La familia del toro sevillana vuelve a despedir la temporada a las plantas de la Caridad

Paco Ojeda, Litri y El Cid fueron algunos de los matadores que acudieron a la llamada de la Hermandad del Baratillo en torno a la tradicional eucaristía de acción de gracias

Las gentes del toro posan delante de la imagen de Nuestra Señora de la Piedad.

Las gentes del toro posan delante de la imagen de Nuestra Señora de la Piedad. / Álvaro R. del Moral

Álvaro R. del Moral

La cita, un año más, era a las plantas de la Virgen de la Caridad, una imagen íntimamente ligada a la devoción de los toreros de Sevilla que la tenían como patrona de aquella antigua asociación de la Vejez del Toreo que daba socorro a los lidiadores desamparados. La dolorosa de Fernández Andés se encontraba aún descendida de su camarín después de haber estado expuesta a la veneración de sus hermanos y devotos en el solemne besamano que culminaba sus cultos. Pero aún quedaba un capítulo que ya forma parte de la cotidianidad de la cofradía del Miércoles Santo, subrayado por el capote de brega que acompañaba a la imagen: la eucaristía de acción de gracias –alcanza ya la 17ª convocatoria- por la temporada que acabó y el recuerdo a las gentes del toro que se fueron en el año que está a punto de caducar.

También tocaba pedir por los que están y por todos los que acudieron hasta abarrotar por completo la capilla de la calle Adriano. La ceremonia, cuidada en todos sus detalles por la hermandad, estuvo concelebrada por don Andrés Ybarra, director espiritual de la corporación del Arenal; el joven sacerdote don Plácido Manuel Díaz Vázquez, estrechamente vinculado a la hermandad y delegado de Pastoral Gitana y el capellán don José Luis García Benítez. Plácido, un año más, supo tocar el corazón de los presentes con una homilía de densa carga religiosa que tendió puentes entre el sentido de la Fe y el mundo taurino desde los anhelos de sus protagonistas.

La familia del toro respondió a la llamada. Brillaba con luz propia la presencia del gran Paco Ojeda, que se estrenaba en este acto como su íntimo Miguel Báez ‘Litri’. Pero la lista de coletudos fue mucho más amplia y había que sumar a los matadores de toros Manuel Jesús 'El Cid', Raúl Gracia 'El Tato', Tomás Campuzano, Curro Durán, Rafael Torres, Eduardo Dávila Miura, Oliva Soto, Esaú Fernández y Juan Leal además de los novilleros Diego Bastos, Álvaro Burdiel, Mariscal Ruiz y Javier Zulueta o los veteranos banderilleros Gabriel Puerta, Luis Arenas o Rafael Torres además del empresario de la plaza de Sevilla, Ramón Valencia, el diputado de plaza de la Real Maestranza, Luis Manuel Halcón Guardiola y el presidente de la plaza, José Luque Teruel, entre otras muchas personalidades del mundillo del toro que toman espíritu de familia en entrañable acto que también convoca a aficionados, periodistas y hermanos de la propia corporación del Baratillo con Rogelio Gómez ‘Trifón’, Pedro Dormido Girón y Joaquín Moeckel a la cabeza.

La celebración litúrgica tuvo muy presente la memoria de Juan García ‘Mondeño’, Mario Carrión, Rafael Jiménez ‘Chicuelo’, Ricardo de Fabra, Manolo Corona, Javier Camúñez, Antonio Luque Gago, Teófilo García Sevillano, Carlos Rueda, Daniel Ruiz, José Antonio Martínez Uranga y Manuel Morilla y todos los miembros del estamento taurino fallecidos durante 2023.

Antes de despedir la eucaristía, el hermano mayor del Baratillo, Luis Fernando Rodríguez Carrillo agradeció a los presentes la asistencia a este acto que refuerza año a año los vínculos de la cofradía del Miércoles Santo con el planeta de los toros. Hubo misa pero también mesa para redondear esta entrañable convivencia en una tarde noche de devoción, memoria, amistad y toros.

Nexos históricos

Los vínculos de la Hermandad del Baratillo con el mundo taurino y la propia Maestranza son casi tan antiguos como la propia capilla de la hermandad, elevada junto al primitivo monte Baratillo algunos años después de la trágica peste de 1649 que convirtió aquel paraje extramuros de la ciudad en un inmenso cementerio señalado por la cruz que aún campea en la cúpula del coqueto templo del Arenal.

Junto a ese lugar, se construirían los sucesivos cosos provisionales que desembocaron en la construcción de la actual plaza de toros a finales del siglo XVIII. La capilla llegó a servir de oratorio de los toreros que actuaban en el coso maestrante. En uno de sus altares, además, se conserva una imagen roldanesca de San José, regalo del legendario diestro Pepe Hillo.

Esos vínculos se estrecharon con el tiempo hasta escoger a la Virgen de la Caridad como patrona de la extinta Asociación Benéfica de Socorros a la Vejez del Torero. El llamador de su palio, incluso, es sostenido simbólicamente por un angelito tocado con montera torera. Es la misma imagen que en la salida de 2019 estrenó la rica saya confeccionada con el vestido verde lago y oro que lució Morante de la Puebla en su último compromiso de la Feria de Abril de 2016.