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Atasco en la calle José Laguillo de Sevilla. / Gregorio Barrera
El Informe anual de Calidad del Aire de Ecologistas en Acción afirma que «la totalidad de la población y del territorio de Andalucía estuvieron expuestos a unos niveles de contaminación que superan las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud». El citado informe toma como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el objetivo a largo plazo para proteger la vegetación establecido por la Unión Europea.
Si se toman los valores límite establecidos por la normativa española y europea, más permisivos que las recomendaciones de la OMS, la población que respira aire contaminado por encima de los límites legales superaría el millón de habitantes en las zonas de Bailén, Córdoba, Granada, Huelva, Puente Nuevo (Córdoba) y Villanueva del Arzobispo (Jaén). Y la superficie expuesta a niveles de contaminación que exceden de los legalmente permitidos para proteger los cultivos agrícolas y los ecosistemas naturales alcanza los 84.000 kilómetros cuadrados: la práctica totalidad del territorio andaluz, con la excepción de las Bahías de Algeciras y Cádiz y de Huelva.
La calidad del aire no es un problema de índole natural, si bien la coyuntura meteorológica y en especial los episodios de calor, como los vividos este verano, son una de las principales causas. Los ecologistas apuntan como culpables del empeoramiento del aire que respiramos a el repunte del tráfico, el fraude en las emisiones de los automóviles y la apuesta por las energías sucias en detrimento de las renovables. Aclaran también que es «un problema que afecta a la salud de la ciudadanía, pero también a los cultivos y espacios naturales».
En el pasado año es especialmente preocupante el aumento generalizado de los niveles de contaminación de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2), ozono troposférico (O3) y dióxido de azufre (SO2), «el primero desde el inicio de la crisis económica en 2008», aclaran desde Ecologistas en Acción que hace un mapa de la contaminación del aire generada desde las grandes ciudades, las autovías y autopistas y las zonas industriales de la Bahía de Algeciras, Bailén, Carboneras, Huelva y Puente Nuevo, constatando que se extiende por el territorio «afectando a zonas más alejadas y rurales en la forma de ozono troposférico».
El ozono troposférico es el contaminante que presenta una mayor extensión y afección en Andalucía, con unos niveles que se mantienen estacionarios o incluso al alza. El ozonazo es un efecto directo del cambio climático y se produce con las olas de calor y el mantenimiento de las altas temperaturas medias. Durante el año 2015 los niveles de ozono aumentaron respecto a los de 2014. En Sevilla, las zonas más afectadas este verano han vuelto a ser el barrio de los Bermejales y la zona de la Barqueta, según el informe diario de la Junta de Andalucía. A pesar de la aprobación por unanimidad de una moción en julio de este año con medidas urgentes para mitificar los efectos del cambio climático y mejorar la calidad del aire, el Ayuntamiento de Sevilla «no ha puesto en marcha ninguna de estas medidas para luchar contra los picos de contaminación este verano», denuncia en un comunicado la portavoz de Participa Sevilla Susana Serrano que pone como ejemplo a Madrid y otras ciudades europeas que han limitado el tráfico automovilístico en el centro de la ciudad para evitar estos episodios. Pero en Sevilla tras la campaña del anterior alcalde de eliminar progresivamente las zonas arboladas en la ciudad ha agravado el problema de la contaminación por ozono.
Las partículas (PM10 y PM2,5), el dióxido de nitrógeno (NO2) y el dióxido de azufre (SO2) en el aire también se analizan en el informes de Ecologistas en Acción y de nuevo Andalucía no alcanza la suficiente calidad atmosférica. Donde el problema de contaminación por estos componentes es más graves es en la zona industrial de Bailén, las aglomeraciones de Córdoba y Granada y la localidad de Villanueva del Arzobispo (Jaén). «Siguen, por tanto, siendo una seria amenaza para la salud, más ahora que durante el año pasado se interrumpió la tendencia a la baja iniciada en 2008, con la crisis económica», concluyen los ecologistas.
La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden, tal y como se deriva del Informe elaborado por Ecologistas en Acción. Cada año se registran más de 25.000 muertes prematuras en el Estado español por afecciones derivadas de la contaminación del aire, de acuerdo a las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente y los costes sanitarios derivados de la contaminación atmosférica representan al menos 32.000 millones de euros al año, un 2,8 por ciento del PIB español, según la OMS y la OCDE, sin considerar el coste de los daños provocados sobre los cultivos y los ecosistemas naturales.