El pensamiento crítico es fundamental para que una sociedad esté viva, pueda avanzar y no se quede anclada en el pasado y en tiempos pretéritos que pudieron, o no, ser mejor. El foro Iniciativa Sevilla Abierta celebró esta lunes una nueva sesión en la que abundan sobre las causas y consecuencias del estancamiento de una ciudad como Sevilla.

El lema escogido para la sesión fue La ausencia de pensamiento crítico y el recurso a la etiqueta «progre y rancio» y fue el arquitecto Juan Manuel Rojas el responsable de moderar una mesa en la que estaban la catedrática de Matemáticas Clara Grima y la directora creativa y artístico del estudio Diseño Universo Eirín, Mercedes Eirín, y en la que abogaron claramente por fomentar que las personas piensen, críticamente, para que no se sigan de forma rutinaria las corrientes del pasado para que así la sociedad no se pare. «El pensamiento crítico es una herramienta de nuevas ideas, porque las del pasado ya no nos sirven», expuso el arquitecto para ir abriendo el debate.

La réplica la tomó la científica, quién defendió que este pensamiento «debe fomentarse desde la escuela» donde los maestros «resultan fundamentales» para el desarrollo de la sociedad. «No nos damos cuenta pero la figura de maestro es muy importante porque por ellos pasamos todos, y encima están muy mal pagados». Así, expuso que los buenos profesores, a su juicio, son aquellos que permiten al alumno pensar, y recordó cómo ella encaminó su carrera profesional a las matemáticas gracias a su profesor de Filosofía. «La ciencia no es divertida, pero es dura y apasionante y hay que saber enseñarle. Subir al Everest o correo una maratón también es muy duro pero para quienes lo hacen resulta apasionante», argumentó la científica.

Mercedes Eirín, por su parte, lamentó que la sociedad sevillana «se deja llevar por la masa y no piensa», cuando «el pensamiento crítico es completamente necesario». «La mediocridad nos ha vencido», aseguró la artista y diseñadora porque desde su punto de vista ella ve una sociedad sevillana que se deja continuamente «arrastrar por la costumbre» y que está como «adormecida y drogada».

Así, puso como ejemplo el reciente debate ciudadanos que se formó tras las propuestas para terminar ladecoración de la basílica del Gran Poder, en la que uno de los proyectos de ideas ganadores resultó una idea completamente rompedora con el actual templo del Señor. «Creo que es posible que se pueda hablar el mismo idioma en la reforma de la basílica tanto con las ideas de antes como con las de este proyecto. Yo abogo por convivir en lugar de por destruir y por dar algunas pinceladas contemporáneas en algo clásico», expuso la artista.

También se mostró crítica con la pasividad de la ciudad hispalense con los movimientos culturales contemporáneos ya que ella ve en la Avenida de la Constitución, por ejemplo, un gran escenario para mostrar el buen arte que se hace en la ciudad. «Es muy habitual en Europa, pero aquí es complicado que podamos hacer algo».

Para fomentar que este tipo de actuaciones se vean como algo normal, Rojas abogó por conservar amigos con diferentes ideas, «algo muy sano para el pensamiento crítico». Mientras, la científica Grima lanzó un mensaje ahora que la mayoría de la sociedad vive completamente hiperconectada. «Los niños con 5 años hablan y con 15 ya no, porque los callamos nosotros. No en la escuela, también en casa».