Almonte ‘recupera’ su Saca de las Yeguas

Los yegüerizos conducirán desde las marismas de Doñana hasta el municipio pasando por El Rocío 1.400 equinos

25 jun 2016 / 22:00 h - Actualizado: 26 jun 2016 / 08:28 h.
  • Unas 1.400 cabezas de ganado equino que pastan en las marismas de Doñana serán conducidas hoy hasta Almonte en una tradición que oficialmente cumple 512 años pero que puede ser milenaria. / Efe
    Unas 1.400 cabezas de ganado equino que pastan en las marismas de Doñana serán conducidas hoy hasta Almonte en una tradición que oficialmente cumple 512 años pero que puede ser milenaria. / Efe
  • El paso por El Rocío deja bellas estampas. / Efe
    El paso por El Rocío deja bellas estampas. / Efe
  • Las yeguas atraviesan los pinares de Doñana. / Efe
    Las yeguas atraviesan los pinares de Doñana. / Efe
  • La foto del cartel de este año es de Antonio Ramos. /El Correo
    La foto del cartel de este año es de Antonio Ramos. /El Correo

Muy de mañana los yegüerizos almonteños sacarán de las cuatro fincas distribuidas por Doñana a las aproximadamente 1.400 cabezas de ganado que pastan en la marisma para conducirlos hasta Almonte cumpliendo con una tradición que ha superado los cinco siglos. Hoy, 26 de junio, entre las fiestas de San Juan –que fue el pasado 24– y la de San Pedro –patrón de la localidad onubense, que se festeja el 29–, pese a la decisión inicial de los ganaderos de suspenderla, se celebrará la tradicional Saca de las Yeguas. Y, en casi todo, será como hace 512 años, cuando los duques de Medina Sidonia fijaron por escrito, en las Ordenanzas para la justicia y gobernación de toda sus tierra y señorío de 1504, la forma de hacerlo de acuerdo con la costumbre.

Y aunque pueda parecer un año más, sin efemérides especiales ni grandes novedades, no es una edición cualquiera. Hace apenas unas semanas, el 2 de junio, la asamblea de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño aprobaba por mayoría suspender esta espectacular saca hasta encontrar una solución para la reubicación de las 400 cabezas de ganado que pastan en la Marisma Gallega de Hinojos en otra finca del Espacio Natural de Doñana. La negociación ha sido dura y ha requerido la implicación de hasta el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, para arrancar el compromiso del Parque Nacional de buscar una nueva finca para este ganado antes del 31 de diciembre. Sólo con este acuerdo, al que se llegó una semana después, se ha logrado salvar la celebración de esta tradición, que ya es una fiesta que atrae a miles de turistas hasta El Rocío y el propio pueblo de Almonte y llena los hoteles este fin de semana.

El conflicto, sin embargo, viene de largo y afectaba, en realidad, a 110 yeguas de las 400 alojadas en la Marisma Gallega. El Plan Rector de Uso y Gestión del Parque Nacional de Doñana (PRUG) incluye un Plan de Aprovechamiento ganadero que regula el «procedimiento de concesión y autorización» como medida necesaria para el desarrollo, control y sostenibilidad de la actividad ganadera en armonía con los objetivos del propio Parque Nacional. Así, establece que en la finca hinojera puede pastorear un máximo de 850 cabezas de ganado (equino, vacuno y bovino). Es el Ayuntamiento de Hinojos, siguiendo estas indicaciones del parque, el que reparte las cabezas de ganado disponibles entre sus vecinos y los almonteños. En 2003, adjudicó 450 para sus paisanos y reservó 400 para la asociación almonteña. Pero la ganadería de los hinojeros ha ido aumentando y, ya en 2010, el consistorio aprueba una nueva Ordenanza Municipal que autoriza la entrada en la finca de su municipio de 560 cabezas de ganado a los vecinos de Hinojos y 290 a los ganaderos de Almonte, que se veían en la obligación de buscar una nueva ubicación a los 110 equinos restantes. Pero «no se puede meter en una cuadra a un animal acostumbrado a vivir en libertad en Doñana», explicaba el presidente de la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño, Gregorio Maraver, que apostilla: «No es ni ético ni ayuda a la conservación de una especie autóctona».

Desde entonces, los ganaderos almonteños han recurrido incluso a los tribunales en busca de una solución para sus yeguas. Tanto el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) como el Tribunal Supremo (TS) avalaron las ordenanzas de Hinojos. A estas alturas no le bastaba con sacar las 110 cabezas que exceden el cupo sino que buscaban una solución definitiva para las 400 que tienen en terrenos de Hinojos, de manera que si el ganado de los hinojeros vuelve a crecer no se vieran de nuevo en esta situación. El alcalde de Hinojos, Miguel Ángel Curiel (PSOE), acordó dos moratorias con los ganaderos almonteños para darle margen para sacar el excedente. La segunda se cumple justo este domingo pero los criadores de Almonte se veían en la tesitura de tener que sacar su ganado sin saber dónde lo podrían llevar de vuelta.

La decisión de cancelar la celebración de la Saca de las Yeguas les ha ayudado a hacer pública su reivindicación y a forzar a las administraciones a sentarse. La alcaldesa de Almonte, Rocío Espinosa, además de mostrar «su apoyo y absoluto respeto» a esta decisión, atinó el tiro: «En la búsqueda de soluciones solo hay dos interlocutores principales: la asociación almonteña, con su Ayuntamiento a la cabeza, y la Junta de Andalucía, a través del Espacio Natural de Doñana». Hasta la Asociación Provincial de Hoteles y la de Empresarios de la Hostelería de Huelva alertaron del «perjuicio económico» que suponía la suspensión de la Saca de las Yeguas.

El acuerdo alcanzado, aunque no precisa la finca definitiva, permite a los criadores de ganado marismeño volver a llevar a la Marisma Gallega «el ganado equino que actualmente pasta en la finca», tras la celebración de la Saca de las Yeguas y les da «garantías» de la «disponibilidad de alternativas que permiten una solución global a la carga ganadera» antes del 31 de diciembre de este año. Aunque deja mucho en el aire, este acuerdo, firmado el lunes 13 de junio, salvó la celebración de la Saca de las Yeguas de hoy.

Pero, además, todas las parten coinciden en señalar que la actividad ganadera en Doñana es «tradicional y compatible» con el Espacio Natural, de modo que «debe mantenerse por su valor cultural, el interés en la conservación de las razas y su vinculación, también histórica, con la configuración y funcionamiento de los ecosistemas de Doñana».

Más de cinco siglos

No en vano, recuerda Maraver, estos caballos pastaban en Doñana «antes de que Doñana fuera lo que conocemos», hace más de cinco siglos, puesto que ya aparece la Saca de las Yeguas recogida en aquellas Ordenanzas de los duques de Medina Sidonia, de 1504 pero que venían a regular lo que ya pasaba en sus territorios, que abarcaban desde la frontera portuguesa hasta Gibraltar, 6.000 kilómetros cuadrados, detalla el historiador Domingo Muñoz Bort en su estudio La Saca de las Yeguas, unos apuntes históricos y en su libro La ganadería caballar en la Villa de Almonte. De hecho, señala, San Isidoro de Sevilla (Cartagena, 556- Sevilla, 636) ya hacía referencia en sus Etimologías a los «caballos salvajes españoles color de asno ceniciento» que vivían en las marismas del río que hoy conocemos como el Guadalquivir.

«Mucha vida y ardor, carácter dulce, y en los peligros, valiente y sufridor; muy resistente y rústico, necesita de pocos cuidados; fácil de alimentar, sólo con pastos y, en el pesebre, únicamente con paja y cebada, vive bien», recoge Muñoz Bort del libro de Ruy de Andrade Alrededor del caballo andaluz (1953). Ambos autores sostienen, además, que este caballo, «poco inquinado» (contagiado o cruzado) aunque quizás con «sangre africana», fue el «generador de los caballos americanos».

También el trabajo de los «caballerizos» y los «yeguarizos» aparecían recogidos en aquellas ordenanzas ducales. Y ellos serán de nuevo, como entonces y como siempre, los encargados de sacar las yeguas de las marismas de Doñana y conducirlas a Almonte pasando por El Rocío. Una tradición, un oficio y un espectáculo que atrae a cientos de visitantes.