Espartaco recibirá el premio del Ayuntamiento de Sevilla

El gran diestro de Espartinas, primera figura del toreo en los 80 y 90, será distinguido con el trofeo taurino que ha rescatado el gobierno municipal de José Luis Sanz

Espartaco. / EFE/ - Daniel González

Espartaco. / EFE/ - Daniel González / Álvaro R. del Moral

Álvaro R. del Moral

Se ha saldado una deuda. Juan Antonio Ruiz Román, el gran Espartaco, se ha alzado con el VIII trofeo taurino del Ayuntamiento de Sevilla “en reconocimiento a su gran trayectoria profesional, su compromiso con Sevilla y su plaza de toros y su impulso a la fiesta en los momentos más complicados” según reza el acta oficial del jurado que ha nombrado de forma unánime al diestro de Espartinas.

Se recupera así el espíritu inicial de una distinción creada en el gobierno municipal de Juan Ignacio Zoido, reinterpretada e hibernada en el de Espadas y felizmente recuperada en el de José Luis Sanz después de caer en un extraño limbo en coincidencia con la pandemia. Así lo ha decidido el jurado designado y convocado al efecto este viernes en el salón Santo Tomás de la Casa Grande de la plaza de San Francisco para deliberar y fallar este trofeo que, previsiblemente, será entregado en las primeras semanas de 2024 en el Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla tal y como ha explicado Manuel Alés, teniente de alcalde y delegado de Fiestas Mayores que preside este jurado formado por periodistas especializados, empresarios, ganaderos y aficionados de reconocido prestigio.

Alés subrayó especialmente que se trata del galardón correspondiente a la edición de 2023. En 2024, a la finalización de la temporada, volverá a ser convocado para entregarse antes de que concluya el otoño por lo que habrá dos entregas distintas, de ediciones consecutivas, sin salir del mismo año. El delegado de Fiestas Mayores también precisó que el V premio ‘Fernando Carrasco’ a la comunicación taurina será convocado y fallado en otro momento.

El nombre de Espartaco, precisamente, había quedado en el tintero en la reconversión del trofeo que siguió al cambio de la vara de mando de Zoido a Espadas. Hay que ponerse en situación: la primera edición del premio, de alguna manera, venía dada. Se daba por hecho que sólo podía estrenarse con el nombre de Pepe Luis Vázquez pero el fallecimiento del llamado Sócrates de San Bernardo sucedió al anuncio oficial del galardón en la presentación del pregón taurino de 2013. La avanzada edad y el derrame cerebral que precipitó su final impidieron que pudiera ser fallado en vida del maestro, que fue distinguido a título póstumo.

En 2014 fue Curro Romero el elegido por el jurado, recibiendo la estatuilla modelada por la artista plástica May Perea en un concurrido acto celebrado en el Salón Colón del Ayuntamiento de Sevilla. Pero todo iba a cambiar un año después: las elecciones muncipales de 2015 iban a sacar de la alcaldía al popular Juan Ignacio Zoido siendo sucedido por el socialista Juan Espadas. El reconocimiento quedó sin convocar, fallar ni entregar en 2015, precisamente el año que Espartaco reapareció puntual y triunfalmente en unas circunstancias muy concretas para la Feria y la plaza de la Maestranza, que había sufrido el plantón de las primeras figuras en las ásperas temporadas de 2014 y 2015 tras las abruptas declaraciones de Eduardo Canorea que sirvieron de excusa a una algarada que ya calentaba motores.

Desde ese punto, sin sortear la habitual bronca política, el premio iba a entrar en una nueva etapa que soltaba amarras con la anterior y ponía algunos filtros –los socios del gobierno de Espadas no querían ni oír hablar de toros- para maquillar su verdadera naturaleza taurina. Es una historia que ya fue contada con pelos y señales hace algunos días aunque sí conviene recordar que la última edición de esa segunda etapa se falló en septiembre de 2019 correspondiendo al filósofo Fernando Savater, que nunca fue citado para recogerlo. Algunos meses después la pandemia se iba a llevar por delante muchas cosas interrumpiendo también la concesión de un reconocimiento que vuelve a contar en el calendario de una ciudad que tiene incluida la tauromaquia entre sus Fiestas Mayores y la ha declarado Patrimonio Cultural Inmaterial.

La trayectoria de una gran figura

Espartaco, la gran figura de los 80 y 90 del pasado siglo XX, se enfundó el vestido de torear por última vez el 5 de abril de 2015, aunque su retirada formal del toreo se había producido tres lustros ante, en la feria de San Miguel de 2001, dos años después de reaparecer tras superar una gravísima lesión de rodilla que le mantuvo alejado cuatro años de los ruedos.

Pero el gran maestro de Espartinas había decidido volver puntualmente a la palestra para dar una lección de gran maestro y, en el mismo envite, otorgar la alternativa a su amigo y pupilo Borja Jiménez, uno de los toreros revelación de 2023. En el gesto de Juan Antonio Ruiz Román se escondían otras motivaciones. Se sentía obligado a no dejar sola una plaza, la de la Maestranza, que no atravesaba sus horas más felices. Entonces afirmó rotundamente que iba a ser la última. Y así lo cumplió...

Era el broche de oro –también su sexta Puerta del Príncipe, a hombros de los propios toreros- a una carrera iniciada muy de niño, bajo la severa batuta de su padre, del que heredó el apodo que había ideado el genial taurino cordobés Rafael Sánchez ‘El Pipo’, descubridor de El Cordobés. Y fue el gran Benítez, precisamente, el encargado de darle la alternativa en las Colombinas de Huelva del 79. El definitivo despegue como gran figura llegaría seis años después y en Sevilla, a raíz de la resonante faena al toro ‘Facultades’ de Manolo González que cambió su vida y abrió su propia era colocándole a la cabeza del escalafón entre 1985 y 1991, superando la marca establecida por Joselito El Gallo.