si somos ilegales es que estamos en lo cierto», arrancó. «El 1-0 representa la posibilidad de romper con un modelo de estado imperialista y criminal heredado del franquismo. Tenemos que identificarnos con el independentismo catalán porque su libertad será también la nuestra», dijo. Luego, Gordillo, se empeñó con fuerza en sus ataques al PP y al PSOE, al que llamo «el partido del capitalismo sonriente».

En un discurso largo y vociferado, el político se embarró en la disquisición sobre el uso de la fuerza: «Si los pobres usamos la violencia nos llaman terroristas; si lo hacen los poderosos se dirá que es por la libertad». «Andalucía necesita soberanía, porque eso es lo que reclama la clase obrera; y no estar gobernados por una socialista, Susana Díaz, que es más españolista que el brazo incorrupto de Santa Teresa de Jesús». «Los sueños de los catalanes son los nuestros, porque es mentira que el nacionalismo es de la burguesía, hay un nacionalismo obrero, social y de izquierdas que es el que está luchando por romper la Constitución del 78», concluyó.

«Es el momento de desobedecer y de adecuar las leyes al pueblo. ¿A qué punto hemos llegado para que enarbolar una simple papeleta de voto sea hacer un acto de rebeldía?», se planteó el portavoz nacional del sindicato, Óscar Reina. Citando a Mario Benedetti y a Miguel Hernández, defendió luego la lógica de apoyar desde Andalucía el 1-0. «Esto no solo va de independencia, va de decir basta a la cerrazón y a la sinrazón y de derribar la Constitución, que es heredera del régimen del 39».

«Es el turno de las nuevas generaciones, los jóvenes catalanes se ríen cuando viene Rajoy y les dice que no se puede otra. Esto es imparable», añadió el miembro del SAT Granada, Javier García. «El proceso se va a desbordar por la izquierda, ya se está trabajando para una huelga general en Cataluña el 3 de octubre. La clase política española no tiene legitimidad para volver al consenso del estado de las autonomías. Nosotros también querremos luchar por soberanía andaluza», avanzó.

En nombre de Izquierda Andalucista, Pilar Távora, insistió en que «el derecho a decidir está en nuestro horizonte. Por eso estamos con una Cataluña que quiere decidir en libertad y no con un Gobierno fascista; hemos de pedir desobediencia civil y constitucional porque el Gobierno está mostrando sus manos más sucias», dijo mientras en la puerta, a la vera del Pumarejo, ondeaban con timidez una estelada y una bandera independentista andaluza.