En la colina de la primavera

Se ha clausurado en Jerusalén una interesante exposición sobre la influencia de los movimientos modernos en la arquitectura bajo el Mandato británico en Palestina. Una ocasión excelente para conocer más acerca de la construcción de Israel. Después de ese periodo Tel Aviv, también llamada ‘La colina de la primavera’, se fue convirtiendo en una ciudad racionalista, equilibrada y ordenada. Aunque no todos aquellos edificios han sobrevivido al paso del tiempo y, por ello, la exposición se torna más que interesante.

11 feb 2017 / 12:59 h - Actualizado: 11 feb 2017 / 14:56 h.
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  • En la colina de la primavera
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  • En la colina de la primavera
  • Fue sobre todo en Tel Aviv donde las nuevas doctrinas se expanden hasta definir el trazado urbano. / El Correo
    Fue sobre todo en Tel Aviv donde las nuevas doctrinas se expanden hasta definir el trazado urbano. / El Correo
  • Tel Aviv cuenta con el legado Bahuaus más numeroso del mundo. / El Correo
    Tel Aviv cuenta con el legado Bahuaus más numeroso del mundo. / El Correo
  • Imagen antigua de Tel Aviv. / El Correo
    Imagen antigua de Tel Aviv. / El Correo

Tras el colapso del Imperio Otomano, la Sociedad de Naciones encomendó al Reino Unido un Mandato sobre Palestina. Se garantizaba, así, la salvaguardia de los intereses británicos en Asia, al tiempo que se premiaban las intrigas del poder colonial, y su esfuerzo bélico en la Gran Guerra. Todo se hizo bajo la premisa de «asegurar el establecimiento de un hogar judío», sin perjudicar los derechos de las otras comunidades que habitaban la región.

Establecido el Mandato en 1922, los británicos se lanzaron al desarrollo de las zonas urbanas, y a la implementación de las infraestructuras que permitieran la modernización del territorio. Esa energía seminal recibió pronto el apoyo, y los recursos, de las organizaciones sionistas, que a partir de 1930 inician su construcción nacional. Durante esa década y la siguiente se sientan las bases de una nueva sociedad, en la que la arquitectura va a definirse como un actor crucial, moldeando el estilo de vida, elaborando los conceptos de desarrollo y bienestar, y creando los patrones sobre los que se sigue construyendo en el siglo XXI.

Era preciso levantar ciudades de la nada, en un tiempo mínimo, algo que se vería acelerado con la intensidad de las migraciones, sobre todo después de la Guerra Mundial. Los arquitectos que se ocuparon de ello llegaron inicialmente de la Rusia post-revolucionaria, y después de la Alemania nazi, y estaban influidos por el Movimiento Moderno de la Escuela de la Bahuaus, de Walter Gropius y Mies van der Rohe, y las ideas de Le Corbusier. Algunos habían estudiado con Erich Mendelsohn, padre del Expresionismo arquitectónico. La huida de esos técnicos de la depuración cultural inducida por los totalitarismos europeos, y cómo ayudaron con su obra a establecer el perfil de las modernas ciudades hebreas, no deja de ser reveladora. La Palestina británica se convierte en un laboratorio de ideas que busca generar un nuevo orden social, utilizando como herramientas las investigaciones de la vanguardia artística. Esa huella permanece en el territorio.

Sobre estas premisas se levantaron grandes edificios en Jerusalén, se cerró la trama de Haifa, pero es sobre todo en Tel Aviv donde las nuevas doctrinas se expanden hasta definir el trazado urbano. La ciudad cuenta con el legado Bahuaus más numeroso del mundo, por encima de cuatro mil edificios, de los que un millar ha sido inscrito como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El centro de donde irradian está en el bulevar Rothschild. Son construcciones discretas, caracterizadas por su color blanco, líneas aerodinámicas y estructuras de pureza geométrica. No se trata de edificios monumentales sino de pequeñas casas con gran calidad de acabados -aunque materiales precarios- y su importancia estriba en el espíritu con el que se proyectaron sobre el plan trazado por un soñador, Patrick Geddes.

Es así como Tel Aviv –La colina de la primavera- ha devenido una ciudad racionalista, equilibrada, ordenada. La rehabilitación de estos edificios, después de su puesta en valor con investigaciones, como la que da lugar a la exposición, es continua, pero no todos han llegado intocados al siglo XXI. Actúa en detrimento de su conservación la propia sencillez de las líneas, fácilmente prostituidas mediante la mínima alteración o añadido, incluso por el impacto de edificaciones cercanas. Es necesaria una mirada atenta y preparada para interpretarlos. Debemos tener en cuenta, además, que algunos ya no existen. Por este motivo la muestra del Museo de Israel se hace imprescindible, las fotografías de época rescatan los planteamientos originales, y los aíslan, acompañados por planimetrías.

La exposición recorre inmuebles erigidos durante el Mandato, destacando sobre todo su aspecto social, la libertad que el plan Geddes permitió en el diseño de una ciudad jardín, así como los condicionantes climatológicos que terminaron de cuajar la conocida como «Ciudad Blanca». Se destacan las viviendas unifamiliares, y los pequeños bloques que elaboran el tejido urbano, además de algunos equipamientos culturales, sobre todo salas de cine.

En Jerusalén se levantaron obras más ambiciosas, como el rascacielos del YMCA, diseñado por Arthur Loomis Harmon, que ya había proyectado el Empire State de Nueva York; el Museo Rockefeller, y la Casa de Gobierno, planteadas por el arquitecto jefe del Mandato, Austen Harrison; o el emblemático hotel Rey David, con sus interiores de inspiración bíblica. Haifa, fue un centro industrial, y la puerta de entrada de la inmigración tras la formación del Estado de Israel, su casco urbano está plagado de interesantes propuestas modernas, como el Casino de Bat Galim.

El material expuesto sigue a la investigación llevada a cabo por los arquitectos israelíes Ada Karmi-Melamede, y Dan Price, que se recopila en su libro «Arquitectura en Palestina durante el Mandato británico, 1917-1948». Diferentes empresas públicas y privadas organizan visitas guiadas por la ruta de la Bahuaus en Tel Aviv, además de contar esa ciudad con un activo centro de interpretación.

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SOCIAL CONSTRUCTION

MODERN ARCHITECTURE IN BRITISH MANDATE OF PALESTINE

Museo de Israel. Jerusalén.

La exposición recorre inmuebles erigidos durante el Mandato. / El Correo

Las construcciones son discretas, caracterizadas por su color blanco, líneas aerodinámicas y estructuras de pureza geométrica. / El Correo

Las organizaciones sionistas, que a partir de 1930 inician su construcción nacional, apoyaron inmediatamente el proyecto. / El Correo