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La retirada de la celosía dará uso a la antigua puerta de Nuestra Señora del Pilar para facilitar la entrada y la salida de las cofradías al interior de la catedral. / Efe
La Semana Santa de Córdoba podría dar un vuelco que ya se consideraba inesperado. Las aspiraciones del Cabildo Catedral -legítimo propietario de la antigua mezquita califal- y las propias cofradías de penitencia de Córdoba podrían cumplirse a corto plazo. El ICOMOS, organismo asesor en materia de patrimonio de la UNESCO, ha dado luz verde aun proyecto que encalló en su momento en la Consejería de Cultura en espera de un dictamen que, finalmente y después de los primeros recelos, ha dado luz verde a la apertura de una de las celosías que separan la antigua sala de oración de la Mezquita del Patio de los Naranjos.
Así lo avanzó ayer la edición cordobesa digital del diario ABC. El propio ministro de Cultura en funciones, Íñigo Méndez de Vigo, habría informado ya a la consejera Rosa Aguilar, que en su momento decidió parar el proyecto en espera del dictamen del organismo internacional. El actual ayuntamiento cordobés, comandado por la socialista Isabel Ambrosio, también había abonado una polémica que se tradujo en la protesta coral de todas las cofradías de penitencia que el año pasado, y de forma excepcional, incluyeron el primer templo de la diócesis cordobesa en sus respectivas estaciones. El proyecto prevee retirar o hacer practicable una de las celosías colocadas a comienzos de los 70 por el arquitecto Rafael de la Hoz. Con esta operación se recuperaría el uso de la antigua puerta de Nuestra Señora del Pilar para facilitar la entrada y la salida de las cofradías al interior de la catedral que, hasta ahora, sólo contaban con un único vano -el Arco de Bendiciones- para efectuar sus respectivas estaciones.
Esta noticia ha causado una enorme satisfacción dentro del mundillo cofrade cordobés que se encuentra inmerso en un debate interno, trascendental para el futuro inmediato de la Semana Santa cordobesa: el traslado de la Carrera Oficial a las inmediacones de la Mezquita Catedral con la correspondiente estación de penitencia en el interior del templo. La apertura de la segunda puerta facilitaría notablemente el difícil empeño.