David González: «La fuerza del toro nos saca los colores en esta época de hipocresía»

El veterano editor se lanza al ruedo junto al historiador y escritor cordobés Fernando González Viñas para poner en pie un nuevo sello literario con acento taurino llamado El Paseíllo

23 dic 2022 / 12:28 h - Actualizado: 23 dic 2022 / 12:31 h.
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  • González, junto a los tres primeros títulos de la editorial El Paseíllo. Foto: D.G.R.
    González, junto a los tres primeros títulos de la editorial El Paseíllo. Foto: D.G.R.

David González Romero (Aracena, 1970) ya tiene algunas muescas en su revólver de editor haciendo de su sello El Paseo uno de los proyectos más sólidos, reconocibles y diversos del panorama literario actual. Ahora ha dado un paso más, uniendo su vocación editorial a la de desacomplejado aficionado. Junto a Fernando González Viñas se ha embarcado en un nuevo reto, dando contenido y continente a la literatura taurina –que tampoco había sido ajena a El Paseo- entendida desde puntos de vista novedosos y rabiosamente culturales.

La flamante editorial tiene su domicilio social en Córdoba y un ancla sólida en Sevilla. Ya ha alumbrado tres títulos –‘El Cordobés y el milagro pop’, de González Viñas; la compilación de entrevistas titulada ‘Ya nadie dice la verdad’ de Zabala de la Serna y el fotógrafo José Aymá, y ‘La música cantada del toreo’ de Eduardo Osborne. Hay más proyectos en cartera...

Dos cabalgan juntos..

Fernando, que siempre ha sido un colaborador fundamental en El Paseo y un amigo de décadas tenía el sueño de ser editor. A partir de ahí nos asociamos para crear un sello literario específico.

El toro tiene su clientela...

Al hacer libros de toros dentro del catálogo de El Paseo descubrimos un público y unas posibilidades, posiblemente humildes. Pero no tengo ningún libro de toros en El Paseo en fracaso. Hay un público que nos lo demanda y que no lo tiene. El Paseíllo se plantea cubrir esa demanda que además es totalmente lógica. Tenemos que dar a los toros la importancia que tiene y una producción bibliográfica continuada.

La literatura taurina es un género por sí misma.

Un género absoluto que data desde la misma génesis de la tauromaquia. Siempre ha habido colecciones y editoriales y la cosa estaba ahora realmente diluida...

David González: «La fuerza del toro nos saca los colores en esta época de hipocresía»
Fernando González Viñas con su libro dedicado a El Cordobés. Foto: F.G.V.

Al presentar la nueva editorial se hablaba de literatura popular, no sólo específicamente taurina.

Fernando y yo tenemos un concepto más amplio de esto que quizá nos sitúe en terreno de nadie. Lo taurino es una parte integrante y sustancial de la cultura popular española y eso implica al final contar la historia de España, la historia de sus gentes. Nuestro enfoque es contar una cara de lo taurino que –eso creemos- no se ha contado lo suficiente. Por ejemplo, la importancia de lo taurino para el desarrollo sociológico, político, cultural e histórico de España y los lazos que tiene con otras manifestaciones de la cultura.

Ahí está el libro de Eduardo Osborne, que pone los toros en relación con la cultura de la canción y la estética pop; es un ejemplo de eso. Pero es que la biografía de El Cordobés de Fernando González Viñas sitúa la importancia del torero en una época histórica concreta de España, que es la del desarrollismo.

Se aporta un enfoque distinto, otro ángulo de visión...

Yo creo que sí y se justifica. Si analizamos desde finales de los 50, hasta los 70... pero especialmente los años centrales del desarrollismo hay una serie de personajes que lo simbolizan y uno de ellos es El Cordobés, indudablemente.

En los tres libros editados hasta ahora se han cuidado con mimo las portadas. Las de los Beatles y El Cordobés nos llevan precisamente a ese mundo.

Retrata a El Cordobés haciendo esquí acuático en Grecia. Responde a la idea de transmitir otra cara de esto. Creemos que es necesaria.

El Paseíllo está domiciliado en Córdoba pero tiene una de sus patas en Sevilla. Son dos veneros o cunas del toreo...

Es que El Paseíllo ha nacido de la unión de dos locos por esto: uno en Córdoba, con una trayectoria increíble que es Fernando González Viñas, impulsor del Boletín de Loterías y Toros...y yo que siempre he tenido querencia por el tema. Siempre he editado toros y aunque la sede de la editorial esté en Córdoba tendrá su actividad repartida entre ambas ciudades.

¿Hay algo en cartera que se pueda avanzar ya?

Ahora mismo estamos preparando la autobiografía de Robert Ryan, que es el último torero norteamericano. Es un libro flipante que cuenta un poco como un niño de California que no tiene nada que ver con los toros ni con la cultura hispana se acaba enganchando a esto y lucha toda su vida por conseguir ser torero. Desarrolló toda su carrera en México y luego se lo trajeron los hermanos Lozano a España. Es una historia increíble, con una asombrosa sensibilidad sobre lo taurino que sorprende. Ya nos gustaría tenerla nosotros mismos...

También va a salir un libro de entrevistas de Andrés Amorós que se titulará ‘De Marcial Lalanda a Roca Rey’. En proyecto tenemos recuperar la ‘Historia del Toreo’ de Néstor Luján, que es un libro que no entendemos cómo no está en todas las librerías porque es un referente de la historia del toreo pero también de la historia de España. También se está preparando una historia del toreo en Sevilla y tenemos en cartera una biografía de Espartaco, escrita por Carlos Crivell y por titular aún que saldrá en 2024. Y vamos a recuperar una novela de Wenceslao Fernández Flórez que se llama ‘El torero, el toro y el gato’ con ilustraciones de Herreros que es una joya de la literatura taurina que sólo conoció una única edición en los años 50.

A veces parece que se habla de toros y de literatura taurina con un aire transgresor. Ésos son los tiempos que corren...

No es una cuestión buscada por la literatura taurina. Es una cuestión ambiental. Los vectores culturales fuertes, como en este caso lo taurino, suelen tener esta montaña rusa. A veces no te explicas ni como sobreviven pero son manifestaciones culturales muy tozudas que superan a los peores y a los mejores tiempos. En lo mejores cogen un aire casi de decadencia porque están en la miel del éxito y en los peores tiempos toman una fuerza y una vitalidad que esperemos que se reproduzca en este caso porque está claro que lo taurino no disfruta ahora de sus mejores momentos. Esa razón ambiental es la que hace que hoy, meterse en temas de este tipo sea un gesto casi punk. Parece que somos contracultura o algo ‘underground’ aunque yo no lo tengo tan claro. Lo taurino es un acontecimiento tan singular y tan sincero que verdaderamente nos saca los colores en una época de mucha hipocresía y corrección política.

Es una promesa de autenticidad...

Ya lo decía Tierno Galván: es un espectáculo de una sinceridad tan brutal que verdaderamente pone en juego cosas que para una sociedad acomodada son incómodas. Te están hablando de muerte, de la existencia de la sangre, de la violencia, de la explotación de la naturaleza. Te está hablando de muchas cosas pero a la vez guarda muchos secretos. Ecológicamente hay pocos mundos tan sostenibles como el de la ganadería brava. Es un mar de cuestiones que se ponen a flote e incomodan a la mayoría de la gente. Hasta el discurso de los animalistas es incómodo si hablan de los toros. La mayoría tienen que reconocer después que tenemos mataderos industriales, que el ganado se cría para lo que se cría y que somos devoradores de la naturaleza. Esa fuerza y esa sinceridad siempre van a prevalecer.