La nueva piel de Los Terceros

Patrimonio. El templo de la calle Sol afronta en este tramo final de año la fase decisiva de una restauración que devolverá al interior de la iglesia su blanco color original. La reapertura está prevista para el mes de enero

26 ago 2018 / 18:03 h - Actualizado: 27 ago 2018 / 12:47 h.
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Los trabajos de restauración integral de la iglesia de los Terceros, en la calle Sol, encararán en este tramo final de año su fase decisiva con la vista puesta ya en el próximo mes de enero, fecha prevista para la reinauguración del templo donde tiene su sede la hermandad de la Cena. Después de varios años de clausura parcial a consecuencia del serio riesgo de desprendimientos en su cúpula, la iglesia del antiguo convento de Padres Terceros se vio obligada a cerrar sus puertas en septiembre de 2018 para afrontar una compleja intervención.

Este cierre no fue óbice, sin embargo, para que la también conocida como iglesia de Nuestra Señora de Consolación (vulgo de los Terceros) acogiera durante la última Semana Santa las salidas procesionales de las hermandades de La Cena (Domingo de Ramos) y de La Exaltación (Jueves Santo). En total, cinco pasos se cobijaron bajo la nave de un templo en obras, para lo que fue necesario diseñar un «plan de seguridad» que determinó la paralización física de las labores de restauración y su acotamiento por una gran cortina siete días antes del Domingo de Ramos.

Finalizada la Semana Santa, se reanudaron las obras de la primera fase –centradas básicamente en la reparación de las fisuras existentes en la cúpula, el reforzamiento preventivo en los cimientos del edificio y la reparación de la capilla de La Encarnación, afectada por filtraciones en su techumbre–, al tiempo que se iniciaron las actuaciones correspondientes a la segunda y definitiva fase.

El arquitecto responsable del proyecto de restauración es Francisco Polo, de la empresa Arquitur, quien explica que en esta segunda fase los trabajos se centran actualmente en la consolidación y limpieza de las yeserías que decoran la cúpula y la bóveda del crucero. «Ahora mismo hay un andamio bastante grande instalado con este fin en el crucero, donde durante la primera fase ya reforzamos los cimientos del edificio. Luego continuaremos con las yeserías de las bóvedas laterales». El monumental andamio que se levanta hasta el cielo de los Terceros tiene una altura de 21 metros y una dimensión en planta de 8 x 8 metros cuadrados. «La verdad es que las yeserías se encuentran en muy buen estado, mejor del esperado. De hecho, fue el riesgo de desplome de algunos elementos lo que obligó originariamente a instalar una red de protección en el crucero».

Más adelante, sigue explicando Francisco Polo, se levantará toda la solería de la nave principal para la instalación de un nuevo pavimento. «Ya levantamos durante la primera fase el suelo del crucero, aunque esta vez será a menos profundidad que entonces. Serán sólo unos 15 centímetros para preparar una base y poner la solería nueva», comenta el arquitecto.

Ya a partir de la siguiente semana también florecerán los andamios en la fachada de la iglesia para emprender diversas «actuaciones derivadas de los problemas de estructura» que ha padecido el inmueble. «Hay una variedad de grietas en la fachada y también algunas cornisas que se hallan en mal estado», asegura Polo.

Los trabajos se completarán con la renovación de la instalación eléctrica y el pintado interior de la iglesia. Y es aquí donde la restauración ha deparado una nueva sorpresa. Cuando se reinaugure el templo, allá por el mes de enero, «se va a producir un cambio en la percepción que todos tenemos de la iglesia en cuanto al color», explica el arquitecto. «Estamos acostumbrados a contemplar una variedad cromática en su interior en la que se combina el blanco con un tono albero muy elevado. Sin embargo, primitivamente el templo fue blanco en todo su conjunto. Hemos realizado varias catas y prospecciones en yeserías y en las pilastras para sacar los colores originales de la iglesia y hemos descubierto que fue enteramente blanco con algún matiz ocre», tonalidades que volverán a campear en Los Terceros tras su restauración.

Las obras en la iglesia de la calle Sol se prolongarán durante «cuatro o cinco meses» más. «La previsión es que en diciembre esté toda la obra terminada para que ya en el mes de enero empecemos con la limpieza y puedan retornar los titulares de la hermandad de la Cena a la iglesia. Ese es el compromiso que tenemos con la hermandad», señala el arquitecto. Y todo ello, explica, «a pesar de que se ha ido ampliando la entidad de la intervención respecto a la inicialmente prevista».

Con todo, el arquitecto responsable de las obras no cierra la puerta a incorporar durante este tiempo nuevas actuaciones al proyecto «en caso de que la economía nos permitiera ampliar los trabajos». En este sentido, Polo considera que la iglesia de los Terceros es un templo «lo suficientemente grande y patrimonialmente importante como para que su restauración únicamente haya contado con la colaboración de la hermandad de la Cena, del Arzobispado y de algún donante anónimo».

Una de las mayores sorpresas que deparó esta restauración fue el descubrimiento, durante la primera fase de las obras, de una serie de cinco criptas, alineadas bajo el presbiterio del templo, con enterramientos de niños. Hay que recordar que el templo era usado por los padres de la Tercera Orden de San Francisco y era habitual la existencia de posibles orfanatos o casas de acogida en las que los sacerdotes daban cobijo.

Dentro de unos días, el próximo 4 de septiembre, se cumple un año del traslado de los titulares de la Cena a la cercana parroquia de San Román para el inicio de las obras. Su regreso a casa ya empieza a vislumbrarse en la distancia.

SANTA CATALINA, SANTA CRUZ, LA MAGDALENA...

Una de las noticias más esperadas en este último cuatrimestre del año para los amantes del patrimonio arquitectónico eclesiástico de la ciudad será la reinauguración de la iglesia de Santa Catalina. El templo gótico mudéjar, declarado monumento nacional en 1912, reabrirá sus puertas el próximo 25 de noviembre, festividad de Santa Catalina de Alejandría, después de más de 14 años cerrado al público. En la actualidad, se trabaja en la construcción de una cámara bufa que rodeará el templo con objeto de protegerlo de las humedades que han venido afectando al edificio durante siglos.

Otra iglesia que ha colgado recientemente el cartel de cerrada por obras es la parroquia de Santa Cruz, en la calle Mateos Gago, debido a los trabajos de conservación y mantenimiento que están realizando en su interior, relacionados fundamentalmente con la reparación de la solería. Con tal motivo, desde el pasado lunes la parroquia de Santa Cruz y la hermandad del mismo título, asentada en esta iglesia, han trasladado su actividad pastoral y sus cultos al Oratorio de la Escuela de Cristo, anexo al templo y con entrada por la calle Alonso Chaparro, junto a la casa de hermandad. Estas obras se prolongarán durante mes y medio, por lo que la reapertura de la iglesia parroquial está prevista para la primera semana de octubre. Desde el pasado mes de junio en el templo de la calle Mateos Gago se vienen desarrollando obras de conservación y mantenimiento que han afectado al exterior del cuerpo de cúpula y a las cubiertas de la parroquia, que presentaban problemas de estanqueidad.

Si afectar a la actividad cultual del templo, también en la parroquia de la Magdalena se han aprovechado los días del estío para acometer diversos proyectos de conservación y mantenimiento. El más importante ha sido el impulsado por la hermandad del Calvario para restaurar las pinturas murales de la capilla donde desde 1927 reciben culto sus titulares. «Se trata del primer espacio del templo que luce íntegramente restaurado ya que esta actuación complementa la restauración del retablo y la reja realizados en 2017», subraya el párroco de la Magdalena, Francisco Román.