EDUCACIÓN
Aulas sin pantallas en Madrid y digitalización en Andalucía: "La clave es qué hacer con la tecnología"
La pedagoga e investigadora sobre Tecnología Educativa María del Mar Sánchez explica que no es posible prohibir los dispositivos electrónicos en las aulas porque "la competencia digital es obligatoria desde Infantil", según establece la ley de educación
Un alumno de primaria hace los deberes de la asignatura de Inglés con varios libros y un ordenador / Eduardo Parra
En las últimas semanas se ha ido produciendo la progresiva vuelta a las aulas y, con el inicio del curso, también lo ha hecho el retorno de uno de los grandes debates en torno a la educación: la digitalización de la enseñanza. Las comunidades autónomas tienen transferidas las competencias en esta materia, por lo que existen distintos criterios y políticas al respecto. Por ejemplo, mientras que la apuesta de la Comunidad de Madrid es por una educación libre de pantallas, Andalucía se ha volcado con la digitalización del sistema educativo.
¿Es la tecnología una aliada en las aulas, o es un arma de doble filo? ¿Qué riesgos puede presentar la digitalización desde educación infantil hasta bachillerato? Para abordar el tema, El Correo de Andalucía entrevista a María del Mar Sánchez, experta en la materia. Sánchez es doctora en Pedagogía e investigadora sobre Tecnología Educativa así como profesora titular en la Universidad de Murcia. Atiende a este periódico por teléfono para arrojar luz sobre los retos y oportunidades de la digitalización.
Diferencias entre comunidades
Sánchez comienza su explicación situando el contexto del debate: identifica dos aspectos "que permiten entender mejor el panorama político", adelanta. "Por un lado, en la pandemia nos dimos cuenta de que había problemas relacionados con las competencias digitales y falta de dotación tecnológica en muchos centros". Para paliar estas deficiencias, explica la experta, "Europa ha invertido muchos millones de euros para digitalizar el sistema educativo".
En la pandemia nos dimos cuenta que había problemas relacionados con las competencias digitales y falta de dotación tecnológica en muchos centros.
Al mismo tiempo, "la Unión Europea está exigiendo a los profesores que acrediten su competencia digital (igual que con los idiomas). En teoría, explica, las comunidades están formando y evaluando esas competencias". Pero la autonomía de cada territorio en esta materia hace que haya diferencias significativas. Así, resume, mientras que "hay sitios donde se están haciendo proyectos muy interesantes", en otros "no se entiende muy bien qué es la competencia digital y se plantea como el manejo técnico de herramientas". "Cada comunidad es un mundo".
Nuevas herramientas, viejos métodos
Todo esto se ha producido, según la experta, "al mismo tiempo que socialmente ha empezado a haber un rechazo hacia la tecnología". Una de las causas de este fenómeno al que apunta Sánchez es la rapidez con la que se ha producido el fenómeno. Expone que "está ocurriendo como con el bilingüismo: se está pasando por el filtro del modelo educativo tradicional".
La tecnología no tiene que sustituir al libro, tiene que complementarlo.
¿En qué se traduce esto? Sánchez presenta un ejemplo clarificador, el del libro de texto digital: "En vez de que la tecnología sea una oportunidad para trabajar de otra manera, se ha sustituido el libro de texto impreso por el digital, para que el niño memorice desde ese portátil". Para la pedagoga, esto no es un problema de la tecnología en sí misma, sino un problema didáctico.
¿Prohibir la tecnología?
Este contexto (sumado a los crecientes problemas de adicción de los más jóvenes a los móviles y a las redes sociales) es, reflexiona la experta, lo que está llevando a algunos territorios, como la Comunidad de Madrid, a lanzar "mensajes políticos" que abogan por etapas educativas libres de pantallas y dispositivos electrónicos. Este inicio de curso, la presidenta madrileña, la popular Isabel Díaz Ayuso, anunció que uno de los objetivos de su gobierno es potenciar el aprendizaje y la compresión de los alumnos en las primeras etapas educativas, fomentando "la ortografía, la caligrafía y velar porque el mal uso de la tecnología no sea un obstáculo".
Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, en un colegio en el inicio del curso escolar 2024-2025. / Sergio Pérez
En esta línea, según recogió la cadena Ser, en la Comunidad de Madrid "en ningún caso se van a emplear los dispositivos electrónicos" en la etapa de infantil; en primaria un uso racional para fines estrictamente educativos; y, en secundaria, se transitará a un uso autónomo, "pero con reglas claras, supervisión, contenido educativo y dirigido por profesores".
La competencia digital es obligatoria
Para la pedagoga, este tipo de anuncios políticos "no son factibles". "De hecho", puntualiza, "en la letra pequeña siempre pone 'salvo fines estrictamente educativos' o 'mientras que su uso esté justificado pedagógicamente'. Ahí está el truco. No lo pueden prohibir porque la competencia digital es obligatoria", asegura la experta.
Pero, ¿qué son, exactamente, las competencias digitales? Según explica la pedagoga, "no es enseñar a los niños, a nivel técnico, a usar un ordenador. Eso es una parte; pero también hay que enseñarles a vivir en un mundo de tecnología, a programar, a entender qué es un algoritmo, a identificar fake news, a convivir con hábitos saludables...".
La competencia digital es obligatoria desde Infantil, según lo establece la LOMLOE.
El preámbulo de la LOMLOE dice que "se hace necesario que el sistema educativo dé respuesta a esta realidad social [el cambio de enfoque propiciado por el uso generalizado de las tecnologías de la información y la comunicación] e incluya un enfoque de la competencia digital más moderno y amplio".
Además, la LOMLOE recoge que "el desarrollo de la competencia digital no supone solamente el dominio de los diferentes dispositivos y aplicaciones. Con el objetivo de que el sistema educativo adopte el lugar que le corresponde en el cambio digital, se incluye la atención al desarrollo de la competencia digital de los y las estudiantes de todas las etapas educativas".
Digitalización del sistema
Al contrario que su homóloga madrileña y compañera de partido, el presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno, ha apostado por la digitalización del sistema educativo. La licitación de más de 206 millones de euros (con financiación de la UE a través de los fondos Next Generation y el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia) para la adquisición de dispositivos y aulas digitales interactivas situó al Gobierno andaluz como el primer organismo público nacional en inversión en TIC en 2024.
La Junta de Andalucía licitó más de 206 millones de euros para la adquisición de dispositivos y aulas digitales interactivas.
En esta línea, en enero de este año la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional licitó más de 174 millones de euros para la adquisición de sistemas digitales interactivos (aulas digitales) en centros educativos públicos de Andalucía.
Más datos: con motivo del inicio del curso, la Junta informó de que a partir del mes de noviembre está previsto que se repartan 91.000 nuevos dispositivos en las aulas andaluzas para avanzar en la digitalización educativa de Andalucía, a lo que se suma el equipamiento a partir de 2025 de 50.000 aulas interactivas.
Formación y estrategia
¿Qué opina Sánchez de este despliegue de medios? "La dotación tecnológica es importante, pero la clave es qué medidas formativas y qué estrategia se van a llevar a cabo" para sacarle provecho a esa tecnología, opina.
Como ejemplo de buena praxis del uso de herramientas, Sánchez rescata 'Callejeros literarios' y 'Callejeros científicos', "un proyecto colaborativo en el que estudiantes de Educación Primaria y en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) de distintos colegios de España, a través de Internet, seleccionaban nombres de personalidades literarias y científicas en su ciudad, buscaban información sobre ellos y elaboraban pequeñas biografías". Para ello, explica la pedagoga, "usaban recursos digitales y manipulativos, y construían un itinerario en Google Maps por sus ciudades".
También hay ejemplos exitosos de competencias digitales en Educación Infantil, como es el caso de la aplicación ScratchJr, a través de la cual "los niños aprenden a programar". "En Infantil una de las claves es cambiar la perspectiva: que los niños dejen de ser consumidores (ponerles un vídeo en una pantalla) y que aprendan cosas tan importantes como que las máquinas no son mágicas", desarrolla la experta.
Esta plataforma, explica Sánchez, permite también desarrollar el lenguaje audiovisual e introducir la perspectiva del "pensamiento computacional desenchufado: se introducen a los niños conceptos informáticos pero sin la tecnología". "La clave no es la herramienta, es qué hace el docente con ella, y eso es lo que se nos escapa", insiste.
Consenso en la falta de consenso
¿Y qué ocurre con los riesgos asociados al uso de pantallas desde edades tan tempranas? La pedagoga asegura que "no hay evidencia de que la tecnología por sí cause problemas estructurales en nuestro cerebro". En cuanto a los problemas asociados a la visión, "hay una correlación entre el mayor uso de pantallas y el aumento de la miopía", explica, si bien aclara que "la miopía no está causada por la pantalla, sino por fijar la vista en un punto con poca luz durante mucho periodo de tiempo, y eso puede pasar también con el papel".
Lo que sí reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS), abunda la experta, es la adicción a los videojuegos si bien matiza que esto se centra más en "videojuegos tipo ruletas y de recompensas inmediatas, que activan ciertos aspectos cerebrales que sí pueden causar adicción".
"Lo que sí sabemos, desde la pedagogía", asegura Sánchez, "es que cuando se utiliza bien la tecnología los niños son más conscientes de sus riesgos y saben hacer un mejor uso de las herramientas". Por lo tanto, insiste la experta, "el problema no es la tecnología sino sustituir con ella aspectos básicos del desarrollo".
Con todo, la investigadora sobre Tecnología Educativa reconoce que existe falta de consenso científico sobre este debate: "vas a encontrar estudios a favor y en contra". "Por ejemplo, en al ámbito del desarrollo de la lectoescritura hay estudios neurocientíficos que plantean si es mejor escribir a mano o en ordenador; desde la educación decimos que hay que trabajar las dos cosas". "Lo que sí sabemos es que vivimos en un mundo que es digital", concluye la pedagoga.
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