Fue enterrado ayer con un amplio dispositivo policial

El hombre asesinado en Badajoz recibió dos tiros en la cabeza y un tercero le entró por la axila

De momento no hay detenidos y la Guardia Civil continúa con la investigación

Restos de la matrícula y del parachoques del coche de la víctima, sobre el monolito de Tres Arroyos, en el lugar del crimen.

Restos de la matrícula y del parachoques del coche de la víctima, sobre el monolito de Tres Arroyos, en el lugar del crimen. / LA CRÓNICA DE BADAJOZ

Redacción

El hombre de 53 años que fue asesinado el pasado lunes en la carretera de Corte de Peleas, en Badajoz, recibió dos tiros en la cabeza y un tercero le entró por la axila. La víctima conducía un Volkswagen negro. Iba solo. Ocurrió sobre las 14.30 horas, pasado el kilómetro 6 de la carretera denominada BA-022. Se dirigía a la urbanización de Tres Arroyos, donde la familia tiene una residencia, aunque él vive en Cerro de Reyes. Todo indica que para acceder al camino redujo la velocidad y fue el momento en el que otro vehículo lo adelantó, se le puso en paralelo y el copiloto lo tiroteó.

Al principio, los servicios de urgencias avisaron de que se trataba de un accidente de tráfico. Poco después comprobaron que era algo mucho más grave. Al llegar, los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvarle la vida al hombre.

Tras los disparos, el conductor perdió el control del coche, que se salió de la calzada por el margen derecho y recorrió unos 20 metros en la cuneta, hasta que chocó contra un monolito de ladrillo que indica el acceso a la urbanización de Tres Arroyos. El golpe destrozó el monolito. Los trozos permanecen en el lugar de los hechos y, sobre ellos, restos de la matrícula y del parachoques del vehículo del fallecido, J. R. S., además de embalajes de material sanitario y de las protecciones usan los agentes para no contaminar posibles pruebas.

El fallecido el lunes, Jesús R. S., era suegro del joven de 34 años que fue acribillado el pasado 29 de febrero en el bar Vaquerizo, donde estaba desayunando con su mujer, que es hija del ahora asesinado. Ella resultó herida leve. Su padre estaba recibiendo amenazas de muerte durante las últimas semanas, que le habían hecho llegar a través de los perfiles de redes sociales de personas muy allegadas.

Surcos que dejaron las ruedas del coche al salirse de la calzada.

Surcos que dejaron las ruedas del coche al salirse de la calzada. / LA CRÓNICA DE BADAJOZ

La segunda víctima fue enterrada ayer. La iglesia de Jesús Obrero, en la barriada de Cerro de Reyes, y el cementerio de Nuestra Señora de la Soledad, en la carretera de Valverde, permanecieron por la tarde blindados por la Policía Nacional y la Guardia Civil durante el funeral y el posterior entierro.

Tras el acto religioso en la parroquia del barrio donde vivía el fallecido, todos los vehículos policiales se trasladaron al cementerio de Nuestra Señora de la Soledad, más conocido como cementerio Nuevo, donde tuvo lugar el entierro, en presencia de numerosos familiares y amigos del fallecido. Los agentes y sus vehículos permanecieron en el exterior del recinto mucho tiempo después de que se marcharan los dos coches fúnebres que encabezaban la comitiva, a la espera de que saliesen todos los congregados.

La presencia de la Guardia Civil y de la Policía Nacional estaba justificada en las labores de vigilancia, protección y de prevención de posibles altercados dada la gravedad de los hechos sucedidos. Se trata del segundo asesinato ocurrido en Badajoz en diez meses y las dos víctimas son miembros de la misma familia, por matrimonio.

En el dispositivo de ayer participaron al menos una docena de vehículos pertenecientes a la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil (Usecic), que es la que está llevando a cabo la investigación de este segundo crimen (el tiroteo se produjo en su demarcación), junto a la Policía Judicial y agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y Grupos de Atención al Ciudadano (GAC) de la Policía Nacional.

De momento, según confirmó ayer la Guardia Civil a este diario, no hay detenidos. Tampoco los hay en relación al asesinato ocurrido en febrero, del que se encarga la Policía Nacional. La investigación continúa abierta. El juzgado de guardia decretó el lunes el secreto de las actuaciones, lo que ha impedido que puedan trascender más datos, pues podría interferir en la investigación. El caso está en manos de la Guardia Civil, que aún no ha confirmado oficialmente que tenga relación con el crimen de Vaquerizo.

Muchos temen que esto no termina aquí.

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