La ‘mala’ Rodríguez

La secretaria regional de Podemos se consolida como un verso suelto dentro de su partido y martillo contra el PSOE-A

23 ago 2015 / 22:41 h - Actualizado: 23 ago 2015 / 22:48 h.
"Podemos","Teresa Rodríguez"
  • Teresa Rodríguez, secretaria general de Podemos en Andalucía. / EFE
    Teresa Rodríguez, secretaria general de Podemos en Andalucía. / EFE

Que el primer apellido político de Teresa Rodríguez es anticapitalista no es ningún descubrimiento a estas alturas. Que está incómoda con el segundo, Podemos, tampoco inventa nada. Ella está bastante alejada de la idea de partido que tiene Pablo Iglesias y se encarga de vez en cuando de dejar piedrecitas en el camino para recordar que el suyo está unos cientos de kilómetros más a la izquierda que el del político madrileño. Rodríguez, y otros miembros del ala más belicosa hacia Iglesias, caso de Pablo Echenique, se parapetan en el mismo lema que usan los dirigentes de los partidos tradicionales cuando hay evidentes síntomas de controversias internas: «Es bueno que haya debate dentro de las organizaciones». En esta materia, la ingeniosa gaditana no ha inventado todavía un refrán distinto a los que usa su denostada casta.

La última demostración del disgusto de la secretaria regional fue su intervención en la Universidad Anticapitalista de La Granja (Segovia). Con viento a favor, Rodríguez expuso lo del tembleque de piernas de Podemos en comparación con lo que ha sucedido con Syriza y Alexis Tsipras en las últimas semanas. No pasaron ni 24 horas cuando la política gaditana usó su Boletín Oficial de Twitter para rectificar de manera diplomática sus declaraciones, aunque hay quienes dentro de su círculo más próximo de trabajo mantiene que «llevaba más razón que un santo». Sin embargo, para el núcleo duro de Podemos fueron unas palabras que traspasaban la frontera del eslogan «es bueno que haya debate en las organizaciones» y lo elevaban a la consideración de «minicrisis». Hasta el año pasado lo que se decía o se dejaba de decir en el foro anticapitalista estival carecía de demasiada trascendencia. Pero ahora la tiene toda y Teresa Rodríguez peca todavía de esa ingenuidad.

Teresa Rodríguez se siente avalada por las encuestas para dejar cada cierto tiempo la piedrecita en el camino. Al contrario de lo que sucede en el resto de España, la secretaria regional de Podemos pone sobre la mesa que, según las últimas encuestas (Egopa julio de 2015), su formación estaría pisándole los talones al PP como segunda fuerza más votada en Andalucía y obtendría casi cinco puntos más que en las elecciones autonómicas de marzo. Es el Podemos que ella defiende, el más radical y el más fiel al espíritu que le hizo nacer, el que sobrevive al desgaste. Por tanto, bajo su mandato el partido morado empieza a construir algo parecido a lo que los politólogos llaman un vivero de votos, y lo más importante para ella, consolida su posición al frente del partido en la comunidad. Ahora que Sergio Pascual, el secretario de organización del partido y el hombre de confianza designado por Pablo Iglesias para marcar los pasos a Rodríguez, recorre España para dar músculo a la estructura de la formación de cara a las próximas elecciones generales, la gaditana encuentra más campo libre para expresar sus puntos de vista.

La secretaria regional presta atención a las encuestas, pero también a lo que se dice en la calle y es habitual oírla decir: «El otro día alguien me dijo...». Su buena memoria seguro que le recuerda las voces de aquellos que antes y después de los mítines previos a las elecciones autonómicas se acercaban a ella para advertirla de que no querían que su voto sirviera para hacerle luego la vida cómoda a los partidos de siempre. Son esos testimonios los que la empoderan y la hacen porfiar en su estrategia. Que el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Manuel Jiménez Barrios, defina a Podemos Andalucía como «una facción radical» es un elogio para ella y la demostración de que no se ha salido de su camino. Cuentan que en algún corrillo socialista ya la han bautizado como «la mala Rodríguez», mismo nombre artístico de la rapera gaditana, por su beligerante actitud hacia el PSOE-A. Que el mote venga de los socialistas no es problema, lo sería que se propagase entre dirigentes de su propio partido.