Solidaridad en la calle y en las redes sociales

La asociación Sevilla Solidaria organiza recogidas de ropa, comida y juguetes que luego reparte entre los necesitados

06 ago 2016 / 20:17 h - Actualizado: 06 ago 2016 / 20:20 h.
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  • Solidaridad en la calle y en las redes sociales
  • Han llegado a recaudar 1.500 kilos de comida en un día. / José Luis Montero
    Han llegado a recaudar 1.500 kilos de comida en un día. / José Luis Montero

Pequeños rincones y grandes personas, en la calle y en las redes sociales, consiguen organizar la tan necesaria solidaridad en Sevilla. Es el caso de la asociación Sevilla Solidaria, que cumple seis años de vida. Con sus primeros pasos gracias a un grupo de Facebook, hoy mantiene dos locales en los que organizan entregas de alimentos, ropa, juguetes y apoyo para todo lo que la gente necesite.

Los inicios de la asociación fueron duros, pero el empeño de la pareja compuesta por Lola Rodríguez y Alejandro Elena ha conseguido movilizar redes de solidaridad cada vez más fuertes y organizadas. Al principio, utilizaban su propia casa como punto de recogida de los materiales, hasta que la asistencia social de la hermandad de la Macarena les concedió dos locales en la calle Morera, tras la muralla de la Macarena.

Con el lema «Ayúdanos a ayudar», congregan a casi mil personas en el grupo de Facebook por el que vertebran su actividad. «Uno de los principios de la asociación es que quien precise algo tiene que participar en las recogidas de alimentos que nosotros nos encargamos de organizar», explica Rodríguez. De esta forma, «el que necesita recibe pero también ayuda a otros».

Con cuatro recogidas de alimentos al mes, en las que han llegado a recaudar 1.500 kilos en una jornada, mantienen su local abierto para atender a la gente todos los martes y jueves de 19 a 21 horas. En una tarde reciben a partes iguales solidarios y voluntarios, como Ángela, una vecina que donó parte de «los 14 euros que me quedaban en comida. No sé si el mes que viene seré yo la que necesite ayuda, así que la doy mientras pueda».

La iniciativa surgió de la propia Lola, cuando vio cómo «unas madres pedían ayuda para sus hijos. Entonces, me puse a pedir juguetes para ellos, y la gente empezó a venir a mi propia casa a dar su ayuda». Fue ese momento en el que Rodríguez comenzó los trámites para declararse asociación, junto a su hermano y su marido.

El grupo nació también por la propia necesidad de la pareja, que estaba en paro. «Y lo que nos queda en él», puntualiza Manuel Martín, un joven de 23 años que se ha incorporado activamente a la asociación junto a su mujer Gema. «Nuestros corazones son solidarios, y el tiempo que podemos lo dedicamos a ayudar a los que pueden estar peor», dice.

Rodríguez no quiere que su asociación reciba subvenciones de organismos o administraciones «para mantener la independencia», pero sí incide en la necesidad de conseguir más apoyo de la gente. En concreto, necesitan urgentemente «una furgoneta o coche con el que trasladar las donaciones», dice Elena. «No podemos trasladar grandes objetos como sofás o frigoríficos que la gente nos llama para que recojamos, y tenemos que dar muchos viajes para trasladar los kilos de alimentos. Tampoco podemos atender los llamamientos de la provincia», lamenta.

Aunque el principal objetivo de la asociación es suplir las necesidades de los menores, Sevilla Solidaria no se pone límites. No sólo organizan recogida de ropa, alimentos y juguetes, sino que también proporcionan apoyo psicológico, información sobre otras asociaciones u organismos que puedan ayudarles y talleres, además de prestarse a lo que necesiten. «Hace poco un solidario que necesitaba alimentos para su hija ayudó a una mujer, víctima de violencia de género, a arreglar su domicilio: puertas, ventanas, suelos...», ejemplifica Rodríguez.

Ahora, la asociación centra sus esfuerzos en recoger material para la vuelta al colegio, ya que «no sólo se necesitan libros y lápices, también botines», dice Rodríguez. «Necesitamos más implicación, más solidaridad de todos. Queremos tener la tranquilidad de que si piden ayuda podremos darla. Ayúdanos a ayudar», enfatiza el joven Martín.