Diez fotógrafos en blanco y negro

Cinco fotógrafos muertos. Cinco vivos o aún en activo. Robert Doisneau, Walker Evans, Dorothea Lange, Diane Arbus, Weegee, Elliot Erwitt, Chema Madoz, Annie Leibovitz, Cristina García Rodero y Alberto García-Alix. Cada uno de ellos con visiones personales y pasionales del medio y del mundo que les ha tocado vivir; una selección en la que predomina una actitud humilde y poco dada a concesiones sobre la mirada, ese juego que todo artista debe reflejar y sobre el que se proyecta el inconsciente individual y colectivo.

09 jul 2016 / 12:59 h - Actualizado: 04 jul 2016 / 09:12 h.
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  • Fotografía de Robert Doisneau / El Correo
    Fotografía de Robert Doisneau / El Correo
  • Alle Mae Burroughs de la serie Hale County Alabama, 1936. / Walker Evans
    Alle Mae Burroughs de la serie Hale County Alabama, 1936. / Walker Evans
  • Madre migrante. / Dorothea Lange
    Madre migrante. / Dorothea Lange
  • Gemelas. / Fotografía de Diane Arbus
    Gemelas. / Fotografía de Diane Arbus
  • Fotografía de Weegee. / El Correo
    Fotografía de Weegee. / El Correo
  • Fotografía de Elliot Erwitt. / El Correo
    Fotografía de Elliot Erwitt. / El Correo
  • Fotografía de Chema Madoz. / El Correo
    Fotografía de Chema Madoz. / El Correo
  • Retrato de Susan Sarandon. / Annie Leibovitz
    Retrato de Susan Sarandon. / Annie Leibovitz
  • Fotografía de Cristina García Rodero. / El Correo
    Fotografía de Cristina García Rodero. / El Correo
  • Fotografía de Alberto García-Alix. / El Correo
    Fotografía de Alberto García-Alix. / El Correo

En este artículo se quedan fuera, casi sin pretenderlo, grandes como Sebastião Salgado, William Klein, Robert Capa, Man Ray o Vanessa Winship. No es premeditado ni va en gustos. Tal vez todo obedezca al habitual bombardeo de imágenes al que desde hace décadas estamos sometidos como sociedad. A eso y a la particular infancia del que escribe que tiende tanto a mirar hacia atrás como hacia delante, entendiendo el periodismo callejero y la publicidad como dos disciplinas tan aparentemente distantes como complejas y enriquecedoras, y donde en el fondo juegan los mismos elementos tanto a favor como en contra.

Por otro lado he elegido algunas imágenes cuyo título no he encontrado tras continuas pesquisas por la Red, pero que considero sirven para ilustrar lo más representativo de uno u otro autor (así los considero a todos, pertenezcan a agencias o no, sean más o menos poéticos, explícitos en sus presupuestos o incluso literarios). En todos ellos predomina una actitud humilde y poco dada a concesiones sobre la mirada, ese juego que todo artista debe reflejar y sobre el que se proyecta el inconsciente individual y colectivo.

Tal vez me influyó también la lectura hace unos años de La cámara lúcida de Roland Barthes, donde se aseguraba que desde la teoría y práctica de este maravilloso arte o disciplina, toda fotografía o imagen es como una pequeña microexperiencia de la muerte. Partimos pues de presupuestos tradicionales para terminar con un intento de explicar(nos) en un mundo global y a veces demasiado alejado del humanismo.

Muchos de los artistas que aquí recomendamos también suelen trabajar con imágenes en color, lo que no les hace menos relevantes al objeto del artículo; siendo la opción del blanco y negro una apoyatura estética y técnica a veces tan difícil de explicar, como de encontrar el por qué de cierta fruición estética sin porqués. Sobre este tema se puede discutir ampliamente, pues lo que para muchos es un recurso que pretende embellecer, para otros puede servir como herramienta que busca el efecto contrario o tener una actitud simplemente disuasoria.

Robert Doisneau

Nacido en la localidad de Gentilly en 1912 y desaparecido el mes de abril de 1994 en París, es popular por su fotografía El beso. Muy promocionada. Sin embargo, la marca Doisneau es mucho más potente que esa instantánea donde dos modelos posaron y convirtieron la película sobre la que se impresionó en un icono publicitario sin parangón. Lo interesante de Doisneau no es sólo esta mirada, sino la voluntad que algunos coetáneos como Cartier Bresson expresaron a través del concepto de «instante decisivo». Todo fotógrafo callejero que se precie sabe que este instante puede estar más o menos cerca, pero que como tal existe sólo a medias, como lo hacen el concepto más burdo de posado o robado de los paparazzis. Robert estudió para ser grabador litográfico y tipógrafo, adquiriendo de estas disciplinas técnicas una sabiduría sobre la fotografía que le llevó a retratar París con gran éxito, al aunar los presupuestos técnicos con el adiestramiento de un ojo que supo ver la espontaneidad necesaria y la psicología de las gentes por él conocidas. A este respecto recomendamos libros como Los parisinos tal y como son. También ejerció de director de fotografía para el cine en cuatro filmes, llegando a trabajar con François Truffaut o René Clair y atreviéndose propiamente a la realización en 1992, con Les Visitants du Square.

Walker Evans

El 3 de noviembre de 1903 en St. Louis (Missouri) nace este fotógrafo caracterizado por retratar la realidad humana de la Gran Depresión desde las zonas rurales y aportando la severidad y desnudez de objetos y personas cotidianas con el ánimo de convertirse en metáfora de la existencia. La imagen que mostramos, Alle Mae Burroughs de su serie Hale County Alabama, 1936, multipremiada y portada de la revista TIME, es un claro ejemplo, de cómo Evans, formado en el campo de la literatura, y deudor o incitador de Mark Twain y William Faulkner, consiguió sus propósitos relativamente pronto, habida cuenta de que su primera cámara de 6×12 la adquirió en 1928. Fue un personaje progresista que entabló amistad con la vida intelectual de la época. Su producción más importante fue realizada con una Contax de 35mm pertrechada bajo su abrigo para hacer retratos de los pasajeros del Metro neoyorkino. Los últimos diez años de su vida los pasó dando clases de fotografía en la Universidad de Yale.

Dorothea Lange

En las tarjetas de visita de esta maravillosa mujer decía Fotógrafa de pueblo. Comenzó su andadura con imágenes de tipo pictorialista, pero fue convertirse en reportera para salir de este caparazón, colaborar, como Evans, en la Farm Security Administration, lo que le dio un nuevo campo de investigación que le remonta a sus orígenes, lo que en román paladino supuso llegar al mismo nivel que su coetáneo en cuanto a sequedad y falta de sensiblería y dramatización en sus imágenes documentales. La fotografía Madre migrante, tomada en Nipono (California) también en 1936 se expuso recientemente en la Fundación ICO en gran formato gracias a PhotoEspaña. Su vida, más sencilla y en ocasiones más precaria (como sus fotos) que la de Evans, le llevó a querer fotografiar en sus últimos días su propia vida junto a una retrospectiva, que se haría efectiva en el MOMA en 1964, acerca de todos sus trabajos anteriores.

Diane Arbus

De origen judío y con algunos desórdenes vitales de importancia, resulta hoy por hoy, una fotógrafa inquietante que cultivó con destreza, sobre todo, el retrato. Nacida en 1923 y muerta en 1971, le impactó profundamente el visionado de Freaks de Tod Browning; tanto que dedicó la mayor parte de su carrera a fotografiar tullidos, enfermos mentales, hermanos gemelos, enanos de circo... Siempre hacía que los personajes mirasen a la cámara, lo que provocaba que, dado el uso del flash de mano, se le acentuasen sus defectos aún más. Todo este camino es producto no sólo de sus propios desequilibrios sino de una formación previa retratando a personajes insignes tales como Jorge Luis Borges o Norman Mailer. Se realizó una película llamada Retrato de una obsesión, dirigida por Steven Shainberg, con Nicole Kidman y Robert Downey Jr. como protagonistas.

Weegee

Seudónimo de Arthur H. Fellig, fue un reportero y fotógrafo de origen ucraniano afincado en Estados Unidos al que la época de mafiosos, Ley Seca y asesinatos urbanos le dio mucho juego; en este caso toda la producción es en blanco y negro. Weegee no es otro que aquel tipo interpretado por Joe Pesci en El ojo público; sí, sí, aquel que revelaba a mano en callejones oscuros en la parte trasera de una furgoneta o el mismo que colocaba una botella junto a un cadáver para que la gente pensase que era un borracho. Murió en 1968 en Nueva York y su extraño nombre o apodo es debido a una derivación fonética de la palabra ouija, un mote de compañeros que nació del hecho de llegar siempre tarde al aviso de las autoridades ante un suceso. Encarna a la perfección el trabajo freelance. El realizador cinematográfico Jules Dassin se interesó por su obra, dedicándole una película con el mismo título que uno de sus libros, La ciudad desnuda.

Elliot Erwitt

Todavía vivo, aunque suponemos que ya retirado, nació en 1928 en París en el seno de una familia de emigrantes rusos. Italia y Estados Unidos serán sus dos países de referencia. Tiene una obra extensa y fructífera y trabajó para la agencia MAGNUM, lo que le llevó a conocer entre otros a Edward Steichen, Robert Capa y Roy Stryker. La imagen por antonomasia de Erwitt se ha utilizado en España para la portada del disco pop del grupo Fairground Attraction, así como en la cubierta de la novela de Javier Marías, Los enamoramientos. Logra esta imagen hacernos creer que la espontaneidad es mayor que en algunas escenas de Doisneau, fotógrafo por otro lado más narrativo. El concepto de riesgo que nos ha llevado a definir otras carreras con esta imagen se dulcifica, aunque bien pensado se trata de un posible robado que si lo imaginamos como tal y tratamos de ver el fuera de campo sugerido, puede llegar a resultar inquietante.

Chema Madoz

Poeta visual español, nacido en el madrileño barrio de San Blas, es si no el más, uno de los más importantes iconos de la llamada fotografía conceptual en activo. Minucioso y reflexivo en su forma de proceder, suele realizar bocetos dibujados de sus posteriores fotos; el aprovechamiento de objetos que otros utilizaríamos para convertir nuestros hogares en auténticos Diógenes, en su caso se convierte en reciclaje ordenado y buscadísimo sobre los materiales. Admirador de Daniel Gil en su trabajo editorial para Alianza, sus imágenes son provocadoras de sueños y sentidos nuevos en cada uno de nosotros. Ha publicado gran cantidad de libros, entre ellos alguno con Ramón Gómez de la Serna, autor de las famosas Greguerías, escritas en función o a favor de estas potentes imágenes objetuales. Todo ello con una cámara de pequeño formato. Es destacable también su trabajo publicitario para marcas como Purificación García.

Annie Leibovitz

La más famosa y peculiar retratista de celebrities de Estados Unidos fue la primera mujer en exponer su obra en la Galería Nacional de Washington y la última en retratar a John Lennon antes de su muerte. Nacida en Connecticut en 1949; son famosas sus imágenes para Vanity Fair, Rolling Stone o Vogue. De origen judío, se licenció en Bellas Artes en 1971. Ha cubierto una enormidad de eventos. En la exposición que le dedicó Photoespaña además contaba con un apartado de polaroids magníficas, fotos en pequeño formato que son a su trabajo, lo que para el pintor renacentista son los llamados esbozos y que dan cuenta de cómo este trabajo no termina nunca de hacerse (lo que muchos dirían –in progress-). De todos estos años cabe destacar su amistad con Susan Sontag, con quién vivió su particular proceso de enfermedad, así como la actriz Sarandon, a quién vimos, entre otras muchas películas, en Thelma y Louise de Ridley Scott.

Cristina García Rodero

Además de múltiples trabajos de encargo y moda, esta mujer tiene una serie sobre la España profunda, cuya mirada muestra, con poco que envidiar a otros grandes, las peculiaridades de un entorno que la ayuda a familiarizarse fácilmente con lo retratado, pues si esta empatía no la vive como tal el reportero, desde la humildad y sin presunciones, todo sería mucho más complicado. La foto escogida fue portada del libro de cuentos de Manuel Rivas, Ella, maldita alma, editado por Alfaguara. Bajita, feminista y de Puertollano, tuvo la fortuna de verse contratada por la MAGNUM. En España su obra se ha visto expuesta en el Museo de Arte Reina Sofía, el IVAM de Valencia y hasta el MUSAC de León. Además de su paso obligado por los Estados Unidos, también ha conseguido reconocimiento entre otros lugares en Lausana, Caracas u Oporto.

Alberto García-Alix

Premio Nacional de Fotografía en 1999, son famosas sus instantáneas realizadas durante la Movida madrileña, donde el formato de drogas, marginalidad y underground van muy unidos. También resultan de gran calidad sus autorretratos, hechos desde tantas perspectivas como momentos tiene tanto el día como la noche. Nacido en León en 1956, las motos, los tatuajes y la noche son sus señas y sus musas. Son destacables las imágenes de Pedro Almodóvar, Rossy de Palma, Emma Suarez y Camarón de la Isla, personajes de la fauna ibérica por antonomasia, sin cuya idiosincrasia todo tendría mucho menos vigor y pasión.