La Feria, hervíboramente hablando

Una caseta pública, La Marimorena, mantiene una amplia oferta gastronómica para los veganos; una opción alimenticia que se abre un tímido camino en el Real

04 may 2017 / 09:21 h - Actualizado: 04 may 2017 / 09:25 h.
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  • La caseta de la ONG Acción en Red también es un punto de encuentro habitual para quienes vivir la Feria de una manera ‘alternativa’. / Diego Arenas
    La caseta de la ONG Acción en Red también es un punto de encuentro habitual para quienes vivir la Feria de una manera ‘alternativa’. / Diego Arenas
  • Las raciones de montaditos de hamburguesa vegana vuelan. / Diego Arenas
    Las raciones de montaditos de hamburguesa vegana vuelan. / Diego Arenas

Si es de los que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor entonces pare de leer. La Feria de este año está demostrando, por variadas razones, ser diferente a la de otros años. Que ahora sea más larga no es, a la postre, lo que cambia sustancialmente una tradición. Las costuras temporales no son tan relevantes como que al fin los turistas dispongan de una agradable y amplia caseta –como las demás– en pleno Real. Pero los hábitos alimenticios están cambiando y, hasta hace bien poco, era prácticamente imposible sobrevivir en la Feria de Sevilla si se era vegano. No es posible mantenerse en pie a base únicamente de rebujito como tampoco lo es alimentándose exclusivamente de pimientos fritos y tomates aliñados.

Por eso en la caseta La Marimorena (Manolo Vázquez, 31) llevan unos cuantos años siendo visionarios. El cóctel es idóneo para sus fines; toda vez que los responsables de este lugar están a su vez al frente de la ONG Acción en Red, que trabaja en el ámbito de la solidaridad con las personas inmigrantes, buscando su integración; entre otras causas que también asumen como propias. Que nos encontremos en una pequeña caseta de libre entrada facilita aun más el éxito.

«Se puede venir a la Feria de Sevilla siendo veganos y comer bien», dice uno de los responsables de una barra en la que la igualdad se lleva casi a rajatabla para satisfacer a carnívoros y herbívoros; aunque la carta todavía no sea cien por cien paritaria. «Cada año tienen más cosas para nosotros», observaba una cliente habitual ayer; del bando verde, claro. Como verdes son las espinacas con garbanzos que sirven, puede que unas de las más ricas del Real al menos para quienes no den por auténtico el axioma de que esta verdura de hoja tiene que estar ahogada en aceite para dignificar el nombre de tan castizo y vegano plato.

Para disfrutar de La Marimorena solo hace falta una cosa –dos si se tiene en cuenta la necesidad de comprar los tickets primero–; paciencia. Porque aquí los camareros son voluntarios de la ONG y los platos pueden fluir –en los momentos cumbre– a un ritmo más lento de lo acostumbrado. «Merece la pena esperar, antes de existir esta posibilidad tenía que venir a la Feria con un protector de estómago o dos por la de gazpacho, pimientos y tomates aliñados que tenía que comer para no desfallecer en la fiesta», consideraba Elvira, miembro de la organización Anima Naturalis y que visita cada año el Real por devoción a las sevillanas pese a ser natural de Castellvi de Rosanes (Barcelona), a donde se llega cogiendo Asunción hacia arriba y luego girando a la derecha.

Sin menospreciar las aceitunas y las patatas fritas –que veganas, veganas son– las opciones culinarias que se ofertan al herbívoro –o vegetariano estricto– pasan en La Marimorena por las ya citadas espinacas, pero también por el muy oriental hummus, las fajitas de carne de soja, la hamburguesa de alcachofa (sin gluten) o el sabroso bocadillo de queso ahumado vegano con tomate natural. En algunas otros fogones de postín se pueden encontrar –con cierta suerte– champiñones al ajillo y el salmorejo, mejor o peor, corre a raudales en un tanto por ciento muy elevado de casetas. Y, al final, aunque los buñuelos estén vedados por culpa de la leche, siempre es factible amasar el estómago con una ración de churros. El resto, por cierto, es igual que para cualquier feriante. Sí, también pueden beber fino.