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Juan Espadas y la consejera Rosa Aguilar se reúne con vecinos del Parque Alcosa en 2011. / Javier Cuesta
Con la clásica ambigüedad con la que el consistorio sevillano lleva planteando las grandes propuestas del mandato de Juan Espadas, el alcalde ha ofrecido este mediodía una visión genérica del panorama cultural que se le viene a Sevilla encima en los próximos años haciendo gala de una retórica tan imprecisa como optimista. Lo hizo tras reunirse en la Plaza Nueva con la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, con quien representó una vez más en lo que va de mandato la escena del entendimiento perfecto entre Ayuntamiento y Junta de Andalucía.
Con estos apriorismos por delante, Espadas habló de los grandes episodios culturales pendientes en la ciudad, en particular el llamado Año de Murillo y la conmemoración en 2019 de la gesta de la primera vuelta al mundo, la de Magallanes y Sebastián Elcano. Tampoco hubo mucho más que una expectativa halagüeña: la promesa de que ambos fastos se desarrollarán a lo grande, mucho más allá de una mera exposición, y para que toda Sevilla pueda disfrutar de ellos en sus diversas modalidades, pero sin concretar nada. Salvo, eso sí, que lo que tenía preparado el anterior alcalde, Zoido, para la celebración de Murillo apenas era poco más que un exiguo dossier.
En este capítulo de las declaraciones e intenciones, Espadas manifestó su esperanza de que las Atarazanas estén cuanto antes, compartiendo así las prisas que pueda tener La Caixa al respecto, así como expresó su intención de reunirse con los vecinos para avanzar en la protección y puesta en valor de la antigua Fábrica de Vidrio.