«Los brazos estirados y las manos a las carnes del de adelante. No vale agarrarle por la camiseta, el cinturón ni la mochila al compañero. Las manos a las carnes... pero que corra el aire, que he visto a mucha gente dándole demasiado cariño al de adelante».

No crean que el reto era fácil. Había que formar la cadena de patinadores más larga del mundo, todos cogidos de la cintura del siguiente, y recorrer 400 metros sin soltarse. El escenario escogido este sábado por el Club Patinadores de Sevilla para lograr esta proeza ha sido una de las calzadas del parque de la Vega de Triana, donde se han reunido patinadores llegados desde casi toda Andalucía. «De La Puebla ha venido un autobús entero». El objetivo: inscribir el nombre de Sevilla en el libro Guinness de los récords y arrebatarle a Singapur la marca que ostentaba hasta ahora, con 280 patinadores enlazados en un gran gusano.

Los técnicos se desgañitaban gritando una y otra vez durante los ensayos impartiendo las oportunas instrucciones para evitar que se creara el temido efecto acordeón en la parte trasera del trenecito. «Señores, hay que salir todos a la vez y estarmuy atentos a la cabecera. Nadie puede rascarse la cabeza, ni ponerse las gafas bien ni contestar el móvil». Bastaba que una mano se soltara de la cintura del compañero para que se invalidara el intento.

Después de varios ensayos mañaneros, a las cuatro de la tarde se procedía al primer intento de récord. Un tambor rociero marcaba el compás al que los patinadores debían avanzar para lograr la máxima coordinación, mientras que cinco policías locales y cinco bomberos actuaban como comisarios para asegurar la buena marcha del acto y comprobar que se cumplían los requisitos fijados por Guinness.

Al primer intento, el gusano se partió por la mitad debido a la caída de un patinador cuando la cabeza ya había rebasado la línea de meta. Los patinadores repitieron el ejercicio y, esta vez sí, al segundo intento se completó de manera impecable, desatándose la alegría entre los participantes al grito de «¡Yo soy Guinness!».

La nueva marca mundial –a falta de enviar las evidencias a la franquicia inglesa– ha quedado fijada en una cadena de 322 patinadores que han recorrido 400 metros.