No ha pasado ni un año desde las últimas elecciones andaluzas y bien podría decirse que ha mediado un mundo. La acumulación de sufragios, la confirmación del multipartidismo y, por encima de todo, la actual situación política que vive España casi arrincona en la memoria lo acaecido el último 22 de marzo. La primavera de 2015 arrancó con la victoria de Díaz en el que se denominó como «primer envite al bipartidismo» y acabó con unas elecciones municipales que hizo mutar por completo el mapa de alcaldías de la región más meridional de la península. Las legislativas andaluzas devolvieron al PSOE la hegemonía perdida tres años antes y escenificó que la irrupción en el mapa político de las dos nuevas fuerzas emergentes apenas se notó en el flanco socialista, que mantuvo los 47 escaños de los comicios de 2012. No así PP e IU, damnificados de la entrada en el Parlamento de Podemos y Ciudadanos.
343 días después, y en caso de celebrarse hoy elecciones andaluzas, el resultado mantendría el orden de los partidos, pero estrecharía considerablemente las diferencias entre ellos, con trasvase de votos entre los partidos tradicionales y las nuevas realidades. Según el estudio electoral de Deimos Estadísticas para este 28F, el PSOE renovaría su victoria por mayoría simple, aunque con seis escaños menos que el 22M. El PP sería de nuevo la segunda fuerza y también experimentaría una merma de representación: tres parlamentarios menos. Podemos y Ciudadanos mejorarían sus registros, cuatro y ocho respectivamente e Izquierda Unida limitaría su representación en la cámara regional a solo dos parlamentarios. El resultado de este sondeo que comprime el tablero político andaluz, es fruto del progreso que ha tenido a lo largo de todo un año la intención de voto a nuevos partidos, patente en el territorio nacional y que en Andalucía no terminó instalarse con claridad por tratarse de la primera concurrencia de estas fuerzas tras la experiencia de Podemos en las Europeas y el desarrollo experimentado por Ciudadanos desde hace una década en Cataluña.
Los resultados de la encuesta, más allá del intercambio de escaños que presenta, dibujan un panorama en el que el PSOE sigue necesitando de un socio para gobernar. Al igual que ya ocurrió tras las elecciones andaluzas, la suma entre socialistas y Ciudadanos haría posible la toma de posesión, sumando un total de 58 escaños, tres por encima de la mayoría absoluta. A día de hoy no existe pacto de gobierno entre Díaz y Juan Marín, si bien, la unión de los actuales 9 parlamentarios naranjas hizo posible la investidura de Susana Díaz, bloqueada durante tres meses. En este caso fueron 56 los votos positivos que recibió. La pérdida de apoyos que sufriría el partido de la rosa según el estudio electoral de Deimos se palia con el auge que le asocia a las huestes andaluzas de Albert Rivera. Coincide además que la mezcolanza ensayada entre ambos partidos en Andalucía ha tomado ahora derroteros nacionales, tras el acuerdo para «un gobierno progresista y reformista» sellado entre las dos fuerzas al respecto de una hipotética investidura en el Congreso de los Diputados.
Según los cálculos predictivos del sondeo, PSOE y PP no tienen un extravío excesivamente alto de sufragios en términos porcentuales. Así, los socialistas se dejan en el camino dos puntos (del 35,73% al 33,68), mientras que los populares reducen su pérdida a un único punto (del 26,76% al 25,72%). No obstante, el crecimiento de los contrincantes surgidos en sus mismos ámbitos ideológicos les resta escaños por provincias, siendo mayor la merma de representación que de votos. Salvo en Granada y Jaén, el PSOE pierde un escaño en el resto de las provincias andaluzas. El PP circunscribe su pérdida de parlamentarios a Almería, Córdoba y Jaén. Además, los populares recuperarían su rol de lista más votada en la provincia de Málaga. Por su parte, Podemos sube en Almería, Córdoba, Huelva y Málaga mientras que Ciudadanos lo hace en todas menos Huelva, siendo en Cádiz el aumento de hasta dos escaños. IU, que pasa de cinco a dos escaños, pierde las representaciones de Cádiz, Granada y Málaga.
Los resultados del sondeo electoral Deimos para el Día de Andalucía coinciden en porcentajes con la edición de invierno del Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa), dependiente de la Universidad de Granada, que también prevé un decrecimiento de los partidos tradicionales en beneficio de las nuevas realidades. Aún así, Andalucía sigue siendo tierra yerma para el sorpasso de los emergentes al bipartidismo. Las elecciones autonómicas del año pasado provocaron cámaras regionales que ponían en serias dudas la hegemonía de los partidos históricos, cercados por Podemos, o en el caso de Cataluña, ambos superados por Ciudadanos.