Del latigazo cervical a los traumas

Unas 100.000 personas cada día sufren lesiones en sus vehículos. Los daños más usuales están relacionados con la columna vertebral y, en el peor de los casos, se localizan los poli traumatismos

Manuel J. Fernández M_J_Fernandez /
20 nov 2016 / 00:35 h - Actualizado: 20 nov 2016 / 00:13 h.
"Salud","Tráfico","El peor viaje"
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Los accidentes de tráfico son motivo de preocupación para las autoridades sanitarias y para el conjunto de la sociedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) los sitúa como la octava causa de muerte a nivel planetario, con más de un millón de personas fallecidas en carretera al año.

Las cifras de los accidentes de tráfico son bastante alarmantes. La OMS contabiliza una media de 3.500 muertes diarias en los países desarrollados, pero no debe olvidarse el considerable número de heridos: 100.000 personas cada día sufren lesiones en sus vehículos.

Las lesiones derivadas por colisiones de vehículos se han convertido en el mayor problema de la seguridad vial, según recoge un estudio reciente de la Dirección General de Tráfico española (DGT). Las heridas de carretera «varían mucho en incidencia y gravedad», pero algunas de ellas tienen una elevada frecuencia y deben ser revisadas y controladas por los especialistas, incluso semanas después del accidente. Al servicio de Urgencias del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla llegan numerosos casos de heridos en accidentes de tráfico, en muchas ocasiones procedentes de fuera de la provincia puesto que está considerado un centro de referencia sanitaria a nivel andaluz.

El doctor Ignacio Pérez Torres lleva más de 30 años vistiendo la bata blanca en este Servicio de Urgencias, y al menos diez en el área de Traumatología. Sabe de lo habla, pues ha vivido muchos casos. Sin embargo, echa mano de las cifras para dar una idea del alcance que tiene este tema que tanto preocupa. «El 60 por ciento de las lesiones son de accidentes», expone con contundencia, al poco que recuerda la importancia de la atención primaria que dispensan a los afectados el personal del equipo de Emergencias Sanitarias (061) que se desplazan al lugar del incidente. «Ellos son los primeros en actuar y en salvar vidas. Si hay una lección grave, entonces nos llaman [por el hospital]». En este caso, se activa la denominada «prealerta» en los servicios médicos en los que pueda derivarse el paciente.

En los sucesos del asfalto las patologías más frecuentes se pueden agrupar en distintos bloques. En primer lugar, los facultativos coinciden en reseñar los conocidos como dolores lumbares y/o cervicales, provocados en su mayoría por una colisión en la parte trasera del vehículo o por un choque múltiple en el que se genera el efecto dominó entre varios automóviles. De todas las dolencias derivadas de este grupo, las más conocida es el esguince o latigazo cervical, que produce un dolor intenso en el cuello a consecuencia del desgarro de alguno de los ligamentos que une las vértebras cervicales.

En este caso, el paciente diagnosticado requerirá del uso de un collarín. También hay quien encuentra alivio –y suele tener recomendación médica– la aplicación de varios remedios a base de cuidados personales, como compresas de hielo o de frío, aplicación de calor, masajes y antinflamatorios.

En otro grupo de lesiones se encuentran las contusiones en las extremidades, que, en el peor de los casos, pueden estar asociadas a fracturas que urgen de intervenciones quirúrgicas, «y suelen tardar semanas o incluso meses en curarse del todo», según advierten los médicos. En el caso de las roturas de los huesos en brazos y piernas, también van acompañadas de sesiones de rehabilitación y fisioterapia.

Otra de las lesiones más graves derivadas de los accidentes es la denominada enfermedad traumática, que lamentablemente constituye la primera causa de muerte en la población joven a nivel mundial. En los accidentes de moto y atropellos en los que la cabeza recibe un violento golpe contra el suelo se produce el traumatismo cráneo-encefálico. Dependiendo de la fuerza del impacto recibido y, en el caso de los accidentes de moto, del uso o no del caso, las consecuencias pueden ser más o menos graves, yendo desde «una simple contusión y dolor de cabeza» a «graves lesiones neurológicas», o incluso llegar a provocar el fallecimiento de una persona.

Por este motivo, los facultativos aclaran que siempre que haya un golpe en la cabeza «es imprescindible» acudir a un hospital dónde puedan realizar un estudio completo, normalmente «mediante la exploración física junto con la realización de un escáner, para determinar el alcance de las lesiones». Y es que insisten en que puede darse el caso de que los síntomas «tarden en presentarse».

Por lo general, la cabeza y las extremidades se llevan la peor parte dentro de las lesiones que implican fracturas. Los golpes contra el salpicadero y el parabrisas provocan en la mayoría de los casos «fracturas craneales y faciales». En la cara, también suelen producirse rasguños, abrasiones y otras heridas de menor importancia. En el caso del tórax y el abdomen, las lesiones se agravan si afectan a las vísceras y órganos vitales. Hay que vigilar estas zonas después de un accidente debido a las denominadas «lesiones torácicas cerradas», que en muchas ocasiones no son detectadas y pueden provocar la muerte. La DGT insiste en que este tipo de daños se reducen en buena parte con el uso del cinturón de seguridad.

Los traumatismos de siniestros automovilísticos, por su parte, deben ser atendidos y controlados «de forma inmediata» por el personal sanitario. «A menudo, no presentan heridas externas, pero si en profundidad, y pueden manifestarse con el tiempo», aseguran los especialistas.