‘Red Army’: El baile rojo

Cuando el deporte se había convertido en una especie de medida de la superioridad de las grandes potencias mundiales sobre el resto, allá por los años ochenta, el hockey de la URSS era primoroso e imbatible. Tal vez el mejor equipo de todos los tiempos tenía entre sus filas a unos jugadores que sirven para contar la historia de una era y de un país.

29 nov 2016 / 08:00 h - Actualizado: 28 nov 2016 / 18:50 h.
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  • Los ‘Russian Five’. / El Correo
    Los ‘Russian Five’. / El Correo
  • El equipo nacional de hockey sobre hielo de la URSS entrenado por Viktor Tikhonov. / El Correo
    El equipo nacional de hockey sobre hielo de la URSS entrenado por Viktor Tikhonov. / El Correo
  • Cartel del documental ‘Red Army’. / El Correo
    Cartel del documental ‘Red Army’. / El Correo

Uno de los mejores documentales sobre deporte que se ha entregado en los últimos años es Red Army, un trabajo dirigido por el estadounidense de origen ruso Gabe Polsky.

Este documental es irónico, pero también logra una profundidad más que notable. Comienza y no sabemos si nos van a hablar de hockey, o solo de los rusos, o solo de lo que sea. Pero un minuto después de comenzar queremos, necesitamos, más hockey y que eso que nos han narrando se coloque en un lugar y un espacio y un tiempo concretos. Red Army, por eso, habla de hockey y de buena parte de la historia moderna.

La URSS utilizó el deporte como una forma de demostración de la superioridad que tanto deseaban allí y, de esta parte (lo que era esta parte o sigue siéndolo... Ya no se tiene nada claro en este mundo en el que nos ha tocado vivir) los americanos lo utilizaban como divertimento y espectáculo. De paso, los soviéticos convirtieron toda práctica deportiva en algo casi aterrador, los equipos en maquinarias perfectas y demoledoras, carentes de alma; eso sí, impresionantes y de una belleza descomunal. Concretamente, el hockey fue uno de los deportes que se manejaron como material propagandístico de potencia extrema.

Uno de los atractivos del documental se encuentra en ese dibujo de la URSS como especie de demonio que tanto asustó al resto del mundo; un demonio que repelía tanto como atraía son su fascinación. Y en cómo ese demonio se convirtió en otra cosa que no sabemos qué es. Porque todo lo que tenía que ver con la URSS se encontraba instalado en una nebulosa inexpugnable.

Pues bien, en esa Rusia que ordenaba todo lo que la URSS era, un entrenador consiguió formar un conjunto que jugaba al hockey sobre hielo de forma primorosa. Bailaban, se divertían, eran imprevisibles, volvían locos a sus rivales. El entrenador se apellidaba Tarasov y el equipo estaba formado por jugadores de una talla desconocida hasta ese momento: Kasatonov, Marakov, Larionov, Krutov y Fetisov; los que fueron conocidos como Russian Five. Este último, Fetisov, es el protagonista y el documental se arma sobre él constituido como pilar narrativo. Al finalizar el documental, descubrimos o recordamos que Fetisov llegó a ser Ministro de Deportes en Rusia con Putin a los mandos.

El hockey como gran protagonista. Pero el otro de los atractivos del documental es la desintegración de la URSS y las consecuencias inevitables. Mientras damos una vuelta por la historia, descubrimos una forma de hacer deporte. Y una forma diferente de vivir.

Red Army está montado con documentos de archivo y testimonios de los protagonistas. Todo ello buscando un tono muy soviético. Miembros de la KGB, familiares, periodistas de un lado y de otro y, por supuesto, jugadores. En esos documentos de archivo se mezclan los puramente deportivos y los que ilustran lo que era la URSS de aquellos años 80 y posteriores. El resultado es un trabajo lleno de emociones, de momentos cómicos, de tragedias personales y de contradicciones. Los que tuvieron que llegar a entrenar en solitario por su rebeldía terminan siendo políticos que arropan a Putin; los mismos que quisieron salir de la URSS para jugar en USA y Canadá, buscando dinero y fama, acaban pensando en la patria con gran dolor y desean regresar; entrenadores sabios y de enorme humanidad que nunca triunfan mientras un zoquete colocado por la KGB se lleva el gato al agua sin saber lo que es el hockey. Y el contraste más brutal es el que se produce entre los jugadores fríos y disciplinados de la URSS que juegan como nadie antes había conseguido y los representantes del mundo libre que son incapaces de generar un juego libre. El baile frente a los codazos y los empujones.

Red Army deja clara una cosa: política y deporte van de la mano; la política se nutre con los éxitos deportivos; los intereses de los políticos se imponen por goleada frente a los deportivos.

Para ver este documental no es necesario conocer el hockey. Este deporte es un vehículo narrativo que sirve de percha para el resto de lo que se ventila en la película. Aunque el que decide ver Red Army termina amando este deporte como exponente de todos los que se practican en el mundo.

Espectacular, muy recomendable e imprescindible para todos aquellos que aman el deporte o la historia reciente del mundo.

Solo un detalle más. Karpov dijo que «el hockey se juega como el ajedrez». Y esa frase resume todo.