Un cartel de vanguardia para una temporada incierta

El llamado Salón de los Carteles de la plaza de la Maestranza ha acogido este miércoles la presentación de la obra pictórica creada por Julian Schnabel para anunciar la, por ahora, incierta temporada taurina de 2021. El cuadro ya era conocido por filtraciones anteriores pero el acto, de alguna manera, pretendía servir de pórtico o antesala de una campaña que sigue estando pendiente de un hilo demasiado fino: la evolución de la pandemia y las medidas que adopten en cada momento las autoridades de la Junta de Andalucía.

Ésa es la realidad. De hecho, la presentación del cuadro de Schnabel pasó a un segundo plano. La coincidencia en el tiempo y el espacio de las tres principales patas del banco de la celebración de festejos taurinos en Sevilla –Ramón Valencia por Pagés, Santiago León por la Real Maestranza y Miguel Briones por la propia Junta de Andalucía- acabó propiciando un desenlace distinto a los pormenores de la vida y la obra del autor, perfectamente desmenuzados por el galerista Pepe Cobo.

Pero en el ánimo de los presentes, más allá del cuadro, latía la incertidumbre de contar con unos carteles que a fecha de hoy nadie puede asegurar que podrán celebrarse. Miguel Briones, secretario general de Emergencias e Interior de la Junta de Andalucía, alabó la obra presentada, los méritos del artista, la vocación de mecenazgo de la Real Maestranza y hasta el papel jugado por la empresa Pagés en su afán de reabrir la plaza de toros antes de reconocer que todos tenemos “ganas de ver toros”. De eso se trata...

Pero había que entrar en harina. Así lo hizo Briones a requerimiento de los periodistas convocados. “Debemos asumir por encima de todo que en un escenario tan complejo, en una situación como la que vivimos, será la evolución de la propia pandemia la que determine cuándo, cómo y porqué viviremos el toreo en la ciudad de Sevilla y el resto del territorio andaluz” prometiendo el apoyo de la administración desde la primordial protección de la salud. Briones quiso dar globalidad a sus palabras, más allá del caso concreto de la plaza de Sevilla, insistiendo en que sólo había un condicionante para autorizar la celebración de los festejos: la propia evolución de la pandemia. “Hoy por hoy el marco normativo vigente es el que es; a esta hora no podemos anticiparnos a lo que pasará el 18 de abril –fecha fijada para el inicio de la temporada sevillana- aunque nuestro deseo sea alcanzar un escenario más optimista”. En cualquier caso, el secretario general de Emergencias e Interior volvió a reconocer “el esfuerzo” de la empresa pero volvió a sembrar la incertidumbre al afirmar que a día de hoy no pueden pronunciarse en torno a la modificación de las normas vigentes.

Toca esperar hasta después de Semana Santa

Ramón Valencia invocó a ANOET, la principal organización empresarial taurina de España, como marco en el que se ha fijado ese 50% de aforo necesario para reabrir las grandes plazas, la cifra marcada por la propia empresa Pagés para reactivar el coso maestrante. “La empresa empezó a finales de noviembre a pensar que se podían dar toros en abril de este año y una feria como la de Sevilla se tarda más de tres meses en ponerse en pie; con ese ánimo y esa ilusión estamos todos” explicó el empresario que recordó los distintos encuentros mantenidos con Sanidad y Presidencia en la Junta de Andalucía que, según su testimonio, “han sido muy receptivos al tema”.

¿Hay un punto de no retorno para saber si se podrá celebrar la feria que se ha preparado? Valencia, confiado en el futuro inmediato, recordó que ya se ha levantado el erte de los empleados de la empresa y ya se ha ordenado la reapertura de las taquillas el próximo lunes para comenzar la renovación de abonos. Pero habrá que esperar a después de Semana Santa para presentar un plan de contingencia sanitaria en los despachos de la Junta de Andalucía que, ésa es la verdad, tiene la última palabra en función de las cifras y los datos que arroje la evolución de la pandemia. Toca esperar...

La obra de Schnabel

Pero habíamos venido a hablar del cuadro... Lo ha pintado Julian Schnabel, un creador norteamericano que conoce bien a Sevilla y a los sevillanos. Su exposición del viejo Cuartel del Carmen –el actual conservatorio de la calle Baños- sigue siendo un hito en la vida cultural de la Sevilla de la pre expo. Pero hay que destacar que el pintor ha donado esta obra –también lo hizo en 2020 Albert Oehlen- liberando a la Real Maestranza de una sustanciosa cantidad que podrá aplicar a sus obras sociales, culturales y asistenciales en unos momentos especialmente delicados para la economía. “Nunca había ocurrido en esta colección”, señaló el teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza declarando que contar con su firma era un “éxito y un honor”.

Schnabel se hizo presente a través de un breve vídeo de agradecimiento antes que Pepe Cobo desvelara sus vínculos taurinos, su fascinación por todo lo hispánico y todas las claves que le habían conducido a pedir su entrada en la extensa colección de arte contemporáneo iniciada por la Real Maestranza en 1994 bajo el decidido impulso del caballero maestrante y pintor Juan Maestre de León. Cobo señaló que la gran aportación de Schnabel residía –pasado el arte pop y el minimalismo- por “plantear una vuelta a la pintura a través del empleo de materiales como lonas industriales, maderas....”. El famoso galerista destacó la influencia de Gaudí, del uso de restos de vidrios y cerámicas y otros materiales como el terciopelo. “El toro es un elemento es un elemento de autenticidad en su producción” añadió Cobo remachando su intervención al señalar que la obra del creador norteamericano –también la de Oehlen- “dan un valor universal al mundo taurino y un apoyo desde el arte y el reconocimiento internacionales; son voces que nos van a proteger y reafirmar en estos momentos en los que el toro está en una situación más delicada”, precisó.

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