Sevilla se deja 15.000 habitantes desde 2011

La capital sigue su depresión demográfica, al perder en un año 1.132 sevillanos. El padrón se remonta al de la Expo 92

Iñaki Alonso @alonsopons /
29 dic 2017 / 17:16 h - Actualizado: 30 dic 2017 / 09:03 h.
"Demografía"
  • Una pareja pasea por la calle Luis Montoto de la capital hispalense. / Jesús Barrera
    Una pareja pasea por la calle Luis Montoto de la capital hispalense. / Jesús Barrera

Sevilla se desangra en el padrón. La capital arrastra una depresión demográfica que ya dura siete años y que ayer constató su enésimo traspiés con la actualización del padrón que el Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó con fecha del 1 de enero. Mientras grandes capitales como Madrid, Barcelona o Zaragoza han conseguido recuperar población en 2017, Sevilla se deja 1.132 habitantes y fija su padrón en 689.434 sevillanos, cifras que se acercan peligrosamente a las que había en los albores de la Expo 92, que supuso el resurgir económico –y, como no, demográfico– de la capital.

Más que el último traspiés, preocupa y mucho el acumulado. ¿Se imaginan que, en solo siete años, se esfumara del mapa una población del tamaño de Espartinas? Pues es lo que le ha pasado con Sevilla que, desde que en 2010 alcanzara un pico de 704.198 habitantes, ha perdido de forma continuada 14.764 empadronamientos.

De momento, los diferentes gobiernos municipales no han dado con la tecla para revertir la tendencia. A la vista está que las campañas de empadronamiento no resultan efectivas –la última iniciada por el Ayuntamiento, data de 2017 y, por tanto, no podrá ser examinada hasta la nueva actualización del padrón–. Por eso no extraña la advertencia pública de los agentes económicos y sociales que, a través del CESS, ya mostró su preocupación por el descenso de la población de Sevilla «por el impacto negativo que pueda tener en los ingresos vía transferencias del Estado» y por su repercusión en una reducción de la actividad vía consumo. Unas advertencias que vinieron acompañadas incluso por propuestas, como la aplicación de «una adecuada política municipal de vivienda y empleo», que influya en un posible incremento de los ingresos» recibidos desde Madrid. A ello se suma también la pérdida de poder, que ya se oficializó en 2015, cuando la corporación municipal pasó de 33 a 31 concejales por bajar de los 700.000 habitantes. El siguiente escalón, aunque todavía en la distancia, sería el dejar de ser la cuarta capital de España, por detrás de Madrid, Barcelona y Valencia. Zaragoza está aún lejos, pero al acecho, al cerrar el último padrón en 664.938 habitantes, a 24.496 de la capital hispalense, al que solo en el último año ha recortado la diferencia en 5.000 personas.

La enfermedad crónica en términos poblacionales de la capital, aparte, tiene su efecto contagio en una provincia que frenó su crecimiento en 2014 y encadena los dos últimos años con leves pérdidas de población. El último padrón, de hecho, arroja, un descenso de 248 personas, casi imperceptible para una provincia que cuenta con un padrón de 1.939.527 habitantes. Los síntomas son idénticos al padrón anterior: el crecimiento más moderado del cinturón metropolitano, que hace una década era el motor nacional en natalidad; y bajada generalizada en lo rural.

El empuje nazareno

En el análisis pueblo por pueblo, 47 municipios ganaron población. Dos Hermanas lidera los números en positivo, con 696 habitantes más, para situarse en 132.551 y seguir situado, con diferencia, como el segundo más poblado de Sevilla. Le siguen, en demografía en positivo, los pueblos aljarafeños: Mairena del Aljarafe (+431), Espartinas (+225), Bormujos (+191), Tomares (+191) y Bollullos de la Mitación (+182). Precisamente, este último es el que representa un crecimiento mayor, del 1,76 por ciento. Al respecto, Alcalá de Guadaíra aguanta por encima de los 75.000 habitantes –clave para su consideración como Gran Ciudad–, aunque a duras penas, al registrar un incremento tibio de 26 personas.

Pese a ello, siguen siendo más los pueblos con descensos: 58, en total. De los que más bajan –porcentualmente– están Guadalcanal, Marinaleda y Cazalla de la Sierra, con 1,7 por ciento. Y, en términos generales, se lleva la palma Lora del Río (-190), con permiso de la capital.