El cupo vasco para Cataluña indigesta al PSOE-A

Avisa al Gobierno de que no apoyará ninguna medida que rompa la igualdad entre españoles

07 nov 2017 / 08:21 h - Actualizado: 07 nov 2017 / 08:22 h.
"PSOE","Desafío secesionista catalán"
  • Juan Cornejo, secretario de Organización del PSOE-A, ayer en rueda de prensa. / Europa Press
    Juan Cornejo, secretario de Organización del PSOE-A, ayer en rueda de prensa. / Europa Press

El PSOE-A rechaza de pleno que el Gobierno de Mariano Rajoy pueda plantear a Cataluña un concierto económico como los del País Vasco y Navarra para tratar de desactivar el desafío independentista. Así lo dejó claro ayer su secretario de Organización, Juan Cornejo, en su habitual rueda de prensa de los lunes. Los socialistas andaluces ven con preocupación la interpretación política que del acuerdo sobre el cupo vasco con el Ejecutivo de Vitoria hizo el pasado viernes el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, «es un ejemplo que explica con claridad que el Estado de las autonomías funciona y que desde el respeto al ordenamiento jurídico es posible impulsar y fortalecer las instituciones, la financiación y el autogobierno», dijo.

Cornejo avisó de que el PSOE-A estará «vigilante» ante este «globo sonda» del Gobierno para que se mantenga el principio de igualdad entre todos los ciudadanos vivan donde vivan, «si la solución para Cataluña la enfoca por ahí, se equivoca», aseguró. La federación socialista insiste en que la prioridad es abordar la reforma del modelo de financiación autonómica para todas las comunidades.

A nivel federal, el PSOE aún no ha mostrado una posición oficial sobre esta cuestión, aunque algunos barones ya han lanzado el mismo aviso que se lanza desde Andalucía. El presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, también rechazó ayer un concierto económico como el cupo vasco para Cataluña, «uno se puede sentir español como quiera, se pueden tener dos lenguas pero eso no significa tener dos bocas. Si se trata de transformar sentimientos en privilegios, entonces yo no estaré de acuerdo».

El cupo consiste en que es el propio País Vasco quien recauda sus tributos y luego paga al Estado por los servicios que este presta e su territorio por las competencias no transferidas: las embajadas en el exterior, los museos nacionales, la política de defensa o los intereses de la deuda, entre otros gastos (en 2017 serán 1.300 millones de euros). En el resto de las comunidades funciona al revés: el Estado recauda y luego reparte a cada territorio.

No es la primera vez que el Gobierno deja caer la posibilidad de aplicar un modelo similar al vasco en Cataluña. A finales del mes de septiembre fue el ministro de Economía, Luis de Guindos, el que deslizó tal opción. Ya entonces, la Consejería de Economía lanzó una señal de alarma ante cualquier hipótesis que supusiera la aplicación del cupo en Cataluña. Curiosamente, la adopción de dicho concierto económico cuenta con el rechazo taxativo de algunos de los popes del Gobierno sobre financiación autonómica. Ángel de la Fuente o Manuel Lagares calculan que un cupo catalán tendría un gasto aproximado de 13.000 millones. Serían recursos que se entregarían a Cataluña y que habría restar de otras comunidades en una media de un diez por ciento.

Frente a este modelo, la Junta de Andalucía plantea un sistema que se asiente sobre los cimientos de la solidaridad, que asegure que los españoles reciban lo mismo, vivan donde vivan, a base de calcular el coste promedio de los servicios y multiplicarlo por la población. Desde IU también se puso el grito en el cielo ante la posibilidad de implantar el cupo vasco en Cataluña pues «consagraría la desigualdad territorial, con una confederación del norte formada por las regiones más ricas, y retrotraería la historia de la autonomía a la lucha de hace 40 años, que supuso conquistar la autonomía plena».