Morante estará en la puerta de cuadrillas de la plaza de la Maestranza el próximo 12 de abril, Domingo de Resurrección. Así lo confirmó a los micrófonos de Canal Toros el pasado domingo en el transcurso de la jornada festiva
que el propio matador organiza en la Puebla del Río en torno al multitudinario encierro y la novillada de promoción que abarrotan la localidad marismeña para honrar a San Sebastián, patrón de la localidad. El vídeo circula por las redes sociales y no ofrece demasiadas dudas. “Todo parece indicar que sí; el apoderado me comenta que sí y encantado, ¿no?; el año pasado no fui por otros motivos pero este año creo que... ¡Sevilla siempre me lo recuerda! ¡Tienes que estar el Domingo de Resurrección! Bueno pues si Dios quiere allí estaré”, declaró el diestro de La Puebla que, preguntado por la lidia de los traídos y llevados toros de Garcigrande, corroboró que no se había barajado otra vacada para la emblemática fecha. “Desde el principio era la corrida de Garcigrande y bueno, no sé, si me llaman para torear allí estoy”. A partir de estas declaraciones, si la confección de los carteles no diera un bandazo de última hora, hay que dar por hecha la contratación de Morante; suponer la de Roca y especular con la identidad del tercer espada...
Hay que recordar que Morante de la Puebla no se había anunciado en Resurrección en los dos últimos años. En 2018 retrasó su reencuentro con la plaza de la Maestranza hasta la feria de San Miguel después de aquella brevísima retirada estratégica de agosto de 2017 que sirvió para barrer la trastienda. El diestro cigarrero dejó pasar el ciclo abrileño comenzando la temporada en la Feria del Caballo de Jerez. Las cosas volvieron a torcerse en 2019. Morante fue retrasando su contratación mientras ponía objeciones a la televisión. El tiempo apremiaba y el cartel se acabó resolviendo con los nombres de El Juli, Manzanares y Roca Rey. En esa tesitura, el diestro cigarrero acabó acordando tres tardes en el ciclo continuado y una cuarta en San Miguel. El genio de La Puebla sí había estado anunciado en 2016 y 2017 después de aquel bienio negro de 2014 y 2015 que alejó a las primeras figuras de la plaza de la Maestranza por distintos desencuentros con la empresa Pagés, espoleados por aquellas famosas declaraciones de Eduardo Canorea en otoño de 2013 que acabaron precipitando su retirada total del negocio familiar año y medio después.
Una cosa parece clara: el encaje de Morante en Resurrección pero, especialmente, la elección de la ganadería de Garcigrande, vuelven a sembrar serias dudas sobre la definitiva contratación de Pablo Aguado que, tal y como ha trascendido, habría puesto serias objeciones para estoquear los toros de la vacada salmantina. Algunas versiones y filtraciones apuntan que la elección o la imposición de ese hierro habría partido de Roca Rey. Pero a nadie se le escapa que los ‘garcigrandes’ también son reses de la predilección de El Juli. Ambos, con Morante y Aguado, podrían haber apalabrado con la empresa Pagés hasta cuatro bolos en la temporada 2020. Y los cuatro nombres –Morante, El Juli, Roca y Aguado- gravitaban en torno a la confección del cartel del Domingo de Resurrección que parece haberse convertido en la piedra de toque del encaje del resto del ciclo abrileño, del que no ha trascendido prácticamente nada.
La duda, que se despejará en muy poco tiempo, sigue abierta: Si damos por hecha la presencia de Morante y Roca Rey en la tarde del Domingo de Resurrección... ¿Quién será la tercera pata del banco? No está de más recordar que en los corrillos de aficionados se había dado como seguro el nombre de Pablo Aguado para completar el cartel natural de la lujosa fecha. A partir de ahí, los vericuetos de la política taurina hacían presagiar que no sería un empeño fácil.
La distancia personal entre Roca y Pablo Aguado no admite disimulos y tiene un punto nítido de arranque: fue el pasado 10 de mayo cuando. Ambos espadas compartieron cartel junto a Morante de la Puebla en la lidia de una corrida de Jandilla. Sólo una semana antes se había producido la que, en ese momento, parecía la cumbre inalcanzable de la Feria. Roca Rey estuvo cerca, muy cerca, de cortar el rabo a un toro de Núñez del Cuvillo después de un faenón intenso, trepidante, inapelable...
Pero el destino quiso que el rastro de esa grandiosa actuación quedara eclipsado por la revelación ‘aguadista’. El matador sevillano, que había sido contratado a una única tarde, reventó las costuras de la feria
convirtiéndose en triunfador indiscutible del ciclo y en acaparador de todos los trofeos puestos en lid, desde los que entregan la Real Maestranza y el Corte Inglés hasta, justo hace una semana, falla el jurado instituido por la Caja Rural del Sur. El faenón de Roca había quedado suspendido en el limbo. Y el asunto escoció; mucho...En esa tesitura hay que ubicar –aunque no se entienda- el posterior distanciamiento profesional. Pablo Aguado y Andrés Roca Rey no volvieron a verse en una puerta de cuadrillas. El empresario Carlos Zúñiga sí consiguió juntar sus nombres en un mismo cartel para la feria de Colmenar Viejo, a finales de agosto, pero la evolución de la grave lesión que se produjo Roca en San Isidro acabaría precipitando el final de su campaña después de vestirse de luces por última vez en San Fermín. En pocos días, o quizá sólo algunas horas, sabremos si ese duelo aplazado podrá verificarse en la lujosa tarde del Domingo de Resurrección. O no.